miércoles, 26 de marzo de 2014

Tragar

Habita la razón en las mazmorras.
Hemos llevado la lógica al sótano.
Encerradas con llave.
El sinsentido cobra sentido.
Y nos resulta fácil tragar. 
El canto de aristas cortantes.
Que es todo este trascurrir.
La calumnia bola de nieve.
Arrasa con la delicada verdad.

Se perfuma el desgraciado

A pesar del caro perfume que derramas sobre tu cuerpo.
Tu alma sigue apestando a letrina.
Desgraciados los que blanquean la fachada.
Sin antes airear la alcoba.

La vida amarga

El comercio del corazón.
Comercio sin entrañas.
Oficio de tinieblas.
Transacciones sin alma.
Buscando la usura en la necesidad.
Privando al famélico de tristes migajas.
Robo múltiple, que multiplica el amasado botín de penurias.
Todo vale, la vida nada vale.
Solo vale la fortuna, que hace afortunada a la casta.
Sombras en el corazón.
Corazón que se enriquece en las sombras.

martes, 25 de marzo de 2014

El infante aleccionado

Sombras pendientes. 
Sombras dependientes.
Comparsa de mafias clientelares.
El cándido llevará las armas.
El cándido me embaucara con su dulzura.
Y rendido en su belleza. 
Tras cerrar los ojos.
El infante aleccionado me diluirá.
Está el portón abierto de la ciudadela que no habéis construido.
Rendida en la caridad huérfana. 
La disfrutareis sin saber el sudor que ha costado.

Orientes bizarros

Extraños idealizados, perlas barrocas.
Orientes bizarros.
Se maximiza la luz que no nos llega.
Es la distancia un talento.
Es un talento ser distante.
Ser un ave rara.
Gema extravagante que pesa, tilda y anula.
No hay justa medida en la valoración.
Y se luce ostentoso el bien foráneo.
Bienes escasos.
Escasos bienes.
Es mi clase que brilla en la exclusividad. 
Es la exclusividad la que hace brillar a mi clase.

Vestida de noche

Pisa la sombra la cola de su vestido.
Vestida de bella noche la amenaza el oscuro.
Puerto virgen que espera para guarecer al amado.
Faro de destellos de plata que solo a él llama.
Escollos surgen de la calma pues los abona el tormento.
Con el riego que nace de la fuente de los celos.
Vestida de estrellas y suerte, ella tiene lo que la mano áspera ansia.
Ella es bello futuro, no sabe con quien, pero será bello.
Y la sombra lo sabe, lo teme y le atormenta el desasosiego de no poder tocar la luz desnuda.
La luz sin sombras, que ella, vestida de noche irradia.

La fabrica de mi imaginario


A tientas por la casa y con cuidado para no importunar presencias.
Se desliza la luna sobre el mármol macael.
No ha sido invitada pero acude al festín del insomnio.
A esas horas de medias realidades y acuciantes sombras.
A la fabrica de mi imaginario.
A la trastienda del trastorno del arte.
Me acecha el borrón de pesadilla, en el largo pasillo.
Y las palabras altisonantes, en la ovalada mesa piden carnaza.
Piden brotar en mis labios con furia, con afilada certeza.
Detrás de la puerta del dormitorio, llora sola la cordura. 
Sintiendo en sus plantas el victoriano frío de los borrachos arabescos. 
Cada noche la abandono en el tálamo, donde mi locura, con ella nada consuma.
Ella sintiendo mi ausencia, y yo deambulo buscando presencias.

Pisando los pies

Es un individuo vigoroso no tipificado a tiempo.
Tiene a sus pies la bonanza.
Y su palabra desinstruida y fantasiosa cala.
Su presencia incendia el aire.
Y su ausencia genera oleaje de murmullos.
Está la fiera en casa y entro de nuestra mano.
Es la hemorragia interna que genera el traidor.
Mi perdida es su ganancia.
Mi ganancia sería su perdida.
Pero abierta la veda, está abierto el abanico de los intereses.
Corriente fresca que se magnifica y a la que uno en espuria traición apuesta.
Nada se desanda y es imposible borrar sin dejar estela. 
Al personaje subyugante que hemos introducido en escena.

lunes, 24 de marzo de 2014

Ningún orden está eternamente vigente

Codicia el ambicioso extender sus dominios.
Aumentar sus riquezas es norte de mercenario.
En la persuasión del circo y la jarana.
Diversión que compra voluntades.
Nada es en vano en este blanqueado de generoso.
Promesas para animar a descorazonados.
Y auparse en ellos  a la cúspide donde se deciden designios.
Conspiración para desestabilizar al legitimo príncipe.

Las mieles sin valía

Los usurpadores sirvientes.
Dispuestos a crear la necesidad.
Dispuestos a aligerar peso de la carga. 
Que es lidiar con la tempestad de la cúspide.
Creadores de dependencias.
Obreros de una mies que ansían.
Enemigos pagos.
Porque su servicio cobran.
Y en el ofrecimiento siembran.
Para recoger en demasía las mieles sin valía.



La seductora y tuerta miel

El hombre se atormenta por las voces claras.
El hombre busca el placer de la mentira.
El camino tuerto vendido con las palabras de la seductora miel.
Consiente el sincero el vicio del embuste.
Porque sabe que su reino de claridad no habita aquí.

Loco de sed

La venganza no me sacia.
No aplaca mi amargo paladar.
El nudo de intranquilidad que estrangula mi sueño.
Estoy loco de sed.
Y beber no me sacia.
Nada calma el mal de la infinita sensación de sed.
Me acorta la vida el run run que araña mi alma.
Está mi paz en mi muerte y yo lo sé.
Tiene gangrena mi corazón y cortarlo es dejar de latir, vivir y sufrir.

Eres tu mi catastrofe

La catástrofe busca trastocar el orden. 
Ya solo veo en tus ojo.
Solo a trasvés de ellos sé ver.
Nada en mi has saciado.
Me has rendido en el hambre.
En el indómito deseo de probar tu sabor. 
Me has expulsado de mi casa.
Y súbdito tuyo te venero en el mezquino salario. 
Que es prometer y nunca pagar.


La escasa lealtad

Con manto adornado de encajes se presentan los indignos.
Agitando malévolamente las convulsiones.
Escasa es la lealtad en el corazón de las enjoyadas ratas.
Mezquinas atesoradoras de botines.
Desprestigiados están los altos ideales.
Tormentas de primavera cuya floración interesa captar.
Flores necias que ignoran lo que es la vida,
Belleza iletrada que mece la corriente de la fácil soflama.

Mi hambre de sol

Lluvia de primavera.
Se moja la impertérrita palmera.
Y se guarecen bajo el alero los gorriones.
Día de sombras sin sol.
Esclarecidas voces en el verdor.
En el llanto de las parras.
En las blancas flores del ciruelo.
Llueve de nuevo truncando el saciar mi hambre de sol.