martes, 13 de mayo de 2014

Solo por ti mirado

Miradas veladas que te taladran, con más que fuerza.
Rinde el fulgor tras la red, con la que rindes y pescas.
Sombras metálicas de ser victorioso.
Animal de felina mirada.
Solo te miro a ti.
Solo por ti quisiera ser mirado.
Solo para ti rendido.
Solo por ti querido.

Palizas lejanas

Palizas bajo la luz tenue.
Tras los velos, que desdibujan atrocidades.
Solo nos llega el murmullo del llanto del desamparado.
Palizas lejanas, radiadas por voces neutras.
Caridad de lejos, que nada implica y que nada sacrifica.
Actos para modular muy bajita la voz de la adormecida conciencia.
Egoísta confort que tan poco o nada comparte.
Monstruos que en el extrarradio de nuestra calidez cercenan derechos.
Monstruos consentidos e incluso aplaudidos, por los monstruos que en nuestro estado de placer viven muy bien.
Palizas y ultrajes tras el cortinón de nuestro lujoso salón.

El peligroso oficio de soñar.

Arrogantes son los que se ríen de quien sueña.
De quien es castigado a vivir soñando.
A dormir soñando.
A despertar deseando materializar los sueños.
Arrogantes sois los que os reís. 
De los que han nacido con el peligroso oficio de soñar.

Se abre la tumba donde la espera el marido

Raro es el día que las campanas no doblan.
Doblan por otro que ya se ha ido.
Otro que ha muerto solo.
Solo en las salas del abandono.
Sin perrito que le ladre.
Sin mano amiga que le coja la mano.
Sin el interés de un ser amado.
Sin un interesado en mitigar el dolor de la partida.
El dolor de esperar partir.
Porque para eso lo dejaron allí.
Para precipitar su partida.
Otro muerto solo se ha ido.
Y al entierro y reparto su familia ha venido.
Plañideras malvadas que se sienten aliviadas tras la partida.
Hijos cobardes que no impusieron en sus casas, a sus mujeres zafias, el calor de las últimas horas de su madre.
Se enfría el cuerpo en el velorio de ruidos.
Y se abre la tumba donde la espera el marido.

Entre tantas rosas la paloma es coja

Entre cuervos y grajos es su majestad un palomo cojo.
Cojera multicolor de hijo de urraca adicta al brillo y repiqueteo de las pulseras.
Palomita blanca de la otra acera.
Amante del hombre recio del monte.
Amante del amor bizarro. 
Hombre que en otro hombre busca el pecho con el que acompasar latidos.
Amor inter pares.
Amores de palomas locas de paz.
Entre tantas rosas la paloma escoja.

lunes, 12 de mayo de 2014

La expresa negación

Hilarante es mi llanto para quien con denuedo lo ha perseguido.
Es el martirio de la tarde de azahar.
Ebrio de hambre de consuelo.
Me emborracha el aroma del tiempo sin nadie.
Me muero en la sed de la prohibida boca.
En la cruel y expresa negación.

Comer nabos es un lucrativo manjar

Es todo un lodazal.
Se dan aire los ladrones mamporreros.
Caminan con la cabeza muy alta.
Se sientan tiesos en las primeras filas.
Aturden con sus palabras de pueblo corto.
Que salen enlodadas con el tufo de la última polla.
Todo vale para medrar.
Incluso el hacer del comer nabos el más exquisito y lucrativo manjar. 

Huele el aire a resina

Huele el aire a resina. 
Cuando el cuerpo del amado. 
Pierde el peso de un colibrí.
Huele a recién talado roble.
A lagrimas que caen sobre seca tierra.
Huele a su última bocanada de aire.
Huele al humo de la apagada mecha.
Huele a vuelo.
A ventolera de duelo.
Huele a sudario.
A manoseadas cuentas de negro rosario.
Huele a ligero y bello sigue caminando, pero ahora sin mi.

Ya no persigo nada

Ya no persigo nada.
Porque todo lo que perseguí me fue negado.
Me alimento en los recodos.
Sacio mi hambre con lo que la corriente abandona.
Alivio mi necesidad con los cuerpos que como yo buscan la calma.
Aguas domadas de cerrado meandro.
Hoces someras donde descansando espero mi eterno descanso.

Son mis reinos en los que reinas

Es mi mano la que corona tu testa.
Son mis reinos en los que reinas.
Reinos prestados.
Reinos que reclaman de su rey cuidados.
Amaras a tu reino sobre todas las cosas.
Está en mi mano derrocarte.
Está en ti si te pesa la corona abdicar y exiliarte.
Reinos que excluyen.
Reinos excluyentes.

Tu éxtasis no es obra mía

Son de humo tus sonrisas tras la medianoche de alcohol.
Son tus palabras aros inconsistentes que se desmembrar en el viciado aire de la noche.
Besos de neón y hambre que darás tras las libaciones a cualquiera.
Amas en la urgencia al próximo haciéndole sentir que es tu rey.
Como creerte si tu éxtasis no es obra mía.

La monetaria virtud

Trastornos que etiquetamos como diversión.
Trastornos aplaudidos por el ansioso mercado.
¿Qué es ya el fiel? Si nada fiel ya marca.
Espejos que replican lo que el trastornado quiere.
Cápsulas de placebo.
Pan duro para el hambre atrasada del bobo.
Te venderé la salida al precipicio como la puerta de la gloria.
Haré de tu infierno mi cielo.
Abonaré tu vulgaridad para cosechar en ella mi monetaria virtud.

domingo, 11 de mayo de 2014

Locas veletas

Agónica es la vida de la mente de vapor.
Bulle febril.
Trama enferma.
Urde histérica.
Insatisfecha.
Intranquila.
Inquieta.
Locas veletas de los vientos del irrefrenable pensar.
Devanadoras de enredos.
Enredadoras de hilos de multicolores ideas.
Maquinas veloces con un norte dispar.

Suave amor que en la noche busca la aspereza

Hay cosas que no se pueden compartir.
Hay cosas que ignoramos que compartimos.
Hay cosas que debemos ocultar que estamos compartiendo.
En exclusividad. 
En falsa exclusiva.
Nos atamos y en la trastienda nos desatamos. 
Porque a los pastos a los que queremos circunscribirnos no nos satisfacen tanto. 
Sino de excluyentes amores.  
Sino de nada excluyentes amantes.
En la galería a un amo solo nos debemos.
Y en el descampado o en la ruina a muchos cuerpos a deshoras nos entregamos.
Manzanas de fachada impecable que si las giras tienen la trasera por la clandestinidad roída.
Suave amor que en la noche busca la aspereza.


El infinito no ser

Nada es insustituible.
Nada deja de funcionar si alguien se ausenta.
Somos mampuesto en vulgares muros.
Somos vulgares muros de mampuesto.
Calamitoso es nuestro engreimiento.
Calamitoso es el fin cuando lo decide la Parca.
La vida permite presencia.
La muerte abre la puerta a la eterna ausencia.
Ser es muy finito frente al infinito no ser.