martes, 12 de marzo de 2013

Carpas cainitas

Enjaularé arpías.
Para tener una vida diferente.
En la más completa de las ruinas.
Y sin fuerzas para poner en pie nada.
Sacaré fuerzas de flaquezas.
Me flaquearan las fuerzas.
Me acomodaré al duro jergón.
Ya nada guardo en la arqueta del tetramorfos.
Me marcharé a los edificios de importancia secundaría.
Moriré devorado en el estanque de carpas cainitas.

Amenazadoras estalagmitas

Será póstuma y sin dolor tu justicia.
La lentitud de los falibles.
Dios no es un inductor, el hombre decide unilateralmente ultrajar las leyes.
Destruyéndote, me destruyo a mi mismo.
Indefinible gruta de amenazadoras estalagmitas, tropezar es morir.
Ambages de mano siniestra en la biblia para iletrados.
A tiempo en el fragor del robledal.
No cursaré más bajas.
Sin nada a la vista, es litigio de necios.
¿Sois felices.?
Si es así, quien lo diría.

Sal

Historias de tropiezos.
Regaré con sal el camino. 
Y nadie sabrá que ya no lo transito.
Sobre lo yermo no crece hierba. 
No me duele tu muerte.
Me duele que estés vivo.
Al enemigo sal.
Y ni una gota de agua.

domingo, 10 de marzo de 2013

Gentileshombres

A la sombra del protegido esta el mentor.
El talento busca la clave de la energía delirante y frenética de la belleza.
Murallas de barro que rinde la lluvia.
Delicioso mohín de enojo.
Bombones de deuda de gentileshombres.
A la sombra de lo incipiente y no florido.
Perdición de virginidad.

Morfeo

Con el tiempo me tranquilizaré.
Fríos sudores.
Trazos de perdición.
Turbadora congoja.
Insigne y dolorosa cruz.
Santo afán de virtud.
Aparentaré indiferencia.
Ante la estrella que tilila en la tiara papal.
Primus inter pares..
Grueso damasco en la OBSCURIDAD de la alcoba.
Entrañas negras de usurero..
Por unas horas olvidaré la crueldad en brazos de mi único amante, Morfeo.

Quemaduras deliciosas

Son sus labios quemaduras deliciosas y malditas.
Magnético y voraz amante.
Delirio ardiente de placer.
Más en el, es supinamente más.
Matearé el exagerado rubor de mi piel.
Estoy sofocado solo por pensar.
Ahogaré el hondo suspiro para engañar, aunque no me engañaré.

Me descorazonaría yo


Siento un erizo de mar en mi corazón.
Creo que eso es la pena.
Oleaje en mis acuíferos. 
Empapado de tanto reprimir llantos.
Camino de miserias por el que voy solo.
Pocos amigos te acompañan en la senda de los problemas.
Con un cuchillo descorazonador, ahora mismo por el dolor, me descorazonaría yo.

Fundido en negro


El caballero audaz y sus ejecutorias.
Legados eternos, eternamente legados.
Un cuerpo frió que ya está esperando corromperse.
Lameré el cuerpo que fue bello y poderoso.
Arrogante y sucia caricia de adiós.
Libidinosa, reconfortante y última.
Luciendo en el pecho su cruz, con la que nació, y con la que ha muerto.
Descansará con él, pues no será mi codicia la que la aparte de su pecho.
Le protegerá de los corrillos difamadores que tras el óbito intentarán mancharle.
Sino de inabordabilidad, de inaccesibilidad, de distancia, nata y natural.
El dado de la suerte decide quien gana, ganar es perder, perder es ganar.
Por el ventanal penetra una luz perlina y amable.
Desnudos los hombros, desnudo el pecho, desnudo su sexo.
Vulnerable yace.
Fuera aúllan los odios.
Él ya lo dejo escrito; " nunca me pisaran después de muerto."
A hombros mañana trasladaran su cadáver al pueblo de al lado.
Si le quieren pisar tendrán que ir allí. 
A pisar su imponente lapida.
Orgullo de previsor.
Silencios de pesadumbre, de tristes recuerdos, crueldad del destino.
Indefenso en el iniciado duelo.
Recordaré como nos conocimos.
Como se fue tejiendo nuestra amistad.
Su semblante de salud.
Y la fulminante muerte, con su ahora desvalido, frente al caprichoso sino, corriente de aguas revueltas y peligrosas.
Recordaré la dulzura de los pecados que cometimos.
Entre las filas de cirios haré un fundido en negro, para evitar las lagrimas.

Latrocinio, leonicio

Hay voces que cimbrean.
Molestias de sangre azul.
Pejiguerismos de apellidos compuestos.
La fortaleza de la clase.
Las clases de fortaleza.
Latrocinio, lenocinio.
Contratos leoninos de alcahuetas pregonados desde el balcón a los cuatro vientos.

sábado, 9 de marzo de 2013

Colofonita

Incendios de colofonita.
Imposibles de sofocar.
Compromiso de amor con garras de oro.
Para siempre galopando en tu diestra.
Pasión de destellos rojo rosáceos.

Ganó la guerra en la cama

Burlesca farsa de pudridero.
Me mido en la guerra de guerrillas.
En los términos del riesgo justo. 
Quiero vencer y ya he sido derrotado.
Obligado a cometer un crimen contra mi Dios.
Pisando escombros.
En la forzada preñez.
En mi seno el embrión del ultraje.
En el duro embarazo el enemigo crece.
Su hijo, mi hijo.
¿Como matarlo.?
Su mayor victoria, rendirme en el afecto.
Rendirme con mi propia sangre.
El enemigo en mis entrañas crece y ya es mi hijo.
Amaré al vástago de mi forzador.
Ganó la guerra en la cama, sin plantar batalla.

Empezar a rodar


La vida es turbia como el virado sepia de las fotos antiguas, turbia.......................................como las aguas estancadas repletas de larvas de mosquitos............................. turbia como el alma de los mezquinos,........................ turbia como sus patéticas estrategias.................. Y en la turbiedad, estableceréis una nueva escala de colores donde los grises cenicientos serán ahora los blancos níveos. Esta proclamado desde las altas torre:" Os conformareis con todo, y haréis de lo raso vuestra nueva cúspide. Caer es solo empezar a rodar."

El huerto

Ya no tenemos huerto.
No lo trabajamos lo suficiente.
Lo abandonamos en las lenguas de otros, en sus consejos sin precio.
Quizás no nos lo merecíamos.
Quizás tiramos el arado muy pronto.
La desidia.
La tristeza.
El desamor.
Malos abonos para el bello jardín.
Se fue la intensidad.
Se fue la ilusión.
Se fue la fe.
El aroma, los sincronizados latidos.
Se seco el rosal.
Se marchitaron las rosas.
Se llenaron de gusanos las manzanas.
Se fue la intensidad.
El fervor y el celo.
Se fueron los sabores compartidos.
Sentarnos a la misma mesa.
Tener un mismo lecho.
Compartir llanto y pañuelo al llorar.
Olvidamos nuestros colores.
Nos olvidábamos en los segundos, en los minutos en las horas, en los días, en los años.
Se convirtió el huerto en un erial.
Se apago la vela cargada de pavesa.
Demasiada inútil carga.
Arado imposible de arrastrar.
Ya no nos perdonábamos..
Ya no olvidábamos.
Ya permanentemente nos reprochábamos.
Ya no nos queríamos.
Ya comenzábamos a odiarnos.
No queríamos ya continuar de la mano por los mismos caminos.
Sin nada que decir.
Sin nada que contar.
Sin nada conjunto que vivir.
El uno para el otro dejamos un día seco de existir.

Corazón finito

Duramos tan poco tiempo.
Nuestros ojos ven tan poco.
Abarcamos escasas cosas.
Abrazamos lo que abarcan nuestros brazos.
No caven tantas cosas en nuestro corazón.
Y vamos en el camino abandonando.
El corazón es un espacio bello y excluyente y el que habita en el quiere poca compañía.
Paradojas de amor y celos.
Manías de los huéspedes del corazón.
Tiempo finito.
Corazón finito.

viernes, 8 de marzo de 2013

Rosario de brasas


No me acompaña un buen resultado en el diluvio.
Todo es perder.
Escorrentía de campos en pendiente y desarraigados.
Acarcavado paisaje de llantos. 
Lameré tu sangre, mi sangre, vinculo, nexo, casa matriz que vio nuestro alumbramiento..
Sala de consuelo.
Cobertores de lana.
Crujir de bigas de castaño.
Tardes cortas y grises de otoño.
Rosarios de brasas.
Multiplicadores recuerdos, Ines, Luisa, Felisa, Ángel.
Sin frases de animo.
Sin animo en las fuerzas.
Ya a nadie veo.
Ya a nadie siento.
Contando perdidas entre Ave Marías.
Para expiar la purgación.
Para ganar el cielo.
Domestico, familiar, lleno de afectos.
Quien a mi me recompondrá.
Valle de lagrimas en un cerro de nieves.
El problema esta en mi mano.
La educación me obliga a contenerme.
Impide mi alzamiento en ira.
Postrante rendición.
Podre catapultar lejos, muy lejos los tormentos.
Rezaré a los queridos, los de la diestra de mi Dios, como alivio liberador de mis tensiones.