Mentiras de demagogos.
De creadores de morralla.
De cuarteles de adeptos.
De fieles y ciegos soldados.
Con salarios de migajas.
Adictos al circo.
Y cretinos aleccionados en dar vítores sin pensar.
Es demoledor el presente que habéis creado.
Ojala el inculcar el merito y el esfuerzo.
Pueda cambiar el futuro.
miércoles, 8 de enero de 2014
Renglones tuertos
Si las tertulias estan llenas de necios, es porque el publico demanda necedades.
Ignorantes que incendiáis al vulgo, con vulgares mentiras.
Tiembla los renglones derechos, ante tanto y zafio tuerto renglón.
Ignorantes que incendiáis al vulgo, con vulgares mentiras.
Tiembla los renglones derechos, ante tanto y zafio tuerto renglón.
La justicia mortalmente tropieza
Porque hacer infalible la justicia si es humana.
La justicia tropieza como cualquier mortal.
Alcanza lo que alcanza cualquier otro ojo.
Y se inclina por afectos o afinidad como se inclina cualquier humano mortal.
La justicia tropieza como cualquier mortal.
Alcanza lo que alcanza cualquier otro ojo.
Y se inclina por afectos o afinidad como se inclina cualquier humano mortal.
Criticas desde la penumbra.
Criticas sin rostro, descaradas, condenatorias, apedreadoras desde el velo del anonimato.
Muy valientes son los que no son ejemplo de nada, porque alguien ejemplar no se esconde o parapeta tras nada.
Ese es el error de las redes, de los anónimos pescadores de victimas, que desde la penumbra critican lo que en la penumbra ellos practican.
Muy valientes son los que no son ejemplo de nada, porque alguien ejemplar no se esconde o parapeta tras nada.
Ese es el error de las redes, de los anónimos pescadores de victimas, que desde la penumbra critican lo que en la penumbra ellos practican.
Perversión
Que seductora es la perversa belleza.
Ácido bombón.
Visión imborrable que ofusca mis días.
Candidez en la envoltura e infernales y retorcidas entrañas.
Ángeles caídos expertos en hacerte caer.
Caída de la que uno no se repone.
Y el ángel dominador no te permite salir de su pozo de seducción.
En su complacer y privar.
Monstruos bellísimos expertos en esclavitudes.
Ácido bombón.
Visión imborrable que ofusca mis días.
Candidez en la envoltura e infernales y retorcidas entrañas.
Ángeles caídos expertos en hacerte caer.
Caída de la que uno no se repone.
Y el ángel dominador no te permite salir de su pozo de seducción.
En su complacer y privar.
Monstruos bellísimos expertos en esclavitudes.
Fuente helada
Se escarchan mis manos en mi empeño por sentir la claridad del agua.
Agua helada de fuente entre robles y castaños.
Ya obscurece y regreso por el camino húmedo de tierra encharcada.
Senda de piedras, líquenes y hojarasca descompuesta.
Ya nadie cuida los olivares que se pierden en los ingratos serpollos.
Malos hijos que no miman el legado de sus padres.
Agua helada de fuente entre robles y castaños.
Ya obscurece y regreso por el camino húmedo de tierra encharcada.
Senda de piedras, líquenes y hojarasca descompuesta.
Ya nadie cuida los olivares que se pierden en los ingratos serpollos.
Malos hijos que no miman el legado de sus padres.
El huidizo sol
Holgazaneo en el huidizo sol.
Bajo la desnuda higuera.
Maraña de ligeras sombras.
Ovillo de luz que se esfumará en segundos.
Devorado por la plomiza nube que rápida avanza.
Intermedio donde se secan los calcetines de chapaletear en los charcos.
Bajo la desnuda higuera.
Maraña de ligeras sombras.
Ovillo de luz que se esfumará en segundos.
Devorado por la plomiza nube que rápida avanza.
Intermedio donde se secan los calcetines de chapaletear en los charcos.
Elegido impasse
Besos contenidos de amante descontento.
Lagrimas reprimidas para no mostrar dolencias.
Limpio el almíbar de mis labios para no atraer moscones.
Lagrimas reprimidas para no mostrar dolencias.
Limpio el almíbar de mis labios para no atraer moscones.
Flores añiles
Me curte la lluvia.
Me curte el sol.
Me curten los años.
Maduro entre penas, castaños y flores añiles.
Me curte el sol.
Me curten los años.
Maduro entre penas, castaños y flores añiles.
Ladrones de lana
Si hacer ruido en calle, puedes robar en silencio en el interior de la casa.
Sorprende llorar por la oveja robada, cuando reías cuando tu y los tuyos robaban del rebaño toda su lana.
Islas de costas acantiladas
Se lamenta la ola al morir frenada por la áspera roca.
Es la suerte de la orografía de nuestra costa.
Envidia entre espumas, la muerte ligera de las compañeras que mueren en la suave arena.
El destino nos manda escoyos contra los que bravos fenecemos,y nos rompemos en bella y efímera espuma.
Espuma de corrientes y oleajes, de puertos cerrados y destinos forzados.
Islas acantiladas a las que su aspereza lamemos, con el fin de poseerlas en el fundente amor de la muerte en la arena.
Es la suerte de la orografía de nuestra costa.
Envidia entre espumas, la muerte ligera de las compañeras que mueren en la suave arena.
El destino nos manda escoyos contra los que bravos fenecemos,y nos rompemos en bella y efímera espuma.
Espuma de corrientes y oleajes, de puertos cerrados y destinos forzados.
Islas acantiladas a las que su aspereza lamemos, con el fin de poseerlas en el fundente amor de la muerte en la arena.
Estrellas de una noche sin firmamento
Todas las furcias son iguales, cantaros seriados, operadas en la misma clínica taxidermista.
Obsesionadas por la vulgaridad, por el
exceso de formas, por la voluptuosidad de la silicona, adherida a chasis
esqueléticos, fruto de las desordenadas ingestas y el tabaquismo.
Todas se remedan, en las inoculadas
tendencias, vendidas por cirujanos carniceros y desaprensivos que llenándolas
de costuras hacen su agosto.
Vulgar y previsible es su vida, del jergón
a la temprana sepultura, sin haber sido amadas. Solo usadas como muñecas de plástico,
de plástico vivo.
Les ciega la euforia del piropo del hambre del camionero, el
halago a media luz y los billetes que les posibilitan un nuevo retoque, un paso
más hacia el esperpento, el ideal circense del lupanar, la atracción más buscada
del momento, ansia de torturador star.
Un costurón más en sus recosidos cuerpos, carne de cañón de una
moda que para nada, en la obscuridad del cubil sirve. Pero que contenta al
proxeneta, que las explota y presume de mercancía en la barra de los
tugurios de alterne, en los que las degrada por una protección que no
necesitarían si no hubieran decidido ser estrellas de una noche sin firmamento.
Al final siempre escampa
Todo al final escampa, al final siempre sale el sol, tras el cautiverio de nubes y barrotes finísimos de agua.
Sale el sol y aparcas a los necios y a sus necedades y olvidas la lluvia y solo te quedas con su vivificantes efectos, todo esta verde, todo esta fresco.
Sale el sol y vuelves a ser tras el forzado retiro la misma rutilante estrella, con más brillo aun, el brillo almacenado en los días de constructiva tristeza.
martes, 7 de enero de 2014
Con voz muy baja
Se tramitan con urgencia los quebrantos.
Pero con que lentitud se tramita el resarcimiento del daño.
Se oye la soflama de calumnias con mucha atención.
Se lee el libelo en grandes titulares.
Se piden disculpas en un rincón con letra minúscula.
Con la voz muy baja se pide perdón.
Pero con que lentitud se tramita el resarcimiento del daño.
Se oye la soflama de calumnias con mucha atención.
Se lee el libelo en grandes titulares.
Se piden disculpas en un rincón con letra minúscula.
Con la voz muy baja se pide perdón.
Manotazos al aire
Salen a los balcones a airear trapos de otros los que siempre esperaron la caída.
Se frotan las manos los que divulgan cacareos.
Anuncian rayos de esperanza los que corren pesados cortinajes en las pocilgas de sus casas.
Casas cuya prioridad es enseñar a ladrar a la prole.
Casas donde se esconden botines.
Casas de remiendos y parches,
Corren por el aire las maldades exageradas en los cañonazos de la ocasión.
Ruido de cacerolas, de aullidos y de manotazos al aire.
Espanta el circo, cuando se exhibe tan poco el circo de la propia casa.
Se frotan las manos los que divulgan cacareos.
Anuncian rayos de esperanza los que corren pesados cortinajes en las pocilgas de sus casas.
Casas cuya prioridad es enseñar a ladrar a la prole.
Casas donde se esconden botines.
Casas de remiendos y parches,
Corren por el aire las maldades exageradas en los cañonazos de la ocasión.
Ruido de cacerolas, de aullidos y de manotazos al aire.
Espanta el circo, cuando se exhibe tan poco el circo de la propia casa.
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