viernes, 9 de abril de 2021

Años separados


No me duele tu vida, me duele la mía, esa cantidad tan grande de días de los que decidiste no formar parte.
El amor es complejo, amarte fue una proeza, soportar días amargos, semanas de infierno, compensados solamente por algunos segundos de gloria. De nada servía estar al corriente de tus deambulaciones, cuando mis horas sin ti, nada te importaban, horas vacías por tus celos, por mi temor a no quererte según tus insanas directrices.
Me duele esta distancia de años separados, esta distancia que es un océano de saladas lagrimas.
Me duele mirar atrás y sentir que no he vuelto a sentir esa explosión que sentía contigo, esa deflagración acrecentada por los vacíos, veredas de temores.
Recuerdo y me desordeno, se desordena mi vida, y se desordenan sin yo quererlo, todas las lluvias.

Hombre solo


Morir, 
no es 
haber decidido 
dejar de vivir. 
Morir, 
es en espinoso camino 
que se resiste, 
que se hace infinito, 
interminable, 
meandrinoso. 
Un camino 
de tinieblas 
y sombras 
donde no podemos 
ni ser felices, 
ni sonreír.

Desear morir, no es conseguir atravesar el umbral de la deseada muerte.

Borbotones de nostalgia


Los recuerdos 
son borbotones de nostalgia, 
sangre en blanco y negro.
Decepción, 
laguna Estigia, 
en la que se pierde el barquero.
Se pierde y nos enreda 
en la marea infecta 
del pequeño cauce 
que nos separa del salvífico averno.
Se deshilvana lo cotidiano, ese sencillo nudo que nos ata a puerto.
Se desatan las mareas de la infelicidad 
y perdidos abrazamos escollos 
que laceran nuestro cuerpo.
Acicalados e impecables.
Teatrales y divinos, 
interpretamos, distantes, entre artificio, 
el fatídico rol 
que es fingir 
esa fortaleza inexistente 
que creemos que nos libra 
de ser vulnerables.
Pero en el fondo, 
entre las cenizas 
de los rescoldos de la pasión 
que ya se ha ido, 
deseamos morir, 
desvanecernos, 
evaporarnos 
como los charcos 
de las tormentas de verano, 
de esos veranos de sol y risas, 
en los que ahogamos el sofocante deseo, 
el deseo urgente, 
fácil, 
ese que sabemos 
que vamos a olvidar.
Desamor y muerte, 
hermanas siamesas.
Hombres solos, 
forzados a una soledad maldita, 
forzados a vivir entre mil brazos, 
que no desean abrazarnos. 
Humanidad, selva, infierno.
Y tras tanto desear morir, la muerte llega, y nos sorprende con su casuística, con su socarrona inoportunidad. Llega y nos abraza gélida, álgida, brutal.

miércoles, 7 de abril de 2021

Amar y morir

 


Cuando uno deja de ser amado, comienza a morir.

Ayer


Existo y desisto.
No puedo abracar 
la tragedia que es vivir 
y perder caricia y abrazos.
De nada vale el tiempo 
si la tragedia habita 
todos los segundos.
Quisiera abrazar 
todas las colisiones perdidas, 
los roces esquivados, 
el amor que no supe ver 
y perdí.
Existo y desisto 
en esta árida soledad elegida 
que me aniquila 
en la eternidad sin amor 
que es sobrevivir 
a la deflagración que es permitir 
que se acerquen las caricias,
a un ayer inamovible y estanco 
que ya no puede ser.

Nostalgia


Los rayos del sol me despiertan 
y yo encharcado de nostalgia,
salgo a la ventana 
a que me oree el viento, 
que acaricia hojas de roble 
que saborean sus primeras albas.
Alhajas de reina en desgracia 
que al amanecer orina en sol.
Noches de infierno y brillos de refulgente pacotilla.
Mil manos me manosearon ayer, 
y hoy me despierta la luz solo, 
anegado por la ausencia, 
por la falta de una mano fiel 
que me muestre su herida palma.

lunes, 29 de marzo de 2021

sábado, 27 de marzo de 2021

El tiempo


Cumplir años 
no es dejar de amar, 
de sentir, 
de vibrar.
El tiempo nos aja, 
pero no aniquila 
la virginal sensación 
que es despertar al amor, 
volver a amar.
El amor no compara caricias,
el amor es caricia,
y en eso sólo se centra,
en sentir amor.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Un roce


El viento nos arrebata días, 
arranca paginas 
de nuestro calendario, 
días de Santos, 
días que a veces 
y por unos segundos, 
rozamos el cielo, 
días de interminables esperar, 
días devorados 
por la impaciencia, 
por en loco empeño 
en volver a sentir 
un roce, 
un fortuito roce, 
que desvió nuestra trayectoria, 
y decidió, 
que ya no queríamos, 
hacer blanco 
en la preestablecida diana. 
El viento arranca días 
de un santoral de mártires, 
como nosotros, 
mártires de un arrebatado amor, 
como el que nosotros sentimos ahora, 
un amor cimentado en un roce, 
en una decima de segundo, 
en una mirada que nos traspasó, 
cuando de frente y sin parpadear, 
nos dijo: 
- Pase primero usted.

sábado, 20 de marzo de 2021

Yacer


Le habían cortado el pelo a trompicones, era un poema su desatino y su altanería. Loco empeño en proyectar una hidalguía que en su ralea nunca habían poseído.
El amor se dispensa de modo aleatorio, ni se pide permiso para ello, ni es consentido. El amor aterriza en nuestras vidas con estrépito, como elefante en una cacharrería. Nadie le previno sobre aquella catástrofe, sobre cómo una trivial caricia cambia la trayectoria de la bala que nos estaba matando, como una mirada nos redime y nos salva de la fatalidad que es yacer, con quién con su toxicidad nos mata.
 

viernes, 19 de marzo de 2021

Me castiga la templanza


Me castiga la templanza, ese andar conveniente y sosegado, ese medir los pasos, los renglones, las miradas.
Se nubla el horizonte, se viste de gris mi brío, y contengo la riada de mis manos para complacer y nado en el mar de la desgracia.
Más nada borra el deseo, el inquietante roce, el aire que tú exhalas y yo luego respiro.
No tengo nada, entre mis dedos todo se ha ido, se ha marchado otro día y sin amor lo he perdido.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Sólo para desearte


No necesito entenderte 
para amarte, 
pero pienso tanto en ti 
que me hago daño, 
y no pienso en ti 
para abarcarte, 
te repienso e imagino 
sólo para desearte. 

Mi partener


Siempre he querido creer en la reciprocidad, 
en la escabrosa palabra que es ser correspondido, recibir. 
Siempre quise amar y ser amado, 
sentir esa conexión que nos hace fuertes y vulnerables, 
que nos aísla y une al mundo, 
esa colisión que es entrelazarse 
y sentir que nada existe más allá de ese abrazo cósmico.
Siempre quise sentir ese dardo al unísono, 
vibrar en los mismos instantes, 
alcanzar la gloria 
traspasando las puertas del placer a la vez. 
Lo perseguí todo, 
todo lo roce, 
y no duro todo 
tanto como yo quise. 
No era mi camino
o quien caminaba conmigo no lo quería hacer. 
Y nuestra trayectoria se volvió errática, 
nos convertimos en un río turbulento, 
lleno de peligros, de sombras. 
Y cuando llego el llano 
y se sereno nuestra furia, 
llegaron los meandros de soledad, 
curvas infinitas sin avances, 
lugares donde se depositaban las afrentas, 
donde no había rosas, 
donde sólo había reproches y tormentas 
que amainaban con un sexo forzado por el miedo a romper, 
un sexo que se volvía alambicado, 
un sexo en el que ya no estábamos solos, 
un sexo oscuro, sin fondo, 
un sexo donde ya no había amor, 
un sexo donde había vicio, hambre y brillo de strass, 
pacotilla que sólo soportaba la noche. 
Siempre he perseguido un amor eterno, 
pero nunca he encontrado mi partener.

Me he perdido y no sé volver


Me he perdido y no sé volver. 
Me perdí hace mucho tiempo y no sé volver.
No encuentro el camino 
para desandar mis tropiezos. 
No he vuelto a sentir 
la suavidad de las delicadas rosas. 
No sé volver a ese jardín 
donde sólo se entra una vez, 
al que la vida nos lleva 
y el desamor nos expulsa de él.
Me he perdido y ya no sé volver.