jueves, 20 de febrero de 2014

Victimas de su marginalidad

Enganchadas en la puerta del mariposo.
Enganchadas en la casa de las carniceras.
Familias de maridajes de ponzoñosas y camuñas.
Batiburrillo de corraleras y damas de comadreos del frite.
Descuartizadoras de gorriones, de oropéndolas, de ninfas, de golondrinas.
Sombras de la más obscura de las ignorancias.
Faltonas llenas de faltas.
Delincuentes que interpretan ser victimas.
Victimas de la marginalidad y del enconamiento avieso de su pobre intelecto.

Los lujos del trono

La espiral de la muerte.
El único que descansa es el muerto.
Los vivos multiplican el drama en los conciliabulos del llanto.
Hermanos que en la afrenta contra hermanos traman venganza.
El poder del hermano con poder.
El ejercicio fratricida de la violencia.
La defensa cainita del estatus de privilegio.
Magnético trono que se perpetua en la derramada sangre.
Manos que no tiemblan al ordenar sacrificar iguales.
Miedo a perder el excedente, cimentado en la usura al todo débil.
Todo débil y sometido en el terror, necesario para mantener con lujos el actual trono.

Como comienzan los grandes dramas

Los grandes dramas, comienzan siempre con una microtragedia.
Que el interesado sectarismo, azuza y prende como gran tea con la que incendiar el charco de malestar.
Siempre existe solución hablando, siempre sin fanatismo.
Siempre sin el enconamiento, sin la testarudez sectaria, que no concibe que fuera del propio exista otro pensar.
Miedo da el mundo por la proliferación de necios y el alto auditorio que estos sentimientos concitan.

La anegada ladera

En la rapidez del desprendimiento.
Corrimiento de tierras en la anegada ladera.
Rodar al llano tras el llanto de la cumbre.
No tiene raíces el manto y la gravedad todo lo descarna.

Las palabras que no decimos producen cancer

Las palabras que no decimos.
Las palabras que reprimimos.
Los pensamientos que ocultamos.
La vida que enmascaramos.
No es victorioso el camino de la valentía.
No es muy transitada la senda de la verdad.
Nos rendimos en un temor pueril, a que pensarán de nosotros.
En un mantener una fachada de conveniencia.
escondemos la verdad en la cuadra.
Y hacemos que la verdad no este presente en nuestros días, en nuestras horas.
Somos solo verdad, pero elegimos ser actores de personajes variopintos.
Distantes de lo que realmente somos.
Interpretamos lejos del escondite, guarida donde bajo siete llaves y tapada con siete mantos estÁ oculta la verdad.
Que fácil y rentable es mentir, que de sin sabores acarrea la sinceridad, con uno mismo, con los demás, con nuestro Dios, con el espejo, con nuestra sombra, con la mala calidad de nuestro sillar, con nuestro deficiente mampuesto.
Fachadas telón de glorias insípidas, de amargas primeras filas de usurpación.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Margaritas de negación

Margaritas de negación y tormento.
Pétalos que me privan de la obsesiva felicidad.
Suerte que en mi camino coloca tropiezos para impedirme llegar a ti.

El latido purpura

Se estancan mis besos entre juncos y limarones.
En el embalse de lo no satisfecho.
De los deseos que no está en nuestra mano saciar.
Amores perdidos en el desatino del blanco.
En el latido purpura, torrente que se escapa sin regar de caricias el cuerpo negado.

Prohibido pensar distinto

Cuando opinar distinto es pecado mortal.
Cuando para algunos expresarse en libertad es delito.
Cuando el sectarismo te amordaza para que no disientas de su pensar.
Pensar totalitario, que un acto de intolerable invasión te prohíbe pensar y expresar tu libre opinión.
Viva la libertad o el dictatorial libertinaje de prohibir opinar al disidente. 
Soy un disidente libre que a pesar de la horda de fanáticos sigue opinando.
Soy libre para expresar mi credo, soy libre para sentirme orgulloso de el.

¿Dónde irán?

Dónde irán los bellísimos seres a los que les impedimos nacer.
Dónde irán con su irrepetible talento.
Dónde irán a prodigar su afecto.
Se les trunca la vida en el confort del útero materno.  
Único lugar donde creían estar a salvo.
Entrañas que en un acto contra natura les niegan la vida una vez engendrada.
¿Dónde irán? porque les hemos asesinado y con nosotros no están.

Brisa de cenizas

Es la belleza un parámetro aprendido.
Es la belleza un parámetro a revisar. 
Es la belleza una esencia que se evapora al abrir el bello tarro.
Al abrir los ojos, estanques de cautivador perfume.
Lagunas de misterio donde nadan hipocampos de plata entre olas de berilo.
Brisa de cenizas de seres que en abnegado sacrificio conformaron la formula del éxito de tu cuerpo.

La envidia del achaparrado matorral.

Altura, frío y más enemigos.
El trabajo te distancia.
El trabajo para el gandul te hace distante.
El logro te zona en un estatus de envidia. 
Domar tu espiritual te catapulta a las nieves perpetuas.
A las intrigas perpetuas.
Nada eres pero hasta lo que no eres envidian.
Nada necesitas y la sin necesidad envidian.
Sombra de esbelto ciprés envidiada por el achaparrado matorral.

martes, 18 de febrero de 2014

No apruebo la eutanasia

Cuando decimos debería dejar de sufrir, deberíamos poner fin a sus días.
En realidad queremos decir, nos molesta verle sufrir y si desaparece deja de molestar.
No esta escrito el mañana, pero nosotros por comodidad queremos escribir su fin hoy.
Sin dar la oportunidad de luchar, sin darles el amor que necesitan para la lucha.
Sociedad que da la espalda a la decadencia sabia de los últimos días.
Sociedad egoísta que se jacta de que asesina por piedad.

Los consejos de la soberbia

Déspotas que sin saberlo llevan peinados provincianos.
A veces estar a la última es estar el último.
Designios que recolocan a la avanzadilla en retaguardia y a la retaguardia en avanzadilla.
Tontos que en su empeño en tildarse, se tildan con lo más vulgar aconsejados por la necia soberbia.

No sin forcejear

Nombres ilustre, nombres que ilustran.
En los términos justos, en los justos términos.
Etiquetas para identificar, etiquetas con las que queremos que nos identifiquen.
Cauces deseados, cauces forzados.
Uno solo es dueño de si mismo y no sin forcejear con un entorno que nos lo quiere impedir.

Regias espinas

Los buenos solo pueden ser débiles.
Estropicios de generosidad.
Bajo el amparo de las arquivoltas.
Reino libre de intrigas.
Lupanar de herederos.
Traidores de muro sin vanos.
De dolor de entrañas vacías.
De viciador cíngulo de miserias.
Corona de gemas toxicas.
Corona de espinas regias.
Corona que en el amor esclaviza.
Trono que de penurias te colma.