viernes, 19 de marzo de 2021

Me castiga la templanza


Me castiga la templanza, ese andar conveniente y sosegado, ese medir los pasos, los renglones, las miradas.
Se nubla el horizonte, se viste de gris mi brío, y contengo la riada de mis manos para complacer y nado en el mar de la desgracia.
Más nada borra el deseo, el inquietante roce, el aire que tú exhalas y yo luego respiro.
No tengo nada, entre mis dedos todo se ha ido, se ha marchado otro día y sin amor lo he perdido.

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