lunes, 20 de febrero de 2023

Regio, barroco e importante


"Los excesos se pueden domar, las carencias sólo se pueden disimular. Más siempre es más, y si tú puedes, nunca ese más es suficiente. Regio, barroco e importante." 

Irsia Carolain Sprimbol

viernes, 17 de febrero de 2023

Siempre el precipicio


Soy denso 
como la miel.

Soy agrio 
como el vinagre.

Soy áspero 
como la tierra árida.

Soy fértil 
cuando la tragedia me ara.

Miles de horas entregadas 
a intentar construir proezas.

Miles de horas encerradas 
en las obras que serán 
pasto de las llamas.

Siempre está el olvido, 
siempre está su niebla, 
siempre el precipicio 
que despeña glorias mundanas.

jueves, 16 de febrero de 2023

Lo insignificante


Los tesoros más grandes descansaban en tu pecho. 
El calor más grande brotaba de tus latidos.
El corcel más brioso estaba encabritado en tu cárcel torácica. 
Era lo insignificante, lo que con más precisión y gracia te contenía.
Fue lo primero que desdeñaron cuando tú ya yacías.

sábado, 11 de febrero de 2023

Fanal de gloria


Me puede la firmeza, 
la rigidez del extraño rango, 
que asumo como protectora cárcel. 

Me rige el sino 
de la salvifica soledad, 
que me priva 
del placentero manoseo 
de las manos suaves 
y de la puñalada trapera 
del falso amor. 

Es la gloria 
un fanal, 
una urna, 
un transparente 
muro de contención, 
que me fuerza 
a un perenne 
sobreactuar. 

viernes, 10 de febrero de 2023

Semana Santa en Hoyos


La Semana Santa de nuestros pueblos, de los pueblos de sierra que rozan con la austera Castilla, es patrimonio vivo, expresión de fervor y temor, al Dios que rige los imponderables, al Dios, que nos ha dado el libre albedrío, y que nos permite disfrutar de la vida y llorar la muerte. 

Pasea la Pasión de Cristo, por las calles en cuesta de nuestros pueblos, pueblos que crecen en las faldas de los valles que les dan la vida y los protegen de las inclemencias. 

Es nuestra Semana Santa, una Semana Santa de imagenes ensimismadas, de movimientos parcos, de hieratismo y muecas graves, una Semana Santa en la que los hombros desiguales se juntan para pasear unos Santos antiguos, fruto de las promesas de familias modestas que pagaron tan expresivas tallas. Es así, como sus descendientes se juntan para sacar al Cordero, o para vestir a la Dolorosa, que paseará entre luz de faroles, en el sobrecogedor silencio con el  que se lloran en nuestra sierra las grandes perdidas. 

Patrimonio Vivo, que con frecuencia olvidamos, en estos tiempos de vértigo y aculturación. Patrimonio vivo, que es el único que nos hace pueblo, que nos da entidad como pueblo, que nos hace comarca, que nos hace occidente y toda su rica tradición de valores de respeto y empatía cristiana. 

Cristo es la semilla, el grano de mostaza, que se ha hecho enorme árbol en el que anidan todas las bondades que hacen grandes a los pueblos grandes, valientes a los pueblos valientes.

Nuestra Semana Santa, es modesta, como la máxima de "menos siempre es más", es la puesta en escena de la fe de nuestros padres, de los abnegados hombre y mujeres que nos dieron la vida, en estos pueblos duros de sierra, entre olivos y naranjos, en estos nuestros pueblos de miel y pastores. Prima la esencia sobre las alambicadas formas, prima lo breve, la talla sobria del Dios que se hizo hombre y que es en figura y rudeza como uno de los hombres que procesionan al que yace escarnecido y mortal en la urna, prima la esencia de la madre que llora y se lamenta, como una de las mujeres que cantan "Amante Jesús mío..." por las recoletas calles de Hoyos. Camina el pueblo, por las principales calles, entre las casonas de los viejos linajes, arropando y encomendándose a ese tesoro que es su Dios y la Fe de sus mayores.

sábado, 4 de febrero de 2023

Foso de harpías


Atalaya de voces iracundas, 
que poco placeres me brindáis. 

Torre albarrana unida a la muralla 
que esconde y protege el intimo fornicio, 
que tragedias me traéis.

Foso de harpías que esperan carnaza, 
que esperan los traspiés de mis amantes, 
que poca cordura me aportáis. 

Descampado que arrasa la envidia 
y que me permite otear 
desde la espadaña de mi gloria, 
las cuitas de la zorra, 
que de desdichas me ofrendáis.

En los barrocos salones 
del torreón de mis homenajes, 
grito a los corderos 
que su salvación 
está en el precipicio, 
que de inocentes creen 
que el placer está 
en abrazar el patíbulo.