sábado, 20 de abril de 2013
Morsas pirarañas
Sueño con expertizar rarezas.
Sueño con diseccionar rarezas.
Sueño con lebrilopes.
Tengo pesadillas con morsas pirañas.
Me sobresalto en sueños con raposas brujas.
Temo en la vida real a las zafias rubias descerebradas.
Nada trivial.
Intradós de penurias.
Chaflán de mis correligionarios.
Didascálico teorema de fisuras.
Toda excedencia, corresponde a una ausencia.
Pantagruélica cena de opíparos.
Formas extremas.
Extremos tan próximos.
Te sanaré con el fémur de una virgen.
Te enfermaré con el fémur de un asesino.
Voces de espíritus que invoco para condenar o redimir.
Atraídos por lo poco común..
Atraídos por lo nada trivial.
Chaflán de mis correligionarios.
Didascálico teorema de fisuras.
Toda excedencia, corresponde a una ausencia.
Pantagruélica cena de opíparos.
Formas extremas.
Extremos tan próximos.
Te sanaré con el fémur de una virgen.
Te enfermaré con el fémur de un asesino.
Voces de espíritus que invoco para condenar o redimir.
Atraídos por lo poco común..
Atraídos por lo nada trivial.
Sin valor
Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Cayó el capote en la arena.
Cayó en la arena de gloria.
Tu negra montera.
Cuando el negro morlaco.
Tu esbelto cuerpo de luces.
De muerte zarandeo.
Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor.
Con filo certero
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Y entre oles y mantones.
Y los gritos del graderío.
Y mil y un ¡Dios mio.!
Mi corazón se lleno de frío.
Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
A las cinco de la tarde.
Aquella feria de abril.
Llegó a mi vida.
La pena negra.
Y el negro y pesado luto.
Y a mi reja de alegrías.
Un negro pendón de luto por ti.
Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
El valor de vivir sin ti llegó.
Y hoy solo es mi rutina.
Con negra mantilla.
Ir al campo santo.
A llorar por ti.
A llorar por mi.
Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor .
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Y hoy espero el consuelo.
De que se apiade el altísimo.
Y me lleve de aquí.
Y me lleve a ti.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Cayó el capote en la arena.
Cayó en la arena de gloria.
Tu negra montera.
Cuando el negro morlaco.
Tu esbelto cuerpo de luces.
De muerte zarandeo.
Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor.
Con filo certero
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Y entre oles y mantones.
Y los gritos del graderío.
Y mil y un ¡Dios mio.!
Mi corazón se lleno de frío.
Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
A las cinco de la tarde.
Aquella feria de abril.
Llegó a mi vida.
La pena negra.
Y el negro y pesado luto.
Y a mi reja de alegrías.
Un negro pendón de luto por ti.
Temiendo estaba yo al valor.
Y el valor.
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
El valor de vivir sin ti llegó.
Y hoy solo es mi rutina.
Con negra mantilla.
Ir al campo santo.
A llorar por ti.
A llorar por mi.
Temiendo estaba yo el valor.
Y el valor .
Con filo certero.
Con tajo de acero.
Mi alegría segó.
Y hoy espero el consuelo.
De que se apiade el altísimo.
Y me lleve de aquí.
Y me lleve a ti.
La tachonada cúpula celeste
Damero de estrategias de caridad.
¿ Como camina la bondad por el mundo.?
¿ Cuantos son los escollos con los que tropieza.?
Descalzos reales.
O realmente descalzos.
Todo se desplaza.
Todo se aplaza.
El orden de las ordenes.
Las ordenes en orden.
Nada temo de mi Dios.
Solo teme mi Dios.
Del hombre su mala intención.
Ayudando desde la jerarquía.
Jerarquizando las ayudas.
Ascensos sociales por la publica caridad.
El peso de la cúspide.
Lo anclante que es estar en la base.
Imposible alzar el vuelo con el borrascoso firmamento en crisis.
No temo la cólera de Dios.
Temo la cólera de la miseria humana.
Cuervos que me sacarán los ojos bajo el brillo de la tachonada cúpula celeste.
¿ Como camina la bondad por el mundo.?
¿ Cuantos son los escollos con los que tropieza.?
Descalzos reales.
O realmente descalzos.
Todo se desplaza.
Todo se aplaza.
El orden de las ordenes.
Las ordenes en orden.
Nada temo de mi Dios.
Solo teme mi Dios.
Del hombre su mala intención.
Ayudando desde la jerarquía.
Jerarquizando las ayudas.
Ascensos sociales por la publica caridad.
El peso de la cúspide.
Lo anclante que es estar en la base.
Imposible alzar el vuelo con el borrascoso firmamento en crisis.
No temo la cólera de Dios.
Temo la cólera de la miseria humana.
Cuervos que me sacarán los ojos bajo el brillo de la tachonada cúpula celeste.
viernes, 19 de abril de 2013
Estercoladores
Las palabras que van y vienen, se vician con el ajetreo de tanto viaje.
De tu boca salen sapos.
Y las palabras que te llegan, sapos salen.
Caminitos de estiércol.
Caminitos de estercoladores.
Cainitas que estercoláis zarzas y cardos entre mis rosales...............
De tu boca salen sapos.
Y las palabras que te llegan, sapos salen.
Caminitos de estiércol.
Caminitos de estercoladores.
Cainitas que estercoláis zarzas y cardos entre mis rosales...............
jueves, 18 de abril de 2013
Sin alhajas nacemos
Airearé la casa tras la deflagración.
Cometa libre en el oscuro firmamento.
Sin certeza, se que camino ya por el camino cierto.
Comienza mi vida cuando para vosotros he muerto.
Espigón de frágil y efímera sal.
Evitando la debilidad construiré a matajuntas.
Deseando oíros reventar, anhelada traca de gloria.
Sin alhajas nacemos.
Sin alhajas nos vamos.
Cometa libre en el oscuro firmamento.
Sin certeza, se que camino ya por el camino cierto.
Comienza mi vida cuando para vosotros he muerto.
Espigón de frágil y efímera sal.
Evitando la debilidad construiré a matajuntas.
Deseando oíros reventar, anhelada traca de gloria.
Sin alhajas nacemos.
Sin alhajas nos vamos.
martes, 16 de abril de 2013
Sin esfuerzo
Al sol, sin miedo al sol.
Sin afeites, tintes y fajas.
No tengo nada que domar.
No tengo nada que ocultar.
Puñaladas de desinstruidos.
Puñaladas de carne sin educación.
Se mueren las rosas si las gordas zafias las orinan.
Orines cáusticos, de mi no elegida y corrosiva compañía.
No deis alimento nunca a los monstruos porque no solo os comerán las manos.
Sera el inculto el que incendie el templo.
Serán los ruines quienes asesinen tus rebaños.
Serán los vulgares los que sin esfuerzo heredaran la tierra.
Serán ellos ya sin sombra los que entre ellos se aniquilen.
Humedad
Soy el alimento de mis ángeles.
Mis ángeles son mi alimento.
Simbiosis de amor.
En al planta alta.
En la planta más alta.
Sintiendo el frió de lo subterráneo en mis plantas.
Habitáis sin calor y frío y humedad generáis.
Próximas al infierno.
Infierno próximo.
Orondas plúmbeas de bajo piso, de baja calaña.
Acerico
Raposas que por estrategia social vestís Santos.
Pido a esos Santos que tan vulgarmente vestís.
Veros ciegas para que vuestras manos sean el acerico de vuestras maldades.
Altísimo que a vista de pájaro ves su zafiedad por el bien del mundo aniquilalas.
Pido a esos Santos que tan vulgarmente vestís.
Veros ciegas para que vuestras manos sean el acerico de vuestras maldades.
Altísimo que a vista de pájaro ves su zafiedad por el bien del mundo aniquilalas.
Solo respeto
En el subterráneo despiezáis Santos.
Construiré un hospital para sanar sinceros.
Cámara dolomítica para atesorar perdones.
No pido gloria, sólo respeto.
Picáis mis escudos, para robar mis obras.
Obras de amor.
Amor que muere haciendo el bien.
Fanales para asfixiar gorriones.
Cruel sino el del perfecto.
Cruel sino el del predilecto.
Memorizaré lo justo, para olvidar lo preciso.
lunes, 15 de abril de 2013
Corriente
Conmiseración para los forzados.
La opinión corriente, tiene mucho arrastre.
Torres de hidalgos que emigran por el vinculo.
Nunca dividir, siempre sumar.
Fachadas de callejera fama.
Grandes entre los pequeños.
Pequeños entre los grandes.
Escarnio en plaza publica para el crimen de la recóndita alcoba.
La opinión corriente, tiene mucho arrastre.
Torres de hidalgos que emigran por el vinculo.
Nunca dividir, siempre sumar.
Fachadas de callejera fama.
Grandes entre los pequeños.
Pequeños entre los grandes.
Escarnio en plaza publica para el crimen de la recóndita alcoba.
No ser ignorante
No me reproches mi hermetismo.
Oficiar en las alturas produce vértigo.
¿Es la verdad el camino helicoidal.?
¿Es el camino helicoidal la verdad.?
La ignorancia no tiene fin.
Y mi fin es no ser ignorante.
Afán de aislamiento y reclusión en la inconclusa torre.
Misión imposible meter en un hoyito el mar.
Inexpugnabilidad
Las llagas de las piedras solo saben de miserias.
Los merlones de las torres solo saben de tragedias.
El alto precio de la inexpugnabilidad.
Laguna de detritos en la plaza publica.
Sitio o exilio.
Todo forzado, todo rendido, todo encadenado.
Tras el traspié los mil tropiezos.
Traidores aduladores que tan fácilmente os desposicionais.
Tarde o temprano vosotros también tropezareis.
jueves, 11 de abril de 2013
El exilio
Soy rey en el exilio con un triste séquito de polillas.
En las altas horas nunca estuve solo.
Ahora rendido todos me abandonan.
Traidor interés que ciegas en la bonanza con tu exceso de presencia.
Y en la carencia brillas por tu ausencia.
Solo parto, solo y sin inútil peso.
Y tarde entiendo la falsa compañía de ayer.
La de los que hoy me propinan desprecios.
En las altas horas nunca estuve solo.
Ahora rendido todos me abandonan.
Traidor interés que ciegas en la bonanza con tu exceso de presencia.
Y en la carencia brillas por tu ausencia.
Solo parto, solo y sin inútil peso.
Y tarde entiendo la falsa compañía de ayer.
La de los que hoy me propinan desprecios.
Plañidero sable
Construiré para ti una gran pirámide de caracolas.
Susurrará el aire en los helicoidales salones, repitiendo el arrullo de tu amado mar.
Coronas de gráciles algas flotaran en tu cielo, cúpula celeste de la cámara mortuoria de mi amor.
Esperare mi tren en los fríos amaneceres, en los que el rítmico y tenaz oleaje, llene de ligera espuma el paseo de arena.
Estelas de ofiuras, de hipocampos, de anémonas mecerán la agonía de las horas de espera.
Y ya rendido en el plañidero sable, mil cangrejos rojos, con sus pinzas rojas me llevaran ante ti.
Susurrará el aire en los helicoidales salones, repitiendo el arrullo de tu amado mar.
Coronas de gráciles algas flotaran en tu cielo, cúpula celeste de la cámara mortuoria de mi amor.
Esperare mi tren en los fríos amaneceres, en los que el rítmico y tenaz oleaje, llene de ligera espuma el paseo de arena.
Estelas de ofiuras, de hipocampos, de anémonas mecerán la agonía de las horas de espera.
Y ya rendido en el plañidero sable, mil cangrejos rojos, con sus pinzas rojas me llevaran ante ti.
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