Besos de esclavo.
De navío rendido.
Aguas someras, que tras el bello espejo de sal ocultan escollos.
Se desangra mi pecho lacerado por el rojo coral.
Pesca de arrastre, que arrastra ingenuos infantes.
Palabras no dichas, que en el estanque de mis entrañas navegan hirientes.
Todo pesa, todo ancla, nada desata.
viernes, 4 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
Polvorín de miserias
Todo se pega, menos la hermosura.
Todo se contagia, menos la inteligencia.
Necedades, reguero de pólvora.
Que hacen entrar en cadena de tracas, el polvorín de miserias.
Infantes saturados de taras, que el el lloro y la pataleta famelizan al brillante.
Riega el necio el zarzal, a sabiendas de que devorará al naranjo.
Todo se contagia, menos la inteligencia.
Necedades, reguero de pólvora.
Que hacen entrar en cadena de tracas, el polvorín de miserias.
Infantes saturados de taras, que el el lloro y la pataleta famelizan al brillante.
Riega el necio el zarzal, a sabiendas de que devorará al naranjo.
Futuro de infinita necesidad
Me cubriré con el rojo de las amapolas.
Con la vida del latido febril.
Entre acantos y lirios del campo.
Gritaré en silencio con reglones desasosiego.
Sangre de desesperanza entre nubes verano.
Me sacio frugalmente en este epilogo en el que ya no nacen ángeles.
Necesitar poco es construir una larga existencia.
Mi presente es hambre y mi futuro infinita necesidad.
Con la vida del latido febril.
Entre acantos y lirios del campo.
Gritaré en silencio con reglones desasosiego.
Sangre de desesperanza entre nubes verano.
Me sacio frugalmente en este epilogo en el que ya no nacen ángeles.
Necesitar poco es construir una larga existencia.
Mi presente es hambre y mi futuro infinita necesidad.
Telepredicadores
Los disfraces de la zonación.
Los hábitos de los monjes.
Trapecistas porteros.
Domadores politicos.
Señoras fulanas.
Y fulanas que embaucan enfundadas con ropas de señora.
Detrás de todo no hay esencia.
Detrás de muchos brillos hay mucha ausencia.
Gallinas travestidas de exóticos loros.
Silenciosos loros vestidos de córvidos.
Buitres que con mansedumbre acuden a heredar.
Lobos con pieles de cordero.
Sacamantecas aplaudidos como telepredicadores.
Liderar tribus implica para el ordeñador asumir el atávico estilismo del ordeñado.
Los hábitos de los monjes.
Trapecistas porteros.
Domadores politicos.
Señoras fulanas.
Y fulanas que embaucan enfundadas con ropas de señora.
Detrás de todo no hay esencia.
Detrás de muchos brillos hay mucha ausencia.
Gallinas travestidas de exóticos loros.
Silenciosos loros vestidos de córvidos.
Buitres que con mansedumbre acuden a heredar.
Lobos con pieles de cordero.
Sacamantecas aplaudidos como telepredicadores.
Liderar tribus implica para el ordeñador asumir el atávico estilismo del ordeñado.
Con la fe de volar
Sin resuello tras las largas y rojas horas de suplica en el deambulatorio.
Como no rezar ante este irresoluble horizonte
Hay cárceles que son palacios.
Hay palacios que son cárceles.
Delincuentes reyes.
Reyes presos.
Desde la torre saltaré al vació con la fe de poder volar.
Como no rezar ante este irresoluble horizonte
Hay cárceles que son palacios.
Hay palacios que son cárceles.
Delincuentes reyes.
Reyes presos.
Desde la torre saltaré al vació con la fe de poder volar.
La realidad supera hasta a la pirotecnia
La realidad supera hasta al más elevado de los artes conceptuales.
Aprender para desaprender y ser humildes.
Las élites no son Dioses.
Y los Dioses no nacen entre las élites..................
Todo ha sido ya escrito, experimentado, vivido.
Es el avispado el que hace de lo natural un juego de pirotecnia y artificio.
Por sus obras les conoceréis, por su ruido les etiquetareis...................
Aprender para desaprender y ser humildes.
Las élites no son Dioses.
Y los Dioses no nacen entre las élites..................
Todo ha sido ya escrito, experimentado, vivido.
Es el avispado el que hace de lo natural un juego de pirotecnia y artificio.
Por sus obras les conoceréis, por su ruido les etiquetareis...................
Un gorrión
Un gorrión ha muerto tras ser apedreado por el cielo.
Yacía mojado en el frió enlosado de granito.
Designios de la terribilidad de Dios.
Nos sentimos patricios, pero solo somos soldaditos de delicada hojalata.
En un segundo Dios corrige designios.
En un segundo el hombre arruina belleza.
En un segundo las palabras de incendio incendian la calle.
Es riada incontrolable que una vez precipitada no hay quien ya la pare.
Si el gorrión hubiera sabido leer las nubes, si hubiera sabido prever y guarecerse.
El conocer lo es todo y sin embargo olvidamos que sin conocimiento o abandonados a lo desconocido no somos nada.
Ingenuos gorriones que confían en la promesa de que también hará sol mañana.
Yacía mojado en el frió enlosado de granito.
Designios de la terribilidad de Dios.
Nos sentimos patricios, pero solo somos soldaditos de delicada hojalata.
En un segundo Dios corrige designios.
En un segundo el hombre arruina belleza.
En un segundo las palabras de incendio incendian la calle.
Es riada incontrolable que una vez precipitada no hay quien ya la pare.
Si el gorrión hubiera sabido leer las nubes, si hubiera sabido prever y guarecerse.
El conocer lo es todo y sin embargo olvidamos que sin conocimiento o abandonados a lo desconocido no somos nada.
Ingenuos gorriones que confían en la promesa de que también hará sol mañana.
miércoles, 2 de julio de 2014
Como una cometa
Delicada cometa que vuela muy alto.
Que cimbrea y eleva el recio viento.
No es un juego volar, es más bien un necesario sacrificio.
Riesgo y belleza se dan la mano en el vértigo que produce la cúspide.
Vuela el papel en el borrascoso firmamento.
Dejando claro que es la altura dominio del verso escrito.
Reino de frases que cambiarán las reglas del juego.
Es la rosa la que rinde al cardo.
Es el cielo etéreo el que gobierna lo plúmbeo y terreno.
Que cimbrea y eleva el recio viento.
No es un juego volar, es más bien un necesario sacrificio.
Riesgo y belleza se dan la mano en el vértigo que produce la cúspide.
Vuela el papel en el borrascoso firmamento.
Dejando claro que es la altura dominio del verso escrito.
Reino de frases que cambiarán las reglas del juego.
Es la rosa la que rinde al cardo.
Es el cielo etéreo el que gobierna lo plúmbeo y terreno.
Lluvia que huele a olvido
Lluvia de verano que huele a tierra.
Lluvia de relámpagos.
Lava Dios mio las manos del criminal.
Lava sus crímenes.
No existe el olvido pero olvidar bajo la lluvia quisiera.
No solo duele la agresión, duele su perenne recuerdo.
Lluvia de relámpagos.
Lava Dios mio las manos del criminal.
Lava sus crímenes.
No existe el olvido pero olvidar bajo la lluvia quisiera.
No solo duele la agresión, duele su perenne recuerdo.
Soy carne viva
Es un potro de tormento este día gris.
Es pegajosa brea que me cubre y espera un pirómano.
Soy carne viva, que lacera la caricia del que a consolarme se acerca.
En la ofuscación, bosque de verticales lanzas, todo es amenaza.
Es pegajosa brea que me cubre y espera un pirómano.
Soy carne viva, que lacera la caricia del que a consolarme se acerca.
En la ofuscación, bosque de verticales lanzas, todo es amenaza.
El riego diario del furtivo amor
El tiempo pesa.
No queda nadie sin conocer mi habitación.
Nadie puede ya olvidar.
Lastima por la perra zalamera.
El hambre busca al hambriento para con él dormir.
Un lugar donde sola no descansar.
Y en el que me susurren palabras de alcohol sin nombre.
Mar de sargazos que acaricie mi curtida piel, que sigue pidiendo el riego diario del furtivo amor.
No queda nadie sin conocer mi habitación.
Nadie puede ya olvidar.
Lastima por la perra zalamera.
El hambre busca al hambriento para con él dormir.
Un lugar donde sola no descansar.
Y en el que me susurren palabras de alcohol sin nombre.
Mar de sargazos que acaricie mi curtida piel, que sigue pidiendo el riego diario del furtivo amor.
martes, 1 de julio de 2014
Un trozo de pan reciente
Amo a quien reparte amor.
Porque el amor aunque mucho se reparta nunca es una migaja.
Porque el amor del generoso siempre es un trozo de reciente pan.
Porque el amor aunque mucho se reparta nunca es una migaja.
Porque el amor del generoso siempre es un trozo de reciente pan.
El jabato de Perdigueros
Han matado a la fiera que comía de mi mano.
Han echado gasolina en el abierto hozadero.
Otra vez los furtivos han avasallado mi casa, su casa.
Ansia de sangre, vulgar hombría de cobardes paletos.
Siento asco ante su ausencia, ante su sangre.
Sangre que en el pantano, en la noche, broto obscura, negra, imperceptible.
Sangre de victima, que tras las zarzas agazapado el asesino de un disparo segó.
Se fue el gran jabato, el bello ser que de la maldad del humano, en mi casa amparo busco.
Han echado gasolina en el abierto hozadero.
Otra vez los furtivos han avasallado mi casa, su casa.
Ansia de sangre, vulgar hombría de cobardes paletos.
Siento asco ante su ausencia, ante su sangre.
Sangre que en el pantano, en la noche, broto obscura, negra, imperceptible.
Sangre de victima, que tras las zarzas agazapado el asesino de un disparo segó.
Se fue el gran jabato, el bello ser que de la maldad del humano, en mi casa amparo busco.
Mañas de placentero ratero
Dueño de mis latidos es el ladrón.
Dueño de mis palabras es el silencio.
El virgen renglón.
Esperó el bello descuido y sin algarabía venció mi casa.
Nada quiso, solo descansar sobre mi pecho.
Y sentir el arrullo del tesoro vencido.
Son sus besos carceleras llaves.
Son sus caricias de contienda, mañas de embaucador ratero.
Goza mi pecho agotado, con tan placentero saqueo.
Dueño de mis palabras es el silencio.
El virgen renglón.
Esperó el bello descuido y sin algarabía venció mi casa.
Nada quiso, solo descansar sobre mi pecho.
Y sentir el arrullo del tesoro vencido.
Son sus besos carceleras llaves.
Son sus caricias de contienda, mañas de embaucador ratero.
Goza mi pecho agotado, con tan placentero saqueo.
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