Intentando desliarse se lía aun más el liado. Preso de sus enredos, es un mar de indescifrables nudos. Intrincada maraña de temores con los que atemoriza. Como quien manchado de lodo todo lo enloda. No te arrimes al torpe, porque se te pegará torpeza. No te juntes con el desconfiado, porque sentirá de ti desconfianza. No emprendas campañas con el temeroso, porque el temor arruinará la campaña. Que tus compañías te hagan crecer, cuida muy bien de quien te acompañas.
Las mayúsculas mentiras. Las minuciosas urdimbres tejidas para delinquir. Dictaminadores de compatibilidades, que compatibilizan cacarear y robar. No temas a quien habla, teme a quien silencia.
Mentir es rentable por eso algunos tan fácilmente mienten. Es más seductora la mentira que la cruda verdad. Ampulosa farsa que rinde corrientes. Escondido tras la pirotecnia se resiste a abandonar el poder el hampón.
"No esperes el amor al borde de tu trampa, no está solo nuestro éxito en apresar, sino en ser presas, por eso nos tenemos que lucir en las aceras para que nos aprese el que de nuestro amor quiere estar preso." Irsia Carolain Sprimbol
Solo el amor impaciente. Zarandea el árbol. Quebrando la rama. Rindiendo un fruto. Que aun no está rendido. Un fruto que aun no nos pertenece. Porque bajo nuestro amor. Bajo nuestro sol aun no ha madurado. Amores que cimbrean. Y zahieren en el golpe. Y llagan la manzana. Amores que de tan impacientes. Con muy mal amor aman.
Como se lía el que defrauda, con las explicaciones de su fraude. Crestas de olas pasajeras o pasajeros de la marejada de grandes olas. O nos toman por tontos o somos realmente tontos. Hay necesidades que no existen y el fresco avispado las crea. Hay amenazas que no existen pero el oportunismo las crea. Los mares en calma no tienen olas, para subirse a las olas hay que crear oleaje. Revanchismo sentimental que busca que el miedo cambie de bando.
Ella sabia que no podía dejarse cegar por los destellos, por los alborotadores y fugaces instantes de felicidad. Abrumaba por la claridad conformista y meridiana de su risa. Levanto la cabeza y la voz, y dijo jocosa, debemos ser pacientes actores de las tragedias, pero teniendo claro que saldremos de ellas crecidos y con más ganas aun si cabe para paladear las cómicas inflexiones. En aquel vergel de altas tapias y elevadas y opiáceas diatribas, nadie esperaba tras el grandilocuente brindis tanta rendida conformidad. Ella no solo era así, contagiaba ser así, matrona que no aspiraba al etéreo brillo de la talla 36, ni al minimalista y uniformador negro con una discreta joya vintage, Su ser era rotundo,para ella más siempre era más y como solía decir, que saben esos alfeñique relamidos de los estetas, de la verdadera y efímera felicidad.
"No son nuestros difuntos los que necesitan misas, somos nosotros los que necesitamos oírlas para animarnos a abandonar nuestra malicia. Somos buenos imaginarios, malos que con acicalar de hipócritas bondades nuestra fachada creemos que son los muertos los que necesitan el mana de ir a misa." Irsia Carolain Sprimbol
"Se duele, torciendo el hocico la zafia, con las palabras que vierte la prudente sensata. Escuecen las finas y maestras costuras, a la que con burdedad supina, de la virtud hace chanza." Irsia Carolain Sprimbol