domingo, 13 de octubre de 2019

Personajes líquidos



Con demasiada frecuencia nos topamos con personajes líquidos, acomodaticios. Personajes que lamen y relamen por conveniencia el continente, la horma que les toca en suerte. Y se ahorman sumisos, y tragan y consienten, y sobre todo miran para otro lado.
Personajes de moral laxa, de principios inexistentes, y cuyo único norte es encajar y medrar en el marco vigente, sin pararse a pensar si es justo o injusto el marco.
Con excesiva frecuencia, tener valores nos aísla, nos hace débiles, porque nada estigmatiza más, que la rectitud en este valle de tuertos, en este zamarro mundo de prestos a coger atajos.
La rectitud es incómoda, es torre erguida que en nada se apuntala, que de nadie depende y que proyecta una sombra hiriente, que recuerda al personaje líquido que el sin horma nunca será torre.

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