lunes, 21 de octubre de 2013

En este umbral

Llora el aire tras los cristales.
Mece el viento el naranjo.
Lenta es mi reacción a la cólera.
Calma de postrimeros instantes.
Sin disputas.
Sin el ruido de los gimiqueos de los velorios.
Con la templanza de las perdidas fuerzas.
Meandrinoso último instante.
Me vence el sueño del olvido.
El sueño que todo lo perdona porque sabe que ya no hay cuentas pendientes.
El cobro es de los vivos y en este umbral ya nada se cobra.

El corto vuelo

Se desmorona mi fuerza en la disputa de familia.
Es tan insensata mi sangre.
Es tan visceral su amor que me destroza en su falta de raciocinio.
No me abarca mi sangre.
Me ahoga el abrazo de amor con su extraña lógica de afecto.
Solo y amado desde la distancia próxima que impone la falta de merito.
Mis méritos no son sus méritos.
Mi dicha no es su dicha.
Mi vida no es su vida.
Mi batalla no es su batalla.
Pierdo la guerra de mi sangre y me esclavizo al destino de mi casa.
Casa de ventiscas y lluvias rojas.
Corazón que por amor te encadenas que corto vuelas.

Festín de rapiña

Pagando aranceles para poder vivir.
Ladrones hospedados en la casa consistorial.
Tributos para los rateros de sudor.
Alardeáis de vuestro efímero estatus en los peldaños de los bocados del ansia.
Nada es suficiente para quien todo envidia y ansía.
Estúpidas nenazas que en lo más falso de lo falso os movéis.
Afónicas tras desgañitaros en el pregón de los falsos méritos, de las falsas metas, de los más falsos aun logros.
Sinos de hoy, el que merece la gloria es escarniado.
Y el verdugo vil coronado rey de este festín de rapiña.


viernes, 18 de octubre de 2013

Vivir para............

Mi vida es un morir, es un aturdirme.
Mi vida es una rendición, una buscada ceguera.
Mi vida es un camino donde voy apagando luces para estar a oscuras.
Me asquea tanto tanta injusticia que no puedo enmendar, que me duele ver y vivir para solo esto ver.

Temo, sin ver, te temo

Es menudeo la satisfacción que obtengo.
No duermo nada ante la presencia invisible de los merodeadores.
Me vencen en el miedo.
En la vigilia de rezos.
Como no temer a la mano que he visto ya mancharse de sangre mil veces.
Es inquina lo que me trasmiten las sombras del jardín.
Es odio lo que me cuenta la asustada lechuza.
Son astutos atormentandome en esta parálisis, en esta agotadora selva de ruidos de temor y recelo.

Penillanura de zozobra

Es la fortuna un trofeo esquivo.
Se me resiste el placer en los valles por los que peregrino.
Sediento deambulo por los caminos de cabras.
Solo en mi rareza.
Solo en la desdicha de mi pensamiento atormentado.
Solo en mi empeño por vivir entre fantasmas, entre ausentes, que yo hago presentes en mi empeño por elevar el tono de mi baja compañía.
Solo en las lagrimas rojas de las perdidas que a otros nada duelen.
Solo en esta penillanura de zozobra y líquenes matificadores.
Fortuna que cínica me sonríes en los recodos del camino del mañana.
Nunca mi dicha es hoy siempre posterga su visita a mis aposentos al futurible mañana.

Corazón libre

Incomodo en los brazos pegajosos de las caricias libidinosas del vulgar.
Besos de amapolas marchitas y opiaceos.
Corralitos de posesión insana y sin merito.
Quien comento en la sala que me poseéis.
Quien a través del bando de infamias pretende manchar lo que en ninguna batalla gano.
Como podría yo pertenecer a quien en rapto consiguió la miseria robada del roce de mis labios.
No pertenece lo usurpado solo se disfruta en el forzado precario.
Los ladrones de forma legitima no poseen nada.
Estoy encerrado en tu estancia pero nada tuyo encierra y contiene mi corazón.

Lenguas de stras

Despierto perdido en la oratoria de los farsantes.
En las estrategias de sanguijuela de los condes.
Extremofilo futuro de división.
Flores de odio para el entierro de la decencia.
Me pierdo en la árida extensión de los cadáveres que no importan.  
De un pueblo que no importa en las estrategias del medrar.
Condes de corona de hojalata con ansias de reinar en tierras no propias.
Bandos en lenguas de stras, de falso oropel. 
Redactaré de nuevo la historia para que en algún rincón podáis reinar. 
Rincones oscuros del alma, almas de miseria y plomo.
Loros que farfulláis en lenguas que si pudieran elegir jamas permitirían ser tildas con el regusto que deja en sus palabras vuestra acre y zafia boca.

jueves, 17 de octubre de 2013

Vuestras guaridas

Zorras de colores chillones que dormitáis saciadas en sillones de scai.
Que suerte ser torpes como cerrojos y gordas como cochinos.
Suerte de no tener conciencia que os impida poder descansar.
Asesinas de ángeles, gorriones y camelias.
¿Que pecados tengo que purgar? Ya que Dios vuestras guaridas coloco a la puerta de mi casa.
Yo en pura vela y vosotras tras tanto crimen sin ningún desvelo.
Dónde esta el confín para hacia el ahora mismo huir.

Juré justicia

Ha sido suerte sortear tu trapera puñalada.
No era mi hora, no era tu pluma burda la escribiente de mi fin.
Resalte de escarificaciones que me harán recordar.
Cicatrices de inferiores, parásitos nucientes que no soportan la luz del sol.
En la armonía de los castaños sano inalcanzable para los que solo poseen un cubil ganado con la más sórdida de las estafas.
Juré justicia olvidando que lo más justo es que no me vuelva el zafio a escarniar.

Parvo ingenio

Que fácilmente lloran las hijas del matarife.
Aspavientos de teatreras adictas al frite de casquería.
Como borraré de mis sueños vuestras caras zafias cuajadas de lipomas.
Borrachas de vinaza, os crecéis en la orondidad de vuestro parvo ingenio.
Guarras que vais a pachas en el escarnio.
Jubilo tras las puercadas en los cubiles del asma.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Embarrar lo inmaculado

Como siento no haber huido antes.
Mi testarudez me ata a causas perdidas.
Y cuando me deslío veo lo fácil que es, no batallar con necios.
Tropezar para levantarse.
Levantarse para volver a tropezar.
Es la rendición una victoria y la partida un perder de vista la costrosa miseria de los miserables.
Que fácilmente te tiznan la piel las manos del delincuente y su tendencia a embarrar lo inmaculado.

El agrio olor a joven

Abrigos de parda roca en los amaneceres de bostezos.
Estragos de adormidera.
Farruca bulla de humo.
Está tan próxima mi mano de las fauces del rabioso que siento el calor de sus babas.
Verdugos que segáis vidas de mártires. ¿Qué cielo queréis alcanzar?
Es el agrio olor de los manipulables y desinstruidos jóvenes.

Con un único oficio

Casas baratas de almas seriadas.
Retahíla de aturdimiento.
Putas sin oficio o con el único oficio de ser putas.
Incinerado el cadáver no desaparece el delito.
Me ruborizo de la crianza que posturea con la destreza del más básico de los oficios.
Es la extraña sombra de la araucaria, raquítica como osamenta de gigante.

lunes, 14 de octubre de 2013

Crepitar en las tinieblas


No tengo la fuerza que requiere la rendición.
Como vampiriza el ser cautivo.
Solo sale el sol para el cauteloso.
Figurada sentencia de oficio de tinieblas.
Crepita la llama ante el más misero de los miseros vientos.