Querer es poder.
Poder es creer.
Caminar es llegar.
Que de torpezas comete el torpe.
Que pocas certezas tiene el necio.
Es imposible otearlo todo.
No hay castillo roqueño que sea inexpugnable.
Sin certezas, pero teniendo claro lo que no es cierto.
Mis alforjas no pesan, porque el que expurga.
Solo lleva en la saca ligera calidad.
No soy de muchos amigos.
No soy de brillar en la arena del circo.
El pesar es una sombra en la mañana clara.
Que según va avanzando el día se hace muy negra y alargada.
Entristecen el alba las nubes del corazón.
Los roces perdidos.
La borrasca de las caricias.
Amanece y ya estoy herido por el rayo de plata de la angustia.
Piedra de plomo que habita mi pecho.
Nido de escarcha donde se hiela el trino de la ilusión.
Amanece nublado aunque entre humos brilla potente el sol.
Entre fastuosos fastos se esfuma el verdor.
Arden los castaños en la pira de la caducidad.
El sol incendia incendios con los flamígeros albas.
Mañanas que saben en este arribado frío a pura gloria.
Se esponjan los tejados con los mullidos líquenes.
Y lloran los canalones finas lloviznas.
Ya hay uno coronando las casas.
Nimbos etéreos que profetizan invierno..
Rumor de celos barrunta el gato.
Rumor de arrullos acuna el regato.
Y la palmera altanera nido te tropesles de gorriones.
Observa como a sus pies la jaca devora flores de verdolaga.
A veces hay que huir.
Para ver si alguien te sigue.
Solo me han seguido los que huyeron conmigo.
Soy ausencia en entre los que decían estimar mi presencia.
Escribo para que nada se me olvide.
Lo Bueno para al leerlo volverlo a vivir.
Y lo malo para recordar que al que me ha mordido.
A su boca mi mano no debo acercar.
El mundo está lleno de amores.
El mundo está lleno de amantes.
Cerrare los ojos porque no quiero verlos.
Abriré el corazón porque solo a ti quiero verte.
Lucero del alba.
Estrella de mis noches en vela.
Sal de mi mar.
Cálido viento que seca mi blanco ajuar.
Como mantener el sosiego ante tanta trampa.
Ante tanto artero trampero.
Ladrones de nata, ladrones de miele.
Ladrones del sudor del abnegado y humilde.
Grano a grano se hace granero.
Pero vosotros robáis a puñados.
Puñados que provocan ira y hambre.
Hambre de pan y justicia.
Teme el pueblo la cadena de favores.
Los favores encadenados.
Teme que tras el runrún, todo quede en casa.
Todo favorece al ladrón de clase.
Todo favorece a este abominable sistema de trampas.
Relámpagos de ocultación.
Me mide la vida en la tormenta del olvido.
Sin rencor atisbo el valle.
Camina la Parca por el arcén.
Segando la vida de los viejos amigos.
Polillas esfinges que profetizan duelos.
No levanta la mirada mi agresor.
Le intimida mi frontalidad.
Nada teme el que no ha ofendido.
No esquiva miradas el que no es agresor.
La parentela del infante.
Está la astuta zorra detrás del inocente.
Gancho apetecible para pescar tiburones.
Guerra de salones alfombrados.
Revolcones en mullidos colchones.
Los venenos se cuelan mejor entre algodones.
Vicio por los querubines.
Vicio por los arcángeles y serafines.
En los años patéticos.
En el limbo del abismo.
En las muecas de desasosiego marginal.
Marasmos de puerta de senectud.
Sin sol todo es sombra.
Abierta la puerta de las despedidas, ahora ya todo es despedir.
Se asolanan los lagartos en los pabellones del olvido.
Arritmias de corazones que nunca tuvieron ritmo.
Primero labrar, después mercar.
Primero trabajar , después descansar.
Amanece que no es poco para el hacendoso y el gandul.
No envidies mis frutos, porque es la mano la que los da.
Las obras producen amores.
La vagancia envidia.
Que no te nuble el día la mezquindad.
Las mareas traen y llevan arena.
Altas y bajas de rutinario oleaje.
Unas para añorar, otras para descansar.
Es una tómbola esta fiesta de la vida.
No gana el que cree, hay que creer para ganar.
En las manos del valiente cualquier artilugio es un arma.
Un arma para encarar el futuro, victoria que se fragua hoy.
A mi llegaste, de mi te fuiste, y sin quererlo alguien vino para sustituirte.
La necesidad hace llegar al amado.
Sin necesidad no llega el amor.
Mis coqueteos con la sórdida noche, eran juegos malabares con granadas de mano.
Me empujaba a ello el dolor del hurgar del gusano que roía la manzana fresca de mi corazón.
Cuarteles de opacidad donde se inmolan inocentes todas las noches.
Es complicado dinamitar las esclusas de la férrea educación.
Ser sin desaparecer, ser sin dejar de ser, vivir sin morir el la noche de perenne banda sonora.
Alaridos estridentes para tapar la agonía de los vencidos por los letales placebos.
Salir de toriles sin desafueros y ciegas envestidas era un acto imposible.
Fácil evaporase en los densos fumaderos de la clandestinidad.
Jóvenes solo una vez, una peligrosa vez, donde al fiel se le ve enemigo, y al enemigo se le venera como fiel.
No teníamos grandes talentos, eramos muy jóvenes, vírgenes y jóvenes en el lupanar de las ajadas cortinas.
Creíamos cunado la noche caía comernos el mundo y era el sórdido mundo el que nos daba dentelladas a nosotros.
Dentelladas que para muchos eran mortales en las salas de las ficticias luces del alba.
En las letrinas donde nos violaban sin ni un ápice de delicado amor.
Hay tantos reinos como emperadores.
Y para todas estas cortes existen sastres.
Sastres de desastres.
Sastres de inexistentes vestidos.
Todo es culturar.
Y es tan culta la vacía frivolidad.......................