jueves, 31 de octubre de 2013

Señorío valiente

Ruinas de historia veo cuando duermo.
Ruinas de historia veo cuando despierto.
El ábside del convento del Espíritu Santo y su alto nivel de escombros.
Pechinas en gran venera que el liquen acaricia.
Casa de Dios abierta al cielo, a su sol y a sus lluvias.
Cantera de codicia para hacer chabolas.
Casuchas de aparceros, en las afueras para que no tiznen el señorío valiente, sin macula a costa de ser preservado sin uso bajo mil llaves de egoísmo.

Llantos rentables

Perfumadas de domingo vais a los velorios.
A dar alaridos como estrategia de notoriedad.
Vais a hacer bulto, bulto redondo, visible.
Rubios de potasa, de pensamientos negros.
Raposas que os abrigáis con pieles de cordero.
Nada os duele pero por todo lloráis, llantos rentables, llantos de réditos.
Lagrimas para embaucar bobos.
Lagrimas de zorra que camufla con dulzor su agrio tufo.

La paz también mata

Si me llamas no correré, volaré entre olivos abandonados de la mano cansada.
No es tu queja un pretexto, es el norte de mis latidos.
Sombras alargadas de cipreses que colonizáis el llano, no os temo y ante su queja os desmontaré.
Llanto de exilio, de marcha forzada.
Ya se vida mía, que no solo mata la espada, sino la paz de los que te matan en el no hacer nada.

Las frioleras lagartijas

Tras la retícula del ventanal esta la inmóvil palmera proyectando crespada sombra sobre el tejado.
Y entre las tejas, huyendo de lo oscuro y fresco las frioleras lagartijas.
Esa es mi ventana, esos mis días de sol y esos son los tranquilos vientos que mecen mi espíritu y calientan mi alma.
Días de horizonte de pájaros, tejas, naranjos, lagartijas y palmera.

Sin un perro que te ladre

Murió solo, sin un perro, solo la ausente compañía de un zorra que fornica de balde.
Barata furcia que tan caro a el la compañía vendías.
Mujer perdida en los halagos de las baladronas.
Ya lo llevo Dios de esta vida miserable, lejos de tos disgustos.
Lejos de la corrobla.
Lejos de los balcones, nidos de ametralladoras.
Portal de viboras que unas a otras se despellejan.
Lejos del alcance de todo daño, se marcho solo, solo en la tarde.
Solo, muy solo sin un perro que le ladre.


Ya se murió el burro

Ya se murió el burro que acarreaba la vinagre.
Ya te dejo hueco para tu estilismo detestable.
Mujer de vicio sucio.
Mujer de trapos negros.
Mujer de manchas,
Mujer que se deja mecer por la mano zafia.
Ya se murió tu burro, el que te hacia la vida más agradable.
Y tu tan negra, guarra y puta, sin una lagrima pues estas del todo seca y no puedes ya llorarle.

Lleva fusca

Son tus casas las de una sola puerta, las fáciles de vigilar.
Todos pueden ver con quien entras, con quien sales.
Son tus casas las claras de cal, las netas, las rasas.
En la plaza, en el llano, en el cerro, cara al sol de la mañana.
Son tus casas las que no mienten, y el asedio de la mentira en ellas es fácil de desmontar.
Pero aun así ante tus rosales, el celoso inventa chismes, duros chismes de alcahueta ociosa, para dar sombra a tu plaza y a tu porte.
Y a tu nombre el viento de callejuelas oscuras lleva fusca, para envenenar tus rosas y manchar tu santa casa.

Con mis manos

Pintar me reconforta y me salva del naufragio.
Aguas de tormenta y grandes olas que amenazan con engullirme.
Yo con mis manos emulo a Dios creando Ángeles, Reinas y Santos que reman conmigo haca el favorable puerto.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Erizado desierto


Desierto erizado de estacas para empalar justos.

La autopsia del delito os delatará.
Dique interminable para hacer árido el valle.
Las calumnias apagan los vivos colores.
Es duro ser consciente de mi hostil destino.
Duelo a solas, entre reconfortantes ladridos.
No me solazaré en la quietud.
En la cumbre rascando el cielo, 
anillo a mis aliadas 
las blancas palomas de mi paz.

Soldado de la solidaridad

Mi camino es la privación.
Privarme para compartir.
Soy un soldado de la solidaridad.
Es infinito el amor, pero no es infinito el bienestar.
Si algo a ti te sobra a alguien le hace falta.
Es nuestra suerte su desgracia.
Es nuestra generosidad su suerte.
Hoy te toca dar, quizás mañana aunque no lo creas tengas que pedir.

El hoy es tuyo

No somos culpables de haber sembrado cizaña, pero si de no haberla segado en su momento.
No rinde su pequeño número, rinde su gran ruido.
Es el terror un derrotero fácil.
Pero luctuoso y enquistable.
Hoy corre mi sangre por las calles, mañana sera la tuya o la de tus hijos.
Los desaguisados de hoy serán heredados.
Tumultos para acobardar, acosos para paralizar, bocados de ira para desangrar.
El hoy es tuyo, pero cuando me sane te disputare con uñas y dientes el mañana.


Funerales de cucarachas

No me veréis en los funerales de los escarabajos y cucarachas que dan el último empujón  a la bola de mierda.
Vuestro vulgar dolor me reconforta.
Lo veré en la distancia, alejado del tufo y vuestra barulla.
Lejos de vuestras zarpas.
Al calor del sol del membrillo y de la bella granada.
Sol de hojas secas, de renglones torcidos que el reposo endereza.
Se necesita poco para matar, se necesita poco para vivir, se necesita mucho para a vuestra virulencia sobrevivir.

martes, 29 de octubre de 2013

Sollozos para fastidiar

Es mi dicha posible en los ambientes pobres, de artificio y artificiosidad.
Lejos de las nodrizas de ladrones.
Lejos de las que buscáis la gloria en el hundimiento de un astro.
Dinamitáis belleza sin sentir un ápice de tortura moral.
Sollozos para fastidiar y provocar reales sollozos.

Ventarrón

Pasaré la lengua por mis manos ensangrentadas y mañana tras descansar seguiré construyendo mi feliz mañana.
Nada quiero que me turbe, nada quiero que me espante.
Nada al exilio me he traído del ventarrón de calumnias que sale de vuestras casas. 

Gordas de la puñeta

Empeñadas en volverme loco están las gordas con puntillas que parecen mesas camillas.
Convence el granel, las garrafas de manteca.
Llora el tocino llanto de sebo.
Lagrimas de rata aceitosas y pringosas.
Que devastadora es la empatía que genera la gordita turiferaria y sarasa.
Sarna, asma, acusma de malas mondongas que en el ruido de pucheros tiznados atención reclaman y consiguen.
Que grasa en mi perseguís si magro soy y lana no tengo.
Diabólicas gordas que no entraríais en el cielo ni por la puerta más grande.
Gordas de la puñeta, del pelo frito y pajizo, de las raíces negra y la negra alma, tragareis los esputos que hoy esputáis, porque Dios existe y además memoria tiene............