Mi cautela nada cierra con llave.
Todo se vislumbra de par en par.
Sin miedo al robo o al ultraje.
Lo que está más al alcance es lo más difícil de ver.
Cuantos están perdidos sin saber lo que quieren.
Con lo cerca que tienen en el pecho su corazón.
Manos que no saben robar.
Corazones que no se hacen oír.
Las fiestas atronadoras solapan latidos.
El exceso de luz ciega a los necios.
Guardaré el diamante entre la pacotilla.
Y solo el experto lo encontrará.
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