Rezuma todo agua, de empapado que esta todo, pero aun así la lluvia insiste en saciar la sed de lo empantanado.
Reclusión tras los cristales que lloran ríos.
Encierro en mi torre que se hace angosta.
Chapaletean mis perros en los charcos para que yo luego friegue.
Se desesperan ellos y me desespero yo en esta cárcel de hilos de lluvia.
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