No pongáis luz sobre mi, porque con luz no tengo sombras.
Me ametralla el ignorante azuzado por la mano del que me envidia.
Intentáis manchar el pasado inamovible que ninguna mancha tiene.
No temo a la historia porque esta sabe leer con luz y sin luz.
jueves, 20 de marzo de 2014
miércoles, 19 de marzo de 2014
Efímera y fortuita
Siento que mi sino es estar triste.
Sentir como pesa la tristeza en mis ojos.
Sentir flaqueza en los resbalones de las horas.
Siento como se me escapa de las manos la arena de la efímera y fortuita felicidad.
Sentir como pesa la tristeza en mis ojos.
Sentir flaqueza en los resbalones de las horas.
Siento como se me escapa de las manos la arena de la efímera y fortuita felicidad.
Delicado y vulnerable
Cuando me abandonará esta angustia.
Cuando seré libre para poder volar.
Sin las ataduras de la empatía.
Es mi vida un sin vivir.
Siempre en el lugar del otro.
En el lugar del que sufre, porque siempre hay alguien que sufre.
Alguien que llora, alguien que se va, en el momento de mayor tersura y dejando tras de si una estela de colaterales daños.
Que permeable soy, que delicado y vulnerable.
Sin coraza ante la metralla del tiempo.
Sintiendo una agonía que anuda mi garganta y me impide hablar.
Solo los renglones libres me salvan del precipicio.
Me salvan de la locura de amor.
Un loco amor abstracto.
Un loco amor al drama, a la tragedia y a quien esta ahogándose en ella.
Oigo tantos auxilios que ni puedo el sueño conciliar.
No vivo por mi, no vivo para mi, vivo para sentir como ruedan por mi rostro las lagrimas de los otros.
Cuando seré libre para poder volar.
Sin las ataduras de la empatía.
Es mi vida un sin vivir.
Siempre en el lugar del otro.
En el lugar del que sufre, porque siempre hay alguien que sufre.
Alguien que llora, alguien que se va, en el momento de mayor tersura y dejando tras de si una estela de colaterales daños.
Que permeable soy, que delicado y vulnerable.
Sin coraza ante la metralla del tiempo.
Sintiendo una agonía que anuda mi garganta y me impide hablar.
Solo los renglones libres me salvan del precipicio.
Me salvan de la locura de amor.
Un loco amor abstracto.
Un loco amor al drama, a la tragedia y a quien esta ahogándose en ella.
Oigo tantos auxilios que ni puedo el sueño conciliar.
No vivo por mi, no vivo para mi, vivo para sentir como ruedan por mi rostro las lagrimas de los otros.
El ciclo de la vida
Se me hacen largas las horas de paseo por las carreteras de los pinos.
Por las carreteras que cruzan las procesionarias.
Horas de sueños, ideas y pesares.
Horas de pensamientos de plomo.
Y de visiones ligeras que oreo al sol.
Casi es primavera.
Casi lloro en el incipiente color.
Casi me derrumbo en las caminatas de siesta.
Caminatas para no pensar y en las que por desgracia pienso tanto.
En los ciclos de la vida, en la vida que es un ciclo, en los ciclos que se cierran, en las vidas que se van y cierran un ciclo.
Por las carreteras que cruzan las procesionarias.
Horas de sueños, ideas y pesares.
Horas de pensamientos de plomo.
Y de visiones ligeras que oreo al sol.
Casi es primavera.
Casi lloro en el incipiente color.
Casi me derrumbo en las caminatas de siesta.
Caminatas para no pensar y en las que por desgracia pienso tanto.
En los ciclos de la vida, en la vida que es un ciclo, en los ciclos que se cierran, en las vidas que se van y cierran un ciclo.
Tus pequeños tesoros
Con que rapidez pasamos pagina.
Cerramos capítulos y nos desprendemos del polvo del anterior camino.
Fotos de amor en la desolación del pudridero.
¿Dime quien te quería?
¿Dime quien tan fácilmente te olvida?
Nada somos, y para algunos somos menos que nada.
Nada atesoraste, pero tus pequeños tesoros, esas pacotillas en las que vivías, son ya pasto de la rapiña de las ratas y los alacranes.
Dejar de ser es tan fácil, de dejar de existir en el ser amado es cruel.
Con los ojos cerrados nada ves y así descansas en la paz y en el desidioso olvido de los que tu abnegado amor llamaba mis seres queridos
Cerramos capítulos y nos desprendemos del polvo del anterior camino.
Fotos de amor en la desolación del pudridero.
¿Dime quien te quería?
¿Dime quien tan fácilmente te olvida?
Nada somos, y para algunos somos menos que nada.
Nada atesoraste, pero tus pequeños tesoros, esas pacotillas en las que vivías, son ya pasto de la rapiña de las ratas y los alacranes.
Dejar de ser es tan fácil, de dejar de existir en el ser amado es cruel.
Con los ojos cerrados nada ves y así descansas en la paz y en el desidioso olvido de los que tu abnegado amor llamaba mis seres queridos
Metralla
Se me resiste la calma y he estallado henchido de ira.
Lanzando a mi alrededor un sin fin de corrosiva metralla.
Daño con la intensidad del daño que a mi se me ha proferido.
Herido aguijoneo a la mano que a mi me hirió.
Lanzando a mi alrededor un sin fin de corrosiva metralla.
Daño con la intensidad del daño que a mi se me ha proferido.
Herido aguijoneo a la mano que a mi me hirió.
Se acabo la vela
Ha amanecido la mañana de plata.
Entre brotes de prunus te has marchado.
Con el aura de la ligera corona de las flores que solo duran un día.
No hay hoy roció para ti que eras nervio y alegría.
Solo sol sin nubes, para el cortejo chico en el que solo a mi me dueles.
Entre brotes de prunus te has marchado.
Con el aura de la ligera corona de las flores que solo duran un día.
No hay hoy roció para ti que eras nervio y alegría.
Solo sol sin nubes, para el cortejo chico en el que solo a mi me dueles.
martes, 18 de marzo de 2014
Se ha marchado hoy Cuki
El hilo de la vida es tan delicado, tan frágil.
Nos une tan poco a este mundo.
El vinculo es tan ligero y etéreo.
Se va tan rápido el último aliento.
De repente se trunca la vida y todo queda vació.
Es un peso liviano morir, desparecer en los ojos velados.
Mirada perdida y vidriosa que ya nada ve.
Se va el nervio del cobre, del torbellino de saltos.
Del ángel que un día llego a mis manos y que hoy en mis manos se ha ido.
Nos une tan poco a este mundo.
El vinculo es tan ligero y etéreo.
Se va tan rápido el último aliento.
De repente se trunca la vida y todo queda vació.
Es un peso liviano morir, desparecer en los ojos velados.
Mirada perdida y vidriosa que ya nada ve.
Se va el nervio del cobre, del torbellino de saltos.
Del ángel que un día llego a mis manos y que hoy en mis manos se ha ido.
Tanto pincha el cardo como la rosa
Cotilla y fulana como mama.
Todo se hereda.
Hermosura de instintos muy básicos.
Con el alba en las procesiones no se nota tu sarasona orondidad.
Marea el incienso y el almizcle de zorrera de tu ralea.
Precediendo a los santos, guiando a los santos corderos.
Corderos que confundidos en la patina de cal van rendidos al matadero.
Toxicas malvas, urticantes rosas.
Quien crea en vuestra falsa bondad que os escoja.
Tanto pincha el cardo como pincha la rosa.
Todo se hereda.
Hermosura de instintos muy básicos.
Con el alba en las procesiones no se nota tu sarasona orondidad.
Marea el incienso y el almizcle de zorrera de tu ralea.
Precediendo a los santos, guiando a los santos corderos.
Corderos que confundidos en la patina de cal van rendidos al matadero.
Toxicas malvas, urticantes rosas.
Quien crea en vuestra falsa bondad que os escoja.
Tanto pincha el cardo como pincha la rosa.
Segadora de codicias
Todos los finales son una amputación de una inercia de linealidad.
La muerte no nos necesita, no nos quiere, solo nos usa para su fin.
Cortar hilos, sedas, brocados ricos de tornasolados orientes.
Segadora de codicias, segadora de desidias.
La muerte no nos necesita, no nos quiere, solo nos usa para su fin.
Cortar hilos, sedas, brocados ricos de tornasolados orientes.
Segadora de codicias, segadora de desidias.
Tormenta de alas negras
Pierdo la calma y naufraga en el infortunio de los pensamientos de tormenta.
Aladas quimeras que con su batir de alas negras obscurecen mi día.
Chaparrón que sofoca la música del perdido sol de tregua de celeste calma.
Aladas quimeras que con su batir de alas negras obscurecen mi día.
Chaparrón que sofoca la música del perdido sol de tregua de celeste calma.
Me horripila
Es la bravuconada un alarido que me espanta.
Me cimbrea el tono amenazante del animal humano que gruñe rabioso.
Del ser inferior que diezma soles en la cúspide.
Del engendro de la mano de Dios que aniquila salvaje las joyas divinas que siembran la tierra.
Me horripila el hermano que siento lejano como bicho virulento al que yo también estorbo.
Me cimbrea el tono amenazante del animal humano que gruñe rabioso.
Del ser inferior que diezma soles en la cúspide.
Del engendro de la mano de Dios que aniquila salvaje las joyas divinas que siembran la tierra.
Me horripila el hermano que siento lejano como bicho virulento al que yo también estorbo.
Que desgracia tener una esponja por corazón
Que desgracia es tener por corazón una esponja que de todo se empapa.
Caja torácica herida a todas horas.
Porque a todas horas alguien sufre.
Porque a todas horas hay algún perro que de dolor injusto llora.
Caja torácica herida a todas horas.
Porque a todas horas alguien sufre.
Porque a todas horas hay algún perro que de dolor injusto llora.
Árida, bella e hiriente
Me marchito en el depender.
En el jardín de rosas prestadas que siento mías.
En el último banco donde en silencio rezo a un Dios que no es iracundo.
Me mece un río turbio de inconfesables deseos.
De notas congeladas que ayer quemé.
Zahorra nívea de cuarzo lechoso, árida, bella e hiriente.
En el jardín de rosas prestadas que siento mías.
En el último banco donde en silencio rezo a un Dios que no es iracundo.
Me mece un río turbio de inconfesables deseos.
De notas congeladas que ayer quemé.
Zahorra nívea de cuarzo lechoso, árida, bella e hiriente.
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