Las perdidas invisibles.
Las perdidas que los demás ni siquiera sabían que existían.
Ilusiones ocultas, deseos no confesados que cuando se desvanecen tampoco vas a contar.
Sueños que se evaporan y no los vuelves a soñar más.
Vivimos más bajo la piel que a flor de piel.
La cara oculta de nuestra luna esta llena de decepciones e inconfesables perdidas.
Por eso a veces dormir nos resulta tan difícil.
Si los demás vieran nuestro interior se explicarían lo inexplicable.
La opacidad del deseo y la no conveniencia de articularlo con palabras.
Ser transparentes nos hace débiles y nadie por esa razón quiere ser transparente.
He salido sin norte a sentir el frío del mundo.
El frío del sin amor, del sin casa, del sin perro que las manos al menos le lama.
He salido a sentir como empapa la lluvia, como empapa la niebla y el cerrado horizonte.
Sin abrigo he salido a sentir las lagrimas del mundo, su torrencialidad, su desorden.
La escorrentía de estar solo, que todo lo arrasa, todo lo descarna, todo lo anega, todo lo empantana.
Podredumbre de quejumbrosos de vicio.
Parasitos tragaldabas y buscarentas.
Amigos de la pela fácil y de origen turbio.
Robabaratijas porque no discurris para más.
Pero aun siendo de poca monta vuestro delinquir por falta de ingenio.
Molesta vuestro perennne tufo de latrocinio y mente aviesa.
Comadrejas comadres de gandes buches que solo sacia el sucio botín del delito.
Que insufrible es para algunos la verdad.
Luz de quirófano sobre el defecto.
Amenaza el gorrón con lacerias si te atreves a decir lo que ves.
Se ve el sincero arrinconado en el tablero de los juicios.
Se le apedrea la casa para silenciarle.
Se le atemoriza para hacerlo emigrar.
El pagó su casa, construyo su mundo sobre el terreno zafio y genero con su transparencia envidia y malestar.
No soporta el imperfecto luz sobre su farsa, no soprta el imperfecto que viva encima de él la perfección.
Que duros nos volvemos condenando traspiés cuando no es en nuestra casa.
Se me abren las carnes pensando en la jauría que sin haber sido capaces de enfrentarse a mi en el cara cara, en mi caída y por la espalda sobre mi se abalanzarán.
Lluvia de saetas caerá sobre el blanco cordero, caerá esa lluvia de la nube, turba negra de los corderos negros.
Detrás de los Reyes hay hombre, detrás de sus coronas estan sus duras vidas.
Solo ciframos en el oro de sus fiestas su trabajo.
Detrás del brillo también hay drama, sinsabores, manos que mecen tragedias y pies que zancadillean.
No todo es placer en los Reyes regentes.
Solo viven bien los Reyes en el exilio.
Los Príncipes en patrias extrañas, gozan del favor y brillo, que en su cainita patria los torcidos les privan.
No todo es ganancial.
No todo debe manchar.
Existe alguien que soporte que se airee toda su alcoba.
Todas sus cuentas.
Todos los vericuetos legales en aras de medrar.
Que fácil es atacar cuando uno tiene una caída.
Cuando hay una fisura.
Cuando uno vive un drama.
Y si es alta la testa en cuestión.
No tiene su acusación para el vulgo y la envidia.
Aun sin probar todavía, la más mínima duda.
La ética es estética.
La estética es ética.
No se puede ser un bello telón.
De tras del telón no debe haber una escombrera.
Ni mentir, ni esconder.......
No hay nada más vulgar que el vulgar que se las da de fino.
Ademanes de aire y palabritas finas de rancios buches de grasa y tocino.
De donde vienes y que has parido y eso es lo que tu eres y no es nada, nada fino.
Se agolpan los que quieren dar golpes.
A golpes rendirán el fruto con su inquina.
Mensaje para el arrabal que ni coteja, ni oye otra fuente.
Moral rastrera que a marrazos destroza bellas esculturas.
Desaparecido el canon ya nadie en el arrabal es tuerto.
Todo lo fácil abunda.
Todo lo simple prospera.
Dios tilda con la complejidad a quien ha decidido que le va a atormentar la vida.
Lo que queda tras el amor.
Suele ser un terreno arrasado.
Un pedregal.
Un valle de lagartos.
Un terreno de razzias de una y otra parte.
Si supiéramos la desolación que es el desamor, no nos enamoraríamos nunca.
Tengo escarcha en las manos que me impide poderte acariciar.
Es duro solo poder ofrecer frío.
Es triste sentir el frío solo.
Es duro el camino que me toca hacer solo.
El deber de caminar.
La obligación de desenredar el hoy.
Porque en el enredo de mañana ya llegará.
Mis parámetros no son tus parámetros.
Mis palabras no son tus palabras.
No sabes leer mis palabras.
No sabes interpretar mis parámetros.
Conversación viciada en origen.
Y entiende que tanto zafio derroche nada me satisfaga.
El lento desorden del orden.
El lento trance al letargo.
Se demora la llegada del bálsamo.
Se distrae la mente haciendo casillas.
Cifrando el dolor en la retícula del calculo.
Agrupando rescoldos, retirando cenizas.
Acunando a la hambrienta cólera.
Que no quiere dormir sin haber sido mínimamente saciada.
Se cierra el circulo de la luna llena.
Y no encuentra acomodo en el alma la pétrea clave.
De un arco, llamado tristeza.
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