"Siento que las buenas acciones pesan tan poco, que tengo que ser pesado para poder equilibrar el fiel de la ciega justicia. Con el justo sesgo, justamente sesgado."
Yoransel de Omatog
domingo, 19 de julio de 2015
El color del cristal
"Por nuestra mirada nos significamos, nuestra mirada no es nada insignificante.
¿De que color es tu cristal? Así me ves y así te veo."
Irsia Carolain Sprimbol
¿De que color es tu cristal? Así me ves y así te veo."
Irsia Carolain Sprimbol
Síndrome de insignificancia
"Síndrome de insignificancia, padecido por el insignificante, por el que se significa derribando el espíritu de la decencia. Cuando nada se tiene que portar se dedica el insignificante a minar lo que aporta el importante."
Dervik Tro´men
Dervik Tro´men
El aire orea destrozos
El aire orea los destrozos.
Es la mano del manso deleitoso.
Es esa mano la que hunde portentosos navíos.
Rompiendo trayectorias de cometa con su lengua lisonjera.
Es grande la fuerza del débil.
Que con miel atrapa.
Que con agua y azúcar somete.
Encaramado por las filigranas que engarzan el pectoral de jaspe.
Encaramado por los juicios de desvarío.
Menesteroso que vive de citas.
Y se aúpa cifrando un abolengo infame.
Vuelos vanos que le dan altura.
Vuelos para acomodarse a la rima de la cima.
Es la mano del manso deleitoso.
Es esa mano la que hunde portentosos navíos.
Rompiendo trayectorias de cometa con su lengua lisonjera.
Es grande la fuerza del débil.
Que con miel atrapa.
Que con agua y azúcar somete.
Encaramado por las filigranas que engarzan el pectoral de jaspe.
Encaramado por los juicios de desvarío.
Menesteroso que vive de citas.
Y se aúpa cifrando un abolengo infame.
Vuelos vanos que le dan altura.
Vuelos para acomodarse a la rima de la cima.
sábado, 18 de julio de 2015
Me enfado
Me enfado con quien quiero.
De quien quiero todo me enfada.
Es el amor un tormento.
Es estar saciado y tener sed.
Ni contigo, ni sin ti.
Como poder vivir si sin ti muero.
Como poder vivir si estar contigo me mata.
Enfermo de presencia.
Enfermo de ausencia.
De quien quiero todo me enfada.
Es el amor un tormento.
Es estar saciado y tener sed.
Ni contigo, ni sin ti.
Como poder vivir si sin ti muero.
Como poder vivir si estar contigo me mata.
Enfermo de presencia.
Enfermo de ausencia.
Incendios de malvados
Se seca el verdor.
Y la mano incendiaria lo remplaza por el dolor de la ceniza.
Pizarras mordidas por la rapidez del asfalto.
Por el camino por el que huye quien calcina el campo.
Y la mano incendiaria lo remplaza por el dolor de la ceniza.
Pizarras mordidas por la rapidez del asfalto.
Por el camino por el que huye quien calcina el campo.
Soñadores en un mundo de ruinas
Que cautivadores son los locos.
Cuando los miras no los ves a ellos.
Solo ves en sus seductores estanques.
Lo fácil que es hacer realidad tus sueños.
La fuerza del visionario es irresistible.
Resiste contra la marea de la convención.
Soñadores en un mundo de ruinas.
Ruinas para los que no son soñadores.
Cuando los miras no los ves a ellos.
Solo ves en sus seductores estanques.
Lo fácil que es hacer realidad tus sueños.
La fuerza del visionario es irresistible.
Resiste contra la marea de la convención.
Soñadores en un mundo de ruinas.
Ruinas para los que no son soñadores.
Empezar a morir
Cuando nos dicen que vamos a morir, comenzamos a vivir.
Días malgastados en la inconsciencia que es pensar que nuestro tiempo es eterno.
Días malgastados en la inconsciencia que es pensar que nuestro tiempo es eterno.
Jugamos a enfermar
Las enfermedades nos puntan con el dedo y nos eligen,
con un azar calculado,
con un azar del que somos participes.
Adquirimos papeletas para los sorteos,
jugamos para que la enfermedad nos toque.
con un azar calculado,
con un azar del que somos participes.
Adquirimos papeletas para los sorteos,
jugamos para que la enfermedad nos toque.
Los pastos negados
Si la belleza fuera consciente del embeleso que provoca, dominaría el mundo desde su candor y esclavizaría al avispado que busca la frescura de unos pastos que por natura le son negados.
No hay mayor placer que gozar entre iguales, cándidos con cándidos, y los avezados embaucadores que aprendan a gozar con sus iguales.
No hay mayor placer que gozar entre iguales, cándidos con cándidos, y los avezados embaucadores que aprendan a gozar con sus iguales.
Los pollinos humanos
"No suelo dar miel a los asnos, a los pollinos humanos que no tienen exquisito paladar. Ser una perrigalga es lo que tiene, que aun estando en la más absoluta ruina, sigues manteniendo intacta toda tu clase."
Irsia Carolain Sprimbol
Irsia Carolain Sprimbol
El cuento, la nueva contabilidad
"Quien falsea la historia, falsea las cuentas, y comienza a hacer del cuento su contabilidad."
Irsia Carolain Sprimbol
Irsia Carolain Sprimbol
No me envidies, modelate
Es la belleza una cuestión de principios.
De sillares hilados y correctas llagas.
Pellas de barro que se modelan informes.
O dúctil barro que la costosa labor da bella forma.
De sillares hilados y correctas llagas.
Pellas de barro que se modelan informes.
O dúctil barro que la costosa labor da bella forma.
Pensamientos de catastrofe
Rumbo de mar.
Evitando escollos de alma negra.
Yo soy el que se golpea y maltrata con los pensamientos de catástrofe.
Negados turquesa, por la obstinación de mi mente y sus malos augurios.
Muero en la impaciencia de los paisajes que huyen.
En la imposibilidad de frenar mi pensar incoherente.
Me balda perder el sabor de tu liento.
Soy un enfermo de ausencia que pierde el litoral.
Viajo al matadero perdiendo la belleza de los capítulos.
Perdiendo el coral, porque solo tengo en la mente el temido patíbulo.
Rumbo a la mar.
Por el camino de las heridas pizarras.
Por los camino negros de humeante asfalto.
Es el azar, el que calcula, el que me desestabiliza.
Rumio tragedias y consiento con ello que mi calma se mastique en sus fauces.
Evitando escollos de alma negra.
Yo soy el que se golpea y maltrata con los pensamientos de catástrofe.
Negados turquesa, por la obstinación de mi mente y sus malos augurios.
Muero en la impaciencia de los paisajes que huyen.
En la imposibilidad de frenar mi pensar incoherente.
Me balda perder el sabor de tu liento.
Soy un enfermo de ausencia que pierde el litoral.
Viajo al matadero perdiendo la belleza de los capítulos.
Perdiendo el coral, porque solo tengo en la mente el temido patíbulo.
Rumbo a la mar.
Por el camino de las heridas pizarras.
Por los camino negros de humeante asfalto.
Es el azar, el que calcula, el que me desestabiliza.
Rumio tragedias y consiento con ello que mi calma se mastique en sus fauces.
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