sábado, 3 de noviembre de 2018

Alsasua el infierno de la libertad


Difícil construir futuro con el fétido aliento de los totalitarios en la nuca, aliento que recuerda la pólvora de los asesinos, sobre los que sustentan su primacía, odio de raza zafia, de zafios que se amparan en unos códigos genéticos, que son los códigos del odio de Caín, odiar al igual
Somos iguales, con los mismos derechos que el cercenador. que ejerce un derecho que no tiene, el falso derecho de silenciar al disidente, el derecho del que defiende que el todo es de todos y que sobre el todo opinan todos y deciden todos.
Alsasua es odio, de mezquinos que no soportan la libertad de expresión, la libertad que ampara manifestar que odiar no es ninguna solución.
La paz nunca es liberticida, la paz es respeto y distensión.

Liberticidas


Los nuevos próceres patrios, los que se enjuagan la boca a todas horas con la palabra respetos, son como y se conducen como sexadores de pollos, desechando iniciativas porque no cumplen con sus estándares de engorden, o porque no van a engordar sus populistas filas de borregos adiestrados, a los que han adoctrinado en la contienda y por eso sólo saben y pueden, conducirse por la siniestra.
Patético resulta tanto regicida, tanto tirano enharinado de oveja, tanto ácrata enriquecido con regímenes que masacran y amasan fortunas de sangre reprimiendo a su pueblo, frutas podridas, regímenes maduros fraguados en el golpista proceder, que estos marmelos pudiente ordeñan y amparan, liberticidas que gritan libertad de parte, mientras apedrean al que ejerce la libertad, desde la sensata orilla en la que se encuentra.
No es nada respetable la opinión del sectario, ni su soflama de odio, ni su teatral falta de respeto a los credos de otros, sobre manera al credo católico, que es el que más les enerva, no hay que olvidar que estos sátrapas de Galapagar, hacen apología del genocida Stalin , del genocida Lenin, del genocidio de cristianos perpetrado por la Segunda República Comunista de España.

Sin originalidad


Galopare entre Titanes de acero.
Me perderé en los laberintos para conversar con Minotauros.
Haré que exista lo inexistente.
La vida sin originalidad no es vida.
En los estanques infinitos de agua y sal nadaré con Poseidón.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Retener fragancias


Dormidos para siempre, dormidos esperando el olvido.
El recuerdo esta cimentado sobre las lágrimas de los fieles.
Montañas de arenas, donde la confusión entre tanto insignificante grano igual, termina por llegar.
Sin granos no hay montaña, pero generada la cima, ningún grano ya importa.
Esfuerzos de marchitas rosas, que tras cortadas intentan retener fragancia, pieles que un día fueron tersas y hoy son seda que destroza la pupa, que en el festín se metamorfosea.
Valle de crisálidas y cipreses, de trémulo mármol, de cera.

La presión


La presión distorsiona, la presión tuerce.
Carnes trémulas, que domadas por la furia,cambian hasta el punto de confundir.
Hormas que generan monstruos.
Monstruos, que huyen de su monstruosidad, sometiéndose al dictado de una horma.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Que Dios te guarde


Que Dios te guarde querida Princesa,
que Dios te guarde de la envidia
y de la ira y el odio
que padece el del alma de lodo
del que se regodea en sus miserias.
Vivimos tiempos de peligrosas mareas
 nada regias,
que quieren asolar,
esta España nuestra.

La belleza


Corren tiempos difíciles para la belleza.
Tiempos de modas de infierno.
Todo corre en contra de la delicadeza.
¿Quién habitará los nuevos páramos cubiertos de niebla?

Son muchos los Santos


Bañados por el inmenso mar de los que nos precedieron, de las proezas de los Santos Ignotos.
Nunca estamos solos, siempre estamos bañador por los afectos perdidos, esos que nos esperan en el remanso de Paz que es el Cielo.
En la Tierra de sinsabores y de alegrías, nos curtimos para alcanzar la Gloria, para abrazar a la ingente humanidad que habitó estos valles antes que nosotros, energia que no se destruye, que se almacena en el descanso eterno, en la próxima morada celeste.
Nacemos con un norte, con unos días en blanco, con las horas justas, con muchos renglones torcidos, que enderezamos escribiendo recto. Vida de pruebas, donde vamos comprobando lo insignificantes que somos y el significado de nuestra insignificante. Vida de sudores, de bellezas marchitas, de fuerzas que se evaporan con el correr de los días.
Santos de virtudes sin proezas, de proezas fáciles que entrañan renuncias, Santos de altares pequeños, Santos que se han sentado con nosotros a la mesa.
Santos mío, Santos de mi sangre, Santos que construyeron para mi, esta atalaya.
Santos que habitan en el mármol y en las flores de escarcha.
La bravura domada, por mercantil labranza.

martes, 30 de octubre de 2018

Difícil vivir sin joder


Difícil vivir sin joder, vivir sin importunar, es imposible pasar de puntillas por el lodazal que es vivir.
Demasiados ladrones de talento ajeno, rémoras que hacen largos viajes, que viajan hacia el éxito, sin pedalear nada, ascensos sin fatiga. Vivir es disputar, deshacerse de interesados, centrarse en los propios intereses, centrarse y no distraerse con las puertas entreabiertas, del que no sabe llegar a la cumbre y se instala en nuestra estela, esperando llegar a la cima y vernos caer.

domingo, 28 de octubre de 2018

Lo borrado


Personajes de pasados inexistentes.
Estelas retalladas por las ínfulas del insignificante.
Desmembrar para impedir que nadie rece por ellos.
Sesiones de ouija para hablar con los asesinados.
En los laberintos es imposible recobrar la memoria.
Lo borrado se diluye en la mente del que aun vive y recuerda.

lunes, 22 de octubre de 2018

Vestidos de oro matan su ira


Tan próximos y tan lejanos.
Tan distantes y bravos.
Furia enredada en hilo,
perdida sin un hilo,
vencida por desandar.
Sutil fiereza, finira que desgrana
y en las tardes de sol, roja ondea.
Arena de fuego donde el hierro rinde al asta.
Tirantes y distantes, pero amándose, danzan.
Danzan y se rinden.
Tan próximos y tan enemigos.
Que se necesitan, que se quieren,
con caricias de muerte.
Buscando y despistando al peligro.
Minotauros perdidos, que vestidos de oro matan su ira.

domingo, 21 de octubre de 2018

Corte de gallinas


No hay mejores cortesanas que las gallinas, no hay mejor corte que rodearse de cacareadoras.
Van y vienen los chismes rebozados de gallinazos, enlodados de añadiduras, cacareados con maledicente tino. Son temibles las fulanas ponedoras, las que en los nidales hacen calceta, las que anidan alto, las que altas por el desafuero, urden las más rastreras tretas. Se disputan los favores, se pelean por el grano, escarban y desparraman los montones. Montoneras alborotadores, ruidosas y entretenidas, pelonas y peleonas, de crestas coloradas o azules, de crestas regias. Amigas de los espolones y de los caballeros con espuelas. Reinas de los palos sucios, del betún y de la brea. Patibularias y enredadoras, debora gusanos y chicharras, y sobre manera ponedoras, que hay que extender la mala ralea, que en plaza pública, los escarnios no son nada, si no los jalea el rastrero gallina.

Mis nuevos lechos


Vivir es solo futuro.
Es pasado sólo es terreno yermo.
Lecho abandonado, pedregal de recuerdos.
Soy hoja que libre se abandona al viento.
Abrazos nuevos y traspiés venideros,
sed bienvenidos a mis nuevos lechos.
Madurez de gravas.
Senectud de limos.
Cauces ya andados por otros,
que yo por primera vez andaré.

sábado, 20 de octubre de 2018

Taveras


La torrencialidad atrae a las babosas, atrae a los limacos, los aviva y despierta. Llovía a cántaros y las transparentes y empañadas cristaleras que daban al patio se llenaban de babosas, que surcaban el húmedo mar de vidrio. La lluvia todo lo lava, pero también despierta la viscosidad de las enormes taveras, que con su aspecto repulsivo activan fobias.
Aquella noche de oscuridad temprana, de nubes de plomo y lluvia inmovilizadora, había despertado los miedos de Valente, los miedos a la blandura, a las charcas, al barro, a esas aguas sin fondo visible, a la turbiedad, a las sanguijuelas que habitan esos lechos oscuros e infectos de las lagunas. Era muy pequeño Valente, cuando rodó por el desfiladero de los abejarucos, y cayó al pantano, y lo engullo el pantano, y lo engullo su barro, y se pegaron a su cuerpo de infante las sanguijuelas. El recuerdo de todo aquello era lento, era tormentoso y lento, era paralizante. Horas casi eternas, agarrado a aquella encina seca, enredado en sus ramas secas, que como garras le asían, le salvaban y le amedrentaban. Sin ausilio espero horas, espero entumecido. Aquella tarde larga, traída al presente, por la tormenta y con las enormes taveras que surcaban el mar de cristal y bruma, mar que crujía golpeado por la furia del viento y la lluvia, mar de sanguijuelas y miedos, mar de recuerdos de dormido infierno, desde la calidez del sofá, sin frío, seco y acurrucado sobre Lala, esperaba que volviera la luz perdida tras el imponente rayo, que volviera la luz artificial que iluminaba la estancia, la luz que con el estrépito del aparato electrico de los relampagos, nublo la sala.

"La Raspalanas" Petra Salado de Celan


Todo era confusión en casa de "La Raspalanas", olor a orines y a verdolagas. Del techo colgaban varas en las que se secaban y ahumaban, hierbas, chocos, cecinas y algun pez que de seguro llego muerto a la orilla. Vivir no era difícil, hacerse entender y respetar no era nada fácil. El aislamiento es una cautela, una sabia y forzada decisión, para poder seguir existiendo, para dejar de sentir el rechazo, para sentir que ya no nos falta el aire. El original, el único, importuna en un mundo de mentes rasas, de estandarizados mondos, de crueles mediocres, que encuentran su fuerza en la generalizada y mayoritaria flaqueza.
Petra, nació el día de San Pedro, nació negra, nació dura, nació inamovible. Petra Salado de Celan, era desde la cuna, una señalada, una mancha, un baldón. su madre, la nivea, la de los ojos de hielo, Úrsula Salado de Celan, la bellísima hija del Condestable, se quedó preñada muy joven, de un joven ebúrneo, recio y altivo, un regio ejemplar importado de África para las plantaciones de caña. La pasión todo lo enreda y Úrsula y su blancura, se enredaron en la viril negrura de Cleavon. Y los cuerpos dispares que endiabladamente se atraían, rodaron y rodaron, uno sobre el otro, rodaron sin confundirse, y en ese abrazo continuo y enorme, en los cobertizos, en las cuadras, en el bosque, ocurrió lo lógico, que de tanta pasión desmedida, Úrsula quedó en cinta, y perdió su cintura, y su abultada barriga que ya nada podía disimular, enfureció a su padre y fue rechazada y expulsada del orden y del lujo de su hipócrita casta, de su enjalbegada casa.
Ursula vago por los pantanos sola y sin delatar al ebúrneo, que arrebatado de la misma pasión que la blanquísima, huyó del ingenio para acompañarla en su suerte. Huyeron a los bosques de las charcas, a los bosques de las fiebres, donde casi nadie se adentra, salvo los proscritos y los rufianes. Ursula y Cleavon, huidos y hambrientos criaron entre penalidades a Petra, la criaron rolliza con lo que rapiñaban y recolectaban en aquellos bosques y charcas. Todo era duro y sencillo, pero aun así eran felices en la confusión de sus abrazos y en el vinculo que da compartir tragedias, compartir una misma desgracia.