Un gorrión ha muerto tras ser apedreado por el cielo.
Yacía mojado en el frió enlosado de granito.
Designios de la terribilidad de Dios.
Nos sentimos patricios, pero solo somos soldaditos de delicada hojalata.
En un segundo Dios corrige designios.
En un segundo el hombre arruina belleza.
En un segundo las palabras de incendio incendian la calle.
Es riada incontrolable que una vez precipitada no hay quien ya la pare.
Si el gorrión hubiera sabido leer las nubes, si hubiera sabido prever y guarecerse.
El conocer lo es todo y sin embargo olvidamos que sin conocimiento o abandonados a lo desconocido no somos nada.
Ingenuos gorriones que confían en la promesa de que también hará sol mañana.
jueves, 3 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
Como una cometa
Delicada cometa que vuela muy alto.
Que cimbrea y eleva el recio viento.
No es un juego volar, es más bien un necesario sacrificio.
Riesgo y belleza se dan la mano en el vértigo que produce la cúspide.
Vuela el papel en el borrascoso firmamento.
Dejando claro que es la altura dominio del verso escrito.
Reino de frases que cambiarán las reglas del juego.
Es la rosa la que rinde al cardo.
Es el cielo etéreo el que gobierna lo plúmbeo y terreno.
Que cimbrea y eleva el recio viento.
No es un juego volar, es más bien un necesario sacrificio.
Riesgo y belleza se dan la mano en el vértigo que produce la cúspide.
Vuela el papel en el borrascoso firmamento.
Dejando claro que es la altura dominio del verso escrito.
Reino de frases que cambiarán las reglas del juego.
Es la rosa la que rinde al cardo.
Es el cielo etéreo el que gobierna lo plúmbeo y terreno.
Lluvia que huele a olvido
Lluvia de verano que huele a tierra.
Lluvia de relámpagos.
Lava Dios mio las manos del criminal.
Lava sus crímenes.
No existe el olvido pero olvidar bajo la lluvia quisiera.
No solo duele la agresión, duele su perenne recuerdo.
Lluvia de relámpagos.
Lava Dios mio las manos del criminal.
Lava sus crímenes.
No existe el olvido pero olvidar bajo la lluvia quisiera.
No solo duele la agresión, duele su perenne recuerdo.
Soy carne viva
Es un potro de tormento este día gris.
Es pegajosa brea que me cubre y espera un pirómano.
Soy carne viva, que lacera la caricia del que a consolarme se acerca.
En la ofuscación, bosque de verticales lanzas, todo es amenaza.
Es pegajosa brea que me cubre y espera un pirómano.
Soy carne viva, que lacera la caricia del que a consolarme se acerca.
En la ofuscación, bosque de verticales lanzas, todo es amenaza.
El riego diario del furtivo amor
El tiempo pesa.
No queda nadie sin conocer mi habitación.
Nadie puede ya olvidar.
Lastima por la perra zalamera.
El hambre busca al hambriento para con él dormir.
Un lugar donde sola no descansar.
Y en el que me susurren palabras de alcohol sin nombre.
Mar de sargazos que acaricie mi curtida piel, que sigue pidiendo el riego diario del furtivo amor.
No queda nadie sin conocer mi habitación.
Nadie puede ya olvidar.
Lastima por la perra zalamera.
El hambre busca al hambriento para con él dormir.
Un lugar donde sola no descansar.
Y en el que me susurren palabras de alcohol sin nombre.
Mar de sargazos que acaricie mi curtida piel, que sigue pidiendo el riego diario del furtivo amor.
martes, 1 de julio de 2014
Un trozo de pan reciente
Amo a quien reparte amor.
Porque el amor aunque mucho se reparta nunca es una migaja.
Porque el amor del generoso siempre es un trozo de reciente pan.
Porque el amor aunque mucho se reparta nunca es una migaja.
Porque el amor del generoso siempre es un trozo de reciente pan.
El jabato de Perdigueros
Han matado a la fiera que comía de mi mano.
Han echado gasolina en el abierto hozadero.
Otra vez los furtivos han avasallado mi casa, su casa.
Ansia de sangre, vulgar hombría de cobardes paletos.
Siento asco ante su ausencia, ante su sangre.
Sangre que en el pantano, en la noche, broto obscura, negra, imperceptible.
Sangre de victima, que tras las zarzas agazapado el asesino de un disparo segó.
Se fue el gran jabato, el bello ser que de la maldad del humano, en mi casa amparo busco.
Han echado gasolina en el abierto hozadero.
Otra vez los furtivos han avasallado mi casa, su casa.
Ansia de sangre, vulgar hombría de cobardes paletos.
Siento asco ante su ausencia, ante su sangre.
Sangre que en el pantano, en la noche, broto obscura, negra, imperceptible.
Sangre de victima, que tras las zarzas agazapado el asesino de un disparo segó.
Se fue el gran jabato, el bello ser que de la maldad del humano, en mi casa amparo busco.
Mañas de placentero ratero
Dueño de mis latidos es el ladrón.
Dueño de mis palabras es el silencio.
El virgen renglón.
Esperó el bello descuido y sin algarabía venció mi casa.
Nada quiso, solo descansar sobre mi pecho.
Y sentir el arrullo del tesoro vencido.
Son sus besos carceleras llaves.
Son sus caricias de contienda, mañas de embaucador ratero.
Goza mi pecho agotado, con tan placentero saqueo.
Dueño de mis palabras es el silencio.
El virgen renglón.
Esperó el bello descuido y sin algarabía venció mi casa.
Nada quiso, solo descansar sobre mi pecho.
Y sentir el arrullo del tesoro vencido.
Son sus besos carceleras llaves.
Son sus caricias de contienda, mañas de embaucador ratero.
Goza mi pecho agotado, con tan placentero saqueo.
lunes, 30 de junio de 2014
Estupor ante la maldad del zaino
Rosas galanas destrozadas por la fiereza de los mordiscos.
Sádica jauría de justificadores de diferencias, de catalogadores de taras.
Zainos bichos, que acosan a las bellas y delicadas flores de los jardines prohibidos.
Jardines de deseos proscritos, de deseos censurados, de deseos de laberinto y atardecer.
Sádica jauría de justificadores de diferencias, de catalogadores de taras.
Zainos bichos, que acosan a las bellas y delicadas flores de los jardines prohibidos.
Jardines de deseos proscritos, de deseos censurados, de deseos de laberinto y atardecer.
La mano que no existe.
Me desordena la mano que aun no existe.
La mano tersa y de fragante tersura.
Que difícil ser querido sin temer.
Atenaza el miedo a los estiajes del senecto amor.
Zozobra ante la mano que no existe pero sé que llegará.
La mano tersa y de fragante tersura.
Que difícil ser querido sin temer.
Atenaza el miedo a los estiajes del senecto amor.
Zozobra ante la mano que no existe pero sé que llegará.
El beso jugoso de mi igual
Ni más que yo.
Ni menos que yo.
Solo busco el beso jugoso de mi igual.
Amor de espejos.
Amor de gotas idénticas.
Gotas idénticas que caminan en paralelo.
Gotas idénticas que confluyen sobre el transparente cristal.
Y ya como una sola gota sobre el azogue de plata van a morir a la mar.
Ni menos que yo.
Solo busco el beso jugoso de mi igual.
Amor de espejos.
Amor de gotas idénticas.
Gotas idénticas que caminan en paralelo.
Gotas idénticas que confluyen sobre el transparente cristal.
Y ya como una sola gota sobre el azogue de plata van a morir a la mar.
El amor no es poder
El amor no es poder, por eso no se le invoca en las contiendas.
Es el odio el que siempre está presto a prender la alabarda.
Es el odio el que aglutina ejércitos de ansia.
Es el que mece tormentas en los mares de sangre.
En el pantano de las revanchas.
En la cenagosa laguna de la ignorancia.
En el alma negra de los muy abundantes Caines.
El amor para medrar no sirve.
El amor es servir y sin preguntar a nadie, solo para eso sirve.
Es el odio el que siempre está presto a prender la alabarda.
Es el odio el que aglutina ejércitos de ansia.
Es el que mece tormentas en los mares de sangre.
En el pantano de las revanchas.
En la cenagosa laguna de la ignorancia.
En el alma negra de los muy abundantes Caines.
El amor para medrar no sirve.
El amor es servir y sin preguntar a nadie, solo para eso sirve.
Es imposible desengañar
Justificarse en la reducción al absurdo.
Justificarse haciendo del gran problema un asunto trivial y risible.
Se acomoda la vista a la sombra viendo que ya nunca volverá a ver el sol.
Es fácil perder cuando es necio todo el tribunal.
En el sálvese quien pueda, al engañado es imposible desengañar.
Justificarse haciendo del gran problema un asunto trivial y risible.
Se acomoda la vista a la sombra viendo que ya nunca volverá a ver el sol.
Es fácil perder cuando es necio todo el tribunal.
En el sálvese quien pueda, al engañado es imposible desengañar.
La algarabía de los agapornis
Yo me despierto con un negro y amargo café.
El mundo vuela mientras yo duermo, nada para, nada me espera.
Bajo la parra la algarabía de los agapornis.
Como bellísimas damas que cuando abren la boca lo estropean todo.
Que pocas veces en el más bello envase se contiene la inteligencia.
Hoy mi día ha nacido tarde, pero no morirá más, para mi desazón se hará de noche a la misma hora.
Los días no se pierden, somos nosotros los que perdemos los días.
Hoy mejor que mañana, ayer mejor que hoy, no demores lo que quieras decir o hacer.
El mundo vuela mientras yo duermo, nada para, nada me espera.
Bajo la parra la algarabía de los agapornis.
Como bellísimas damas que cuando abren la boca lo estropean todo.
Que pocas veces en el más bello envase se contiene la inteligencia.
Hoy mi día ha nacido tarde, pero no morirá más, para mi desazón se hará de noche a la misma hora.
Los días no se pierden, somos nosotros los que perdemos los días.
Hoy mejor que mañana, ayer mejor que hoy, no demores lo que quieras decir o hacer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)