Entrar en algunos blogs, es como entrar en un barco pirata, repleto de tesoros, que surca los mares virtuales, sin que ya nadie lo guie y capitanee. Son barcos fantasmas en los que te adentras recorriendo con minuciosidad todas sus cámaras y recamaras. Camarotes en los que con urgencia heredipeta abres cajones y buscas febrilmente las alhajas. Y ebrio en esa soledad en la que husmeas las pertenencias del otro y te apropias y empapas de su ignota valía, te sientes rey de ese navío que surca los mares. Navío en el que hace mucho tiempo su desaparecido capitán ya nada escribe en el cuaderno de bitácora. Y con loco empeño buscas saber de ese 89 % de iceberg a la deriva que no ves, de esa enorme isla de soledad que como paraíso abandonado recoge náufragos como tú. Buscas saber el porqué de ese 11% que emerge y en el que tu te reconfortas y guareces. Este navío es una isla como tú y eso te hace sentir menos solo, menos vulnerable.
domingo, 10 de enero de 2021
Blogs abandonados y a la deriva
Entrar en algunos blogs, es como entrar en un barco pirata, repleto de tesoros, que surca los mares virtuales, sin que ya nadie lo guie y capitanee. Son barcos fantasmas en los que te adentras recorriendo con minuciosidad todas sus cámaras y recamaras. Camarotes en los que con urgencia heredipeta abres cajones y buscas febrilmente las alhajas. Y ebrio en esa soledad en la que husmeas las pertenencias del otro y te apropias y empapas de su ignota valía, te sientes rey de ese navío que surca los mares. Navío en el que hace mucho tiempo su desaparecido capitán ya nada escribe en el cuaderno de bitácora. Y con loco empeño buscas saber de ese 89 % de iceberg a la deriva que no ves, de esa enorme isla de soledad que como paraíso abandonado recoge náufragos como tú. Buscas saber el porqué de ese 11% que emerge y en el que tu te reconfortas y guareces. Este navío es una isla como tú y eso te hace sentir menos solo, menos vulnerable.
Mis dedos torpes
caminan lentos.
Y las letras no desfilan marciales
y se alborotan mis pensamientos.
Entumecido estoy,
cautivo de una escarcha
que todo lo coloniza.
Frías palabras de frío invierno.
Es mi afán por retratar
cotidianos instantes,
ráfagas de volátiles pensamientos,
es mi afán el que me fuerza
a a organizar este desfice
de marcialidad incierta.
Se despereza el sol,
que aún no calienta,
resquebrajado por las siluetas negras
de los desnudos robles
de esta mañana de torpezas.
sábado, 9 de enero de 2021
Costas romas
y su sal me desbrava.
Soy ya costa roma,
en mis playas ya nada encalla.
Ni piratas,
ni arrogantes capitanes
de navíos belicosos.
Ni se escuchan ya
los sirénidos cantos
que hacían enloquecer a los marineros.
Sin filo y sin poder,
sin puerto, ni bahía.
Casa sin abierta
que ya sólo aire
y olvido encierra.
Alturas
Soy de peldaños,
no soy de metas gélidas y altivas.
Soy de pasos pequeños sin gloria.
No habita mi ansia en las estrellas.
Si la cumbre me llegara,
me llegará tras cruzar el llano.
No persigo la meta que se pierde en las alturas
y es difícil de ver.
Filomena, la muy amada
Casi cuaja la blancura
en mis curtidas palmas.
Queriendo apresar
la delicadeza de los cristales
que caen del cielo,
he tropezado.
Cuando uno mira
muy alto y se embelesa
con lo níveo,
pierde el paso.
Casi nieva en mi patio,
en esa minúscula parcela
de mundo que me pertenece,
que creo que es mía.
Casi siento
el gélido dulzor
de las estrellas heladas
que esta borrasca
de nombre bellísimo
nos regala.
Filomena,
la muy amada,
nos trajo la escarcha,
nos trajo la blancura
que desdibuja
la maldad del valle.
jueves, 7 de enero de 2021
Bruma d´ Evildoers
Ella nunca supo entender la fascinación de algunos clientes con sus pies. Bruma, siempre se considero una mujer de mirada glacial, con una mirada de un azul clarísimo, con un elegante toque de estrabismo convergente. Una mujer, que incluso sabia del magnetismo de sus grandes pechos, y de esa primaria atracción de muchos hombre mal destetados, por chupárselos.
Bruma d´ Evildoers, como se hacia llamar en el ambiente del Gran Bulevar, nunca pensó que su baza más rentable terminara siendo sus pies.
martes, 5 de enero de 2021
Mirra
el frío aire
de esta noche de Reyes.
Me agarrota
la perdida inocencia.
Que horizonte tan bello
es el del infante.
Tengo el rostro arañado
por las zarzas de los años.
Tengo las manos heridas
por las zarpas del tiempo.
Busco la ingenuidad
bajo mis mil pieles.
La busco
y poco encuentro.
Es irrecuperable
la frescura,
la dicha primigenia.
Siento un escalofrío,
al toparme con los recuerdos pueriles,
con su muesca en mi alma.
Me mece
el aire frío
de esta noche mágica.
Noche de mirra,
en la que presiento
a las guadañadoras Parcas.
Mirra para el infante
que se ha perdido
bajo la invernal hojarasca.
viernes, 1 de enero de 2021
Brumas de invierno
a los jergones
en los que se revuelca.
Se impregna el alma
de la miseria abyecta
de los cuerpos
con los que uno yace.
Muere la virginidad
en los brazos
de los sapos
que nunca serán príncipes.
Nos atropellan las caricias.
El manoseo maltrata y rae
el oropel de la tersura.
Surcos en los que
se deposita el polvo.
Brumas de invierno
que orinan lo cándido y bello.
jueves, 31 de diciembre de 2020
Feliz Año Nuevo
Tengo la mano sobre el suave lomo de mi gato, me reconforta su dorada felinidad.
Mañanas de frío, donde el calor te lo proporciona el próximo.
Me rodea la menguada tropa de mis afectos, su insistente interés por algún agasajo.
Amores cálidos que cuestan muy barato, que poco piden y mucho me dan.
Despertar de apagados trinos y nieblas a lo lejos.
Muere el año, el año del encierro, de las distancias, del miedo.
Muere con la sensación de que somos frágiles llamas amenazadas por la marea de zánganos, por la falta de pericia de los capitanes que no supieron preservarnos de las infectas corrientes, del viento de escarcha, que lleno de cruces de un día para otro el Camposanto.
Adiós al infierno, que en esta mañana de gélido invierno, descorre el telón del año nuevo e incierto.
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Mudar
Todo fluye y en ese fluir el cortante placer se hace romo.
Varían los disfrutes, apaciguados por la perdida de brío.
Robles sin follaje, en los que ya no anida el amor.
Almíbar insípido, proezas sin gloria.
Ya nada eriza mi piel.
Y el temor que gravita sobre todo y siempre, me impide correr fútiles riesgos.
Acastillada es la calma, cuartel sin sorpresas.
Nada busco, nada encuentro, nada ya a mi cansado corazón le sobresalta.
domingo, 27 de diciembre de 2020
Jugar
Con demasiada frecuencia es más útil lo que detestamos que lo que amamos y eso me ha pasado a mí con el ajedrez.
La vida es una partida y vencer a tu enemigo es desplegar una paciente estrategia. Y eso hago hoy, jugar con las destrezas inculcadas, con la fuerza que me da mi Dios, con la perseverancia que me da defender la verdad.
Siempre he odiado jugar, pero en esta partida que es la vida, juego, con la bravura que me da mi estirpe, y las habilidades que me inculcó mi familia.
Ganar es cuestión de tiempo, la victoria es tesón y paciencia.
Ramas
Marionetas que arañan los cristales
y llaman a mi puerta.
Sombras que me zarandean.
Diez luces titilan a lo lejos.
Diez apóstoles que guardan,
el aprisco de amenazantes ramas
que mece el viento.
viernes, 25 de diciembre de 2020
Patria
Ya no reinan las nieblas en el valle, ya sólo reina el frío, escarcha que entumece las palabras y que nos fuerza al encierro.
Con las puertas cerradas, embozados y con la sensibilidad de nuestras yemas resguardadas por la protectora la lana tejida en oriente, porque aquí ya nadie trabaja, ni teje, afrontamos el olvido.
Ese es el olvido, dejar las faenas que nos hacían pueblo, patria, rincón con acervo. Ese es el olvido, cerrar las puertas al frío y rendir las fronteras de la patria.
El Niño Dios, trajo el frío, trajo la helada, trajo el viento que congela las lagrimas, impidiéndolas rodar y perturbando con sus finos y acerados cristales la claridad de nuestra mirada. Ciegos regidos por tuertos. Aurora de modorra, de desidia, de voluntades rendidas, perdidas, compradas, subsidiadas.
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