Algunos hemos decidido dedicar nuestra vida a crear paraísos.
Burbujas donde se protege la vida, pequeños remansos de paz en los que descanse el perseguido.
Pero hay tantos infiernos, tanto diabólico personaje y tanto tibio que en el no hacer ruido benefician al malhechor.
Yo he logrado frenar el mal en las fronteras de mi mundo, pero fuera de el estan los desvalidos ángeles que lloran a mis puertas y no les puedo abrir.
Parches ante la inactividad y el placentero no querer ver, gente que pasa de puntillas por la vida, pero por inactividad destrozando con idénticas zarpas, si fuerais mendigos a las puertas de mi reino a pesar de vuestra zafiedad se que os abriría.
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