lunes, 20 de octubre de 2014

Amar mata, odiar condena

Victima de las filias.
Victima de las fobias.
Amar es un instante.
Odiar una eternidad.

Riesgos innecesarios

Pajarracas sin rumbo.
Costas ignotas.
Varareis donde ninguna corriente os importune. 
Donde os consienta el rumor, sin macula varar.

Solo podemos con el dictador, ídolos de barro para pueblos de lodo

Cuando los círculos se rompen.
Cuando un circulo se rompe, se convierte en una C de cabreo.
Corros de las patatas.
Corrillos de fusca,
Órbitas de satélites.
De interesados satélites atraídos por el interés.
La grasa da lustre a la casta.
El mayestático líder, solo lidera ya al untado sanedrín.
Pastores que mandan callar.
Pastores que mandan aplaudir.
Ídolos de barros para pueblos de lodo.

La soledad de los renglones torcidos

No es lo mismo renunciar a la multitud para estar solo.
Que estar solo porque te ha abandonado una multitud.
No es lo mismo estar solo ante el peligro.
Que estar abandonado por peligroso.
Malos que os veis solos.
Solos por vuestras maldades.

De saber perder y otras derrotas

Cuando la realidad cabalga entre lo cándido y lo patético.
Cuando lo acertado habría sido hacer mutis por el foro.
Cuando con la escusa y justificación, descorremos el telón que deja ver el descalabro.
Hay que saber perder, pero sobretodo hay que saber encajar la perdida.
No ganas nada, cállate ya, porque lo que pretendías ganar lo has perdido.
Las uvas no están verdes, simplemente las ha alcanzado alguien más alto y guapo que tu.

Ceder

Vemos tan normal ser amedrentados.
Estar amedrentados.
Vernos constreñidos en nuestra libertad de expresión.
Que entramos en el vórtice de ceder.
Ansioso agujero negro.
Pozo que no se sacia nunca en su demandar.

domingo, 19 de octubre de 2014

Caros oficios

Caros oficios.
Oficios que salen caros.
Se deshilacha el corazón.
Con el roce de los cuerpos de los mercaderes.
Con las caricias de mercado.
Se lacera la piel en las vitrinas de los vicios.
Mostradores de carne fresca.
Barras en las que se despacha alegremente el cuerpo.
Ignorando que dentro del cuerpo se encierra el alma.

Mis fieles

Es un placer el reposo.
El remanso de paz de la noche.
Es un placer ver dormir placenteramente a mis fieles.
Fieles guardianes de mis sueños.
Que sueñan con seguir siéndome fieles.

La hora 25

No son eternos los corazones, no es eterno su latir.
Siempre quedan cosas que mirar, por eso debemos cuidar su maquinaria.
Posterga la hora 25, mimando el motor que te hace vivir.

Fachadas

Anillos concéntricos.
Anillos excéntricos.
Si es cegadora la potente luz.
Es cegadora la siniestra sombra.
Detrás del orden subyace el desorden.
Detrás del desorden subyace el orden.
No todo es lo que parece.
No todo lo que parece es.
Replicar carcasas es la forma más fácil de medrar.

Credo de ofuscación

Siempre se muere.
Pero la clave no es morir, es vivir.
Uno debe vivir pensando en los vivos.
Pensando que esta vivo.
Uno no debe negar porque sí.
Negar sin razón es un credos de ofuscación.
Las lagunas cada uno, las llena como quiere.
Entretenerse en vaciar las lagunas de los otros no es vivir.
Siempre se muere, pero como has vivido, determina tu muerte.

Intencionalidad

Arena en los ojos.
Son las palabras que duelen.

No solo de amores, sino de deudas y debidos favores

No desestimes el aliado.
Hay que tener aliados en todas partes.
Riega de favores el desierto.
Y haz que contraigan deudas contigo.
Siembra y no mires donde.
Cuando pidas, dará su fruto.

sábado, 18 de octubre de 2014

Sin bridas

Comienzan las noches largas.
El tiempo interminable para pensar.
El laberinto de los infinitas palabras.
La espiral de las frases que desean conseguir la razón.
Negro infinito de ausente vecindad.
Es la crueldad del pensamiento que imagina salidas y precipicios.
Diosa hacedora de belleza y de fealdad.
Noches largas de ángeles y monstruos.
Sin bocado cabalga la Parca en mis sueños.
Sin bridas el guadañador.

De algodón


Los amores son de algodón.
De algodón de azúcar. 
Amores hinchados de aire.
Esponjados en la idealización.
Facetas inexistentes que multiplican exponencialmente su brillo.
Amores de algodón, que poco en el invierno abrigan.