Frenar el declive

No se puede interrumpir el olvido.

No se puede frenar el declive.

Nos desgasta el tránsito.

Nos acarcavan los años.

Sueños que nos desdoran.

Bordados que se destiñen.

Manos que se acartonan.

Esquivar

"No somos los golpes que propinamos, somos los golpes que esquivamos."
Irsia Carolain Sprimbol

Abalaustrado aroma

Vuelve el acero de la claridad.
Vuelve la crudeza con la que hiere.
Vuelve bañando de certidumbre las dobleces.
Vuelve desdoblando el paño raído.
Vuelven las yemas a arañar el tiempo.
Calma en la floración herida.
Tregua al limonero de luna y a su abalaustrado aroma.
Se fue la nieve, la metralla blanca.
Baña el sol los destrozos de la tormenta.
Baña y restaña daños.
Y el liquen empapado, crece y se asolana.

Vinazo

Siempre el dolor se acompaña de una cohorte de estragos.
Corte de cobardes que regalan narcótico vinazo.
Nada entra a palo seco, todo palo entra, si se riega el palo.

El alba desnuda valientes

El alba desnuda valiente.
El alba expone miserias.
El alba no tiene brillos.
Con el alba sólo brilla la crudeza.
El almíbar de la noche se disipa al alba.
Valen el doble la proezas al sol.
Valen mucho más caminar erguido. por el pasillo de intolerantes, al amanecer.
La noche tapa miserias, que destapa el alba.

Imitamos

Somos seres miméticos, no obedecemos, imitamos.
Somos seres agresivos que si no aprendemos a domar nuestra furia, no podremos edificar futuro.
Se extiende y propaga con más facilidad la miseria, que la moralidad.
Las sociedades se derrumban cuando se pierden los pilares éticos del estado.
Todo no es consentir, todo no es permisividad, el orden estriba en impedir y controlar.
La libertad nos hace iguales, no más fuertes para imponer sectarios privilegios de libertinaje.
El respeto no entiende de gustos, el respeto es respetar al desigual.

Amor sin costuras

Cuando el amor tenía costuras sinceras. 
Cuando el amor nos hería sin engaños. 
Cuando querer no tenía dobleces. 
Cuando nos comprometíamos para muchos, muchos años.
Amar hasta que Dios nos separe.
Amar hasta estando por la muerte ya separados.

Cuchillos

Algunos tienen un único oficio, descoser.
Cuchillos cortantes que sólo saben herir.
Sembradores de contiendas, de riñas, de envidias.
Fórmulas de pensamiento que buscan desunir.

Profusión de arreos

Suele la mondonga, ser tendente a la profusión de arreos.
Zafias engalanadas de raquíticos olivares.
Inutilidad comprada por la pacotilla de los complementos.
Montonera de hojarasca que oculta a la zahína zorra.
Jacas que galopan hiriendo al viento.
Sobadas tarascas que se esconden bajo mil ungüentos.

Compitiendo

La maleza devora jardines, devora las araucarias de los arrabales.
Destrezas de haragán, de memo curtido en molicies.
Árboles que solaparán sus sombras, COMPITIENDO por un suelo que muy pocos conquistarán.
Es la estupidez humana el peor de los males.
Síndrome de nimiedad que se cree brillante.
Bosques de Longinos que hieren costados.

Sin seguridad

Lo que está en las dobleces, en las dobleces debe permanecer.
Tapado, escondido, oculto.
Nuestra intimidad no soporta la luz.
No soporta la autopsia del amanecer.
No soporta la letra enorme del titular.
Trastienda que no mantiene la pulcritud de la tienda.
Escaparate que vende un orden que no hay en el interior.
Primerísimos primeros planos que hacen aflorar la tapada cacaraña.

Cerrar los ojos

Con frecuencia cuesta tanto ser bueno,
cuesta tanto ser un atolondrado que cierra los ojos a tanta maldad.
El mundo es un entente,
un pacto entre fuerzas,
entre la tiniebla y la luz.
Frenar no es un acto pacífico,
es cuestión de fuerza frenar la barbarie.
Sólo el pusilánime quiere contener con besos a su aniquilador.

Lejos y cerca

Yo aun sin querer te quiero.
Yo a un sin deber te amo.
Me ofusca el olor que acelera mi sangre.
Me turba la piel que nunca he tocado.
Estando tan cerca, te siento tan lejos.

No soy mis vicios

Es el desahogo un aliviadero.
No es el desahogo lo que nos colmata.
Yo no soy mis vicios.
Tengo vicios para mantenerme cuerdo tal como soy.
Que presto se pierde el que está perdido.
Que rápido se encuentra el que está aliviado.
Sólo soy lo que me cimenta, soy vaso que contiene mil cosas.
Soy mucho más que lo que dejo escapar.

El cielo redentor no existe

Se encadenan las despedidas en esta cadena de ausencias.
Eslabones de temor que me encarcelan.
Lúgubre celda en la que el prometido cielo redentor no existe.
Soy un monigote en manos del miedo.
Un pelele de harapos sin ninguna fuerza.
Depresión sin gloria, de techos muy bajos.
Valle cerrado que tantas alimañas pueblan.
Nada vuelve y menos aún lo delicado y evanescente.
Niba al ciprés la ira de su soberbia.
Mundo angosto de gente zafia que no sabe llorar las pérdidas.