Colosos con pies de barro.
Enormidades que es complicado llenar.
Gigantes que caen por la lentitud de sus movimientos.
Es torpe el enorme.
Es torpe el grande.
Porque su enormidad depende de una base amplia.
De un cimiento solido.
De un caudal que riegue el cuerpo de dimensiones exageradas.
No cae el pequeño, solo cae estrepitosamente el gigante.
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