El mundo parece estable pero no lo es, el mundo es un juego delicado de fuerzas y contrafuerzas.
El hombre es el puntal del mundo, pero también quien lo desapuntala.
Si no estabilizas la delicada belleza del mundo se desmoronara como castillo de naipes, como se desploma en cadena una interminable fila de fichas de domino.
No somos importantes para el mundo, pero el mundo como esta es muy importante para nosotros y las especies que viven en él.
Nadie juzgara nuestros delitos, pero si seremos condenados sin juicio, toda acción tiene una respuesta y el mundo ante tanta agresión ya no tiene más elasticidad.
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