jueves, 2 de abril de 2020

Erizo de mar



El áspero sabor de lo difícil.
Bajo la piel laborea el pesar.
Como arador de la sarna.
Erizo de mar con mil aguijones.


Los amores verdaderos


"Los amores tranquilos llegan cuando la frescura se ha esfumado y las locuras dan pereza. Llegan cuando ya no necesitamos embridar la pasión, ni contenerla y esta es ya sólo un arroyuelo sin fuerza, sujeto a múltiples estiajes. Amores de un brío que ya no se dispersa."

IRSIA CAROLAIN SPRIMBOL

miércoles, 1 de abril de 2020

Barbasco


Embargado por este tedio insufrible. Por las horas en blanco, por las notas inconexas que no me llevaban a nada. Sentir en propia carne era el único modo de escribir, empatizar y zambullirse en los dramas.
Siete horas en el infierno, en el desierto sin afectos, en el descampado que sólo sirve para el gozo fugaz, que ningún deseo colmata, pues no hay ni un ápice en él, de estelaridad.
Que fácilmente se rinde el humano a las esquinas oscuras, al barbasco que es buscar sólo follar.

Sin distancia


No existe distancia, si los sujetos se atraen.
No existen mares, para el intrépido amor.
Emigra el soldado al confín del orbe, si así lo manda el Rey.
Caballeros que cruzan miradas y terminan enredados.
Iris de iridiscencias, de fuego.
No existe distancia, ni existen reglas, en este juego.
Sólo existen órdenes imperativas, que las da el corazón.

martes, 31 de marzo de 2020

Malditos


No hay destrezas, en tatuarse en exceso.
Tiempos de cuerpos de garabatos malditos.
Cuerpos marcados por la irrefrenable pulsión de creer que se borrará lo escrito.
Manchas en la nívea piel, que terminaran siendo un borrón.

Elegimos mal


"Es feroz la vida devorando horas, horas que nosotros rendimos sin saborear, porque impera la urgencia y elegimos mal."
Irsia Carolain Sprimbol

Día de lluvias


Día de lluvias.
Estos días me generan tristeza.
Comenzó el día con una nevada, con los montes adornados por el gélido y esponjoso algodón.
Termina marzo empapado de impotencia.
Primavera de encierro y desilusión.

La vida es una obra de teatro


La vida es una obra de teatro, que llegado un punto deja caer el telón y se finiquita. Los espectadores que disfrutamos de ella, que interactuamos con ella, sólo podemos llorar, reír, abuchear o aplaudir. Espectadores de cómo se consumen vidas, de cómo consumimos la nuestra, expectantes a los giros argumentales, que tan grandemente interactúan con la nuestra. Espectadores y actores con su propio guión, con su propio telón, con su propio público. Que bello es ver a alguien, que se va de puntillas, sin ruido y sin aspavientos, habiendo sabido exprimir la esencia del tiempo vivido, habiendo ajustado sus cuenta, y sin haberse guardado el amor para sí, habiéndolo confesado y pregonado, aunque en la transacción no hubiera salido muy bien parado, amar y vivir es dar, sin esperar recibir..
Hay finales que cursan sin molestar, en silencio. Finales, que son una nivea escalera al cielo, ese premio que la vida reserva a los justos, a los que se les guarda un bello y tierno duelo.
En el cielo está el mar, para ese polvo rendido que queda en el escenario tras la última frase, tras el último aliento, polvo repleto de pasos, de idas y venidas, de desvelos, de besos al aire, en los labios, en las mejillas. Ese es el teatro de vivir, dejar en el espectador, el sabor de la miel, la caricia del ala de un gorrión, el verde infinito de una mirada turbada, la furia de un corazón desbocado que busca el amor.
No hay distancias entre público e intérprete, no hay distancias entre las distintas obras, que se enredan, con los lazos de la sangre, con los lazos de los cruces, con el fuego del hogar.
Se cerró el telón, pero los ecos de las vidas perduran, y mecen y cuidan desde las divinas alturas a quienes vivieron en primera persona, la novela de amor que es vivir.

La cicatera telerrealidad


La sabiduría es tan despreciada, no agrada al necio que le digan la verdad.
Vive el farsante con el favor de las primeras filas, con los fabricantes de golosas mentiras.
No hay perspectiva, no hay distancia, no hay referencia, las televisivas soflamas están en tu casa.
Ventanas desde las que percibimos el mundo, sin que nadie nos haya enseñado a discriminar.
Los sabios viven aislados en rincones, porque no aplauden la cicatera telerrealidad.
 

domingo, 29 de marzo de 2020

Corzos abatidos


Me arruino el día, al rememorar el olor de mi escuela de EGB, sintiendo el odio de los patanes en el patio, sintiendo como me anegaban sus desprecios.
Cierro los ojos y veo florecer los cerezos, no hay barreras para quien encarcelado se siente libre.
Todo es nostalgia en la cárcel de este confinamiento.
Corzos abatidos.
Infierno de lanzas.

Desde la caja que atonta


No son las olas del remoto confín las que socavan nuestros principios. Es el oleaje cercano, las decisiones del próximo, sus acicaladas mentiras, guionizadas y almibaradas para que el espectador del teatrillo, se las trague enteras y bien.
La verdad, nos desborda, nos anega, pero no nos socava, sólo nos ahoga por su brusco acontecer. A la verdad, sólo se la puede abordar desde el análisis de fondo, pues no es almibarada, simplemente cursa desnuda, abrupta y es.
Vivimos tiempos de telepredicadores electos, de guapos acicalados para tapar sus cacarañas, esas de su cara y esas de su amoral alma. Tiempos de maniobras de distracción, que es otra forma de mentir.
Desde la caja que atonta, esa que hay en todos los hogares, esa que a la misma hora que alimentamos nuestro cuerpo, se sienta a nuestra mesa y desde la proximidad del oleaje amigo, infecta de ponzoñosas patrañas nuestra alma. Caja para tontos, de caritas monas que leen el telepronter, que compungidas fuerzan una lágrima que nunca rueda, una empatía que no existe, una preocupación que es una falacia.
Quien decidió no salvarte de este abismo ayer, ni te salvará hoy, ni te salvará mañana.

El filamento incandescente.


"Las polillas acuden cegadas hacia la luz, hacia el fulminante placer, el placer de quedar atontadas tras impactar contra el tórrido cristal que encapsula al filamento incandescente."

sábado, 28 de marzo de 2020

Mil recuerdos


El sol hiere las manchas de liquen,
las lacera con su calidez.
Primavera de floración distante,
de encierro,
cárcel de temores.
Café a solas,
café solo.
Ingrid, está enroscada en mis piernas,
es el calor que tengo,
el calor de los fieles,
de los que nunca se iran de mi lado.
Sentado al ordenador,
desfilan mil recuerdos.

martes, 24 de marzo de 2020

Alas


Alas de ángel, para sobrevolar el infierno.
Alas, para volar al lado de los míos.
Alas, para darles la mano en el último momento.
Alas, para elevarme con ellos al alto cielo.

Automatismo


No se cansa mi mano de escribir disparates.
No se cansa mi cabeza de bullir.
Algarabía y disputa de pensamientos dispares, que pugnan por salir.
Me rige el automatismo.
La jerarquía del río, que primero lame arena.
La del torrente, que hace romas las espadas.
La de la lluvia, que lava el polvo de las briznas y les retorna su esplendor.
Agua, que se escapa de mis manos y hiela mis pies.
Pantano profundo donde sumerjo desgracias.
Escondidas a los ojos del que se alegra de mis caídas.
Escondidas bajo la calma de un agua sin oleaje.
Espejo, que repite gestos, que plagia ademanes, que se ríe del que se mira en él.