viernes, 12 de octubre de 2012

Existencia infinita


Pasamos más tiempo muertos que vivos, y con frecuencia lo olvidamos, nuestra existencia en el infinito ciclo de la materia, estamos más tiempo en los engranajes del cosmos que dando forma y sustancia a nuestros efímeros cuerpos. Pero con frecuencia, todo lo olvidados y de este modo construimos un olvido y desdén generalizado hacia esa existencia infinita y fértil que es la muerte y el entrar en la cadena de los nutrientes que conformarán otras formas, otros cuerpos, otras vidas, que también morirán en un ciclo irredento de roturación y nuevas formas de vidas.



Y detras

Y los murciélagos que habitan tus sueños intentarán que no te despiertes, y así en baldía sucesión pasarán tus noches y tus días. Mas allá de las sombras, existe lo que las produce. Y detras de ese objeto esta el sol.

Entre afeites

Te has despertado, tras el sueño reparador y tras beber un negro café como tu alma, has abordado la extrema tarea de parapetarte tras los afeites, las sombras, los iluminadoras, los delineadores y los correctores ,pareces bella, pero yo se que cuando descansas en la soledad de tu alcoba y te desprendes de todo lo añadido, de todo lo que oculta y todo el artificio, eres una ramplona y vulgar hutía.
Bella murciélaga de labio verrugoso, reina de pretéritas fiestas, bella ruina bellamente apuntalada, por los cosméticos modernos, a mi que no me engañas, te digo te prefiero monstrua y reina de tortuosas callejas, cuajadas de tropiezos y luces pobres que desdibujan atroces verdades, fingir, sufrir, gemir, y después entre afeites morir.

El último suspiro

Y tras vivir llegará nuestra disección, y analizarán nuestra muerte, como si eso nos importara, como si desentrañando nuestro último suspiro solucionaran el drama de nuestra vida. Que paradójico es todo, es necesario morir para que alguien se entretenga en verte, en saber de ti. Cuidemos y escuchemos a los vivos, que los muertos, entre ellos se entienden.


El sucio botín


Y la sifilítica matrona, ajada y marchita, torturada por la demencia y la locura, contará una y mil veces los escondidos talentos, que en la recóndita guarida, no fructificaran. Los estragos de la desconfianza, le impedirán descansar y la torturará el miedo a perder lo poco ahorrado. Y en este desorden terminará olvidando el escondite del sucio botín, e incluso olvidará su manoseada vida, y que una vez tomo la cautela de guardar plata para el por venir. La sífilis que martirizo sus entrañas, en la última batalla, le arrebatará la razón, el recuerdo de quien fue, de que hizo e incluso de cual es el dolor que la postra.

Gris y plúmbea

NO SOLO CREO EN DIOS, SE QUE EL CREE EN MI.
NO HE SIDO CREADO PARA LA MOLICIE Y LA INDOLENCIA, NI PARA LAS PAGINAS EN BLANCO, NI PARA LLEVAR UNA EXISTENCIA GRIS Y PLÚMBEA.
HE SIDO CREADO PARA VOLAR, SER CHIRRIANTE, PROTESTATARIO Y CONSTRUCTOR. NADA DE DÍAS EN BLANCO, MIS DÍAS SON DÍAS DE BATALLAS, CONTRA LO INJUSTO, CONTRA LO NUCIENTE, A FAVOR DE LA EMPATÍA, DE LA BENEVOLENCIA, Y DE EL DESEAR Y CONSTRUIR PARA EL OTRO, EL HERMANO LO QUE PARA NOSOTROS DESEARÍAMOS O CONSTRUIRÍAMOS...............

Localismo

Tu localismo impedirá que medres en el amplio planeta.
Sabes que la membrana que separa tu mal llamado reino, es osmótica, seguro que no sabes lo que es, búscalo y de paso leete un libro de objetiva historia.
Te pierde un delirio mortal, construido en un pantano aislado y nada rico en nutrientes, y sofocado en el vicio de los dinamitadores de sistemas. 
Rastro de sangre de cioanótico azul mortal esas son tus estrellas, chisporroteo al final del tunes. Cierra los ojos y descansa que Bruto te va a dar la estocada. 
Es monumental el vendaval que hace ondear la bandera de Aragón en tu plaza.

jueves, 11 de octubre de 2012

No quiero tropezar

Tengo sed mas no quiero saciarla, con una esponja empapada en vinagre e hiel. 
La razón construye, la sin razón destruye.
Dime ahora que te pregunto, en que bando te encuentras, para que no me pierda yo en la fragilidad y el desconsuelo de los castillos de arena.
He puesto mis cartas sobre la mesa, y me dices que ya iremos viendo, que hay que dejarse llevar. Mi reina no opina lo mismo, y no esta dispuesta a sacrificar peones en un estéril campo de batalla.
Y yo vuelvo a preguntarte, cual es tu orografía, para que sin tropiezos transcurran mis aguas por tus tierras.
Soy consciente del poder erosivo de mi tesón, pero no me gusta fluir violento. Si no ir placido, lamiendo llanos, acariciando valles. No quiero tropezarme, con escarpadas montañas, que estanquen mis aguas, y en la quietud de los embalsados deseos se descompongan.
Dime lo que quieres y moderare mi caudal.
El fruto de tus tierras se lo debes a mi vivificantes aguas. Soy paciente, esperare tus insolentes barbechos, pero no olvides que la cosecha con sus réditos la espero recoger.

El árido confin

El fin llegará, con tufo de pólvora, en el laberinto burocrático de las alcobas, en las intrigas famelizantes. Con sobornos entraremos en tu ciudadela y emponzoñaremos los vientres de tus raposas y esperaremos pacientes que el sórdido saciar pulsiones extienda la lacra. Tu pueblo, el herético, el pecador sentirá la desazón de como tizones candentes abrasan sus entrañas. Y mi pueblo y yo diremos se
 cumple lo escrito y espían su culpa.Desmontare el entramado nuciente de tu reino y devolveré la tierra al primer poseedor, el que la roturo, el que la aro primero, el que escavando pozos la hizo fértil.
Los hijos de los hijos de los que desposeíste, blandiendo aceros candentes recuperaran, te marcaran, te expulsan de la tierra que es suya y del sudor de sus ancestros. Ellos se han curtido en las tierras áridas, en las hambres perennes
en la diezmante precariedad, son recios y curtidos y tu pueblo enfermo no los obstaculizara.
Desmontaremos vuestras casas y con las piedras que fueron nuestras reedificaremos el templo de nuestro verdadero Dios. Y a las legiones que te sirvieron robaremos sus atesorados salarios, con su oro y con el oro de tu pueblo volveremos a fundir joyas que adornen a nuestra mujeres como era en el principio, antes de ser empujados al árido confín.




Mañana procuraré no llorar

Me marcharé, cruzando la inmensa llanura, arrasada por los ardientes amarillos.
El calor borrará mis pasos y no podre volver, es imposible el regreso, el olvido.
Necesito tanto caer en unos tiernos brazos, rendirme en un protector regazo. 
Pero no, dominaré los impulsos, que la urgencia de complacer instintos hará que vuelva a errar, y no estoy preparado para soportar un nuevo abandono, un nuevo llanto, que no por tantas veces experimentado es menos lesivo, menos hiriente, menos desestabilizador.
Hoy cruzaré la llanura y mañana si las fuerzas me lo permiten procuraré no llorar.


Que nadie me recoja

El duro bucle de las caricias en las bellas ruinas.
La perenne búsqueda de la perfección, saciada en las atroces imperfecciones.
Me acobarda el deseo, satisfacer, para estar insatisfecho.
Es demasiado el cansancio y muy grande es el hastió de los extraños amores efímeros
Saltaré al vació por última vez, esperando que nadie me recoja.


Sentir abandonos

Pasando paginas, rodando lagrimas, pensando en rojo, sintiendo calmas.
En el despertar de las perdidas, susurrare al Dios iracundo, donde está el feliz ayer en el que todo era pleno.
Yo ya lo había presentido, por eso quise volar.
Que pequeño y pleno era todo. Esperando crecer, preparándose para sentir abandonos, lesivas perdidas.

Lo despeñare

Presuroso iré tras el que te ofenda y metódicamente le rebatiré, con la cautela de no caer en su pringue.
No dejaré que las palabras del mostrenco manchen tu nombre. Y si sigue en su empeño lo despeñare entre merlones , por la cañonera.
Sé que mi mano es ligera mas tu magnanimidad es tan grande que se que les exculparás, y no puedo consentir que un vil y núciente parásito desestabilice la bella y rica construcción de tu santa casa.

Migajas

Las manos, heridas y libres cortarán el aire. El seno, cálido pecho las reclamará, para que en el acompasado ritmo del amor, se instruyan. Se cimbrea el cuerpo en herético taconeo. Dime, si en esta bella danza miente el alma. Lee mis gestos y entenderás los apetitos que me arrastran. No es felicidad, es errática búsqueda de efímeros placeres. Me lleva en parihuelas la rítmica melodía. Acompasa tu corazón al ritmo de mis tacones y quizás consigas algunas migajas de mi excesivo amor.


El frió invierno

El tiempo pasa inexorablemente, no existe el retorno y los errores se enquistan. 
Que el cáncer de los tropiezos no llene de metástasis tu presente.
Me aturdo entre tropiezos que me anclan y me agarrotan.
Desenredare la madeja de nudos y tejeré un cálido jersey para el frió invierno.