Ni trota, ni galopa, solo arrastra el vientre y repta para morder el talón a la Virgen.
Para desde la sacrista, esparcir cizaña a los pies del Altísimo.
Para desde el rezo, sembrar la desdicha de su vientre de piedra.
No galopa, pero lanza al viento sus babas de inquina.
Vientos que corren heladores en la nave única.
Amiga de la rueca y el acerico y de los encajes de brujas.
Ni trota, pero con calentura lee las hojas rotas, las horas despicadas y entre gorigoris berrea en el oficio de tinieblas.
Tenebroso es su fondo y baladrona su forma.
Entre corporales esconde las frases de odio y la regada huerta de las envidias.
Pídeme el sol y te mandare una tormenta.
Alma de pedrisco y patas zambas de cacatúa.
Loro de frases que destilan ponzoña.
Arrastra el viente en el coro la graja de los malos augurios.
La pregonera de los funerales, de las misas negras y del aleteo de cenizas de los malos presagios.
No es chanza tanta pitanza.
Tanto morapio y piporro.
Tanta vuelta loca.
Tanto rular de mano en mano.
Rular como falsa monea, que de mano en mano va y ninguno se la quea.
Que rápido decepcionas y sacas tu tormenta de envidiosa, a la que a pesar de tener los bolsillos llenos no le salen las cuentas.
Tienes mucho pero hay algo que no tienes, no tienes ni clase, ni estilo, ni educación, ni decencia.
Jaca sola que reclama que le den bola.
Pasea el penco entre alharacas.
Pasea y rula por la verbena.
Rula y deambula sola, solita, por las aceras.
Fuma la loca y se consume y se trastoca.
Es delirio, es acusma, es mala, malita sombra.
Sueña la mondonga con gritos y alfileres.
Sueña con hacer gemir al noble.
Sueña y se desordena.
Y precipita su sonaura con ritmos pandereteros.
Con las tronauras de la loca de los pucheros.
Ya no te vale el vudú, ni el maleficio.
Has pinchado en hueso tía demente y foca.
Iniciaste la campaña del odio y ahora eres tu la odiada.
Loca de olor a frite a Carmen y alcantarilla.
A papo agrio que busca medrar en la rencilla.
Que pena, penita negra, que tu solita por zafia, te has condenado a dormir sola y a rumiar maldades.
Vete volando en tu escoba al pueblo vecino y dale brillo, a esa cara de besugo, con un trozo de tocino.
Cuando se tienen valores, se tiene valor.
El hombre prudente deja en manos de la vida el cobro del agravio.
Ya sé en que camas has saltado.
Ya sé el zorreo que te has traído.
Todo se os vuelve en contra.
Babas que dejan rastro.
Corridas que dejan rastro.
Recorridos que se pueden desandar.
No me temas,, teme a tu pasado, que termina tildando de falsía la impostura de ese hoy de farsa que intentas vender.
Extrañas son las flores del jardín de la hibridación.
Saltos contra natura, caprichosos y estériles.
Zorras-galgas, Focas- pirañas, comadrejas que ladran.
Si desde el jardín de los trastornos nos ladran, es porque cabalgamos.
El miedo, no es un híbrido, pero es caprichoso y libre.
En el cuadrilátero no se busca la marginalidad.
No es un talismán enrocarse.
Esquivar la suerte, no es ser esquivo.
Roma no paga traidores.
No son los tullidos mercenarios.
Todos los asuntos nos conciernen.
Porque todo es ósmosis en el tablero de la injusticia.
No hay amos del mundo, si no veredas de las que nos hacemos amos.
Aranceles y peajes son los artífices de la fragmentación.
Cuando las fechas se desordenan, uno pierde la cuenta y no es consciente de lo importante que es tener los días en cuenta. Sitiados por el sin decoro, olvidando cual el nuestro sitio y el espacio importante de lo que nos ha hecho grandes en importancia. Somos Europa Judeocristiana, mal que a muchos les pese. Abrazamos la pacotilla foránea, a sabiendas de que terminaremos llenos de orín. Corpus Christi.
Desvestido de templanza, persigo la contienda.
El enfrentamiento de mente con mente.
En el cajón desastre, del modisto de las mentiras.
No se alcanza la luna pero se puede dar la sensación de que se alcanza.
Entretenidos en el pedernal distante perdemos el corazón próximo.
¿Qué fue jamba , qué fue dintel? Si ya todo en el suelo yace.
Corte de encajes o corte desencajada.
Sin atisbo de pulimento.
Sin distancia con lo más baladrón.
Tened cuidado porque la primera esquirla para crear faceta seréis vosotros.
Dudo de vuestras destrezas en el mundo de las encajeras.
Más diré que son dudosos los encajes en plaza publica.
Nulo es el nivel de la comadreja, del sapo que berrea lanzándose a los coches.
Dime tus componentes y te diré el nivel de tu vulgaridad.
Morsas sin cintura.
Cintura nada fina, es la de la zafia morsa.
"Lo importante no es la vaina, lo importante es la destreza tras tener la espada desenvainada."
Yorasel de Omatog
Lo que más compartimos son piadosas mentiras.
Engañamos, y nos autoengañamos.
Red de mentiras que nos hacen la vida agradable.
Ojos que no ven, al corazón mienten.gg
Traspasame con la mirada y me veras.
Estoy detrás del estanque donde nada la sirena de mi descaro.
Detrás del pozo de mis lagrimas.
En el mar donde naufraga el deseo.
Estanque de paz.
Mar de desdicha.
Duermen las sirenas con los ojos abiertos.
Ente burbujas de berilo susurran las olas chismes que dan risa.
Risas de coral y caricias de anémona.
Por la gran avenida van los peces loro ufanos en su rutina de alegrar a besugos.
La vida corre entre hipocampos que altivos lanzan piropos a los altaneros calamares.
Se borra la tinta de las palabras hirientes en el castañeteo de las de las pinzas de las carroñeras cigalas.
Duermen las sirenas con los ojos abiertos para sin pestañeo no perder detalle de tanta chanza, de tanto chisme, de tanto chinche.
Con tantas olas nada queda oculto pues en el bosque de sargazos ningún delincuente ya con la corriente de cambio, se esconde.
Encanallados con las primas donnas.
Con el ruido cascabelero del pastoreo.
Conscientes o inconscientes.
Centrados en descentrar.
Será el ritmo de la gimnasia el que afine cinturas de focas.
Bajo los focos se derrite el tocino.
Que tino tendrá la grasa en la partida de la casa del pueblo.
Pueblos comprados, que toleran las trampas porque tras la victoria se sacude desde el balcón, la calderilla del mantel.
Lineas que unen puntos.
Puntadas que cierran heridas.
Tras los aspavientos de la mano rechoncha.
Ademanes que segaraán los hilos.
Los hilos frágiles de tu honor.
Títere que ciega con sus vueltas al raso pueblo.
No te amparará el pecho de la lanzada.
Te desamparará la urdidora de encajes de araña.
De la casa de las viboras ha salido el veneno.
La ponzoña que te destrozará.
Amigos de nido de culebras.
Contubernio que trama bastardías.
A los sátrapas se los termina tragando el olvido.
La historia no da sitio de honor a las bastardas.
Me levanto raudo, a escribir el presagio de las Parcas.
Los cabos de Láquesis.
Los tijeretazos de Átropos.
Dos y cuarto en la madrugada de luna muerta.
Hígado con alfileres comerá la zorra.
El hígado punzado por alfileres te robará la vida.
Al lado de la torre donde se desmorona el nido.
Donde ya no suenan las horas.
Sueños de algarabía donde lo más importante se pierde en arena.
Se pierde en estiércol de cenizas de lodo.
Donde la peste de la rata corre la calle y cierra segundos con trapos de luto.
Al lado de la torre, donde corta el labio la rasca.
Donde cantará la graja con notas fúnebres la traición tartaja.
Me levanto raudo con la visión lúgubre de la alcoba sobria.
En la pared blanca sin cruz, agoniza el sin alma.
Te besará Judas con las manos frías.
Se va el ánimo en los devaneos de la trastienda.
En los días que saben agrios, en la bilis negra.
Que mala la sombra de la torre larga.
De los alfileres cortos, del acerico que sangra.
Te robará el sol, la luna tuerta, la muerte del otro en el que tu salvación esperas.
Es la sibila loca la que esputa babas, la que te trae las penas putas y las manchas pardas.
Ya se fue el burro que acarreaba la vinagre, ya lo llevo Dios de está vida miserable.
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