martes, 7 de abril de 2020

Su preferido


Su preferido, su detestado, del amor al odio hay sólo un paso, vereda en la que no crece la hierba, de tan transitada por los pendulares estados de su alma, de sus apetitos. Richy, sabía sacarlo de quicio, sabía elevarlo a lo más sublime o dejarlo caer en los estados más agrios.
Era una cucharadita de dulce miel, que al tragarla se tornaba en salada y lacerante arena.
Amor de idas y venidas, porque Richy, era placer inconveniente. Horas de tedio, sublimes arremetidas y cotidiana vulgaridad. Era su preferido hoy, porque sabía que ya no lo sería mañana.

Su preferido


Su preferido STAR, ser de todo, menos común. Atesoraba errores como quien colecciona mecheros, fuegos que se habían desvanecido por su fiebre loca, por su infidelidad. "El destino es un monstruo, que se alimenta de tropiezos" repetía mientras se acicalaba ante el espejo. No era nada común, su pelo rubio y corto, su barba recia y negra, sus ojos verdes con muchísima sombra azul. Doce anillos en sus manos, doce apóstoles prestidigitadores, ademanes rapidisimos de verbo aún más rápido. Caro STAR, incomprendida moderna de cuerpo garabateado según los nuevos dictados del ser y padecer. Era un bombón, con olor a Gaultier.

Su preferido


Su preferido modo de actuar, era el de los fogonazos. Sus estelares apariciones, eran fósforos encendidos con inteligencia, en un océano de oscuridad.
Aquella noche fue así. El exquisito sastre, enfundaba un cuerpo que se resistía a envejecer, un cuerpo soberbio, cincelado con mil privaciones, con mil rutinas. Menos es más, decía Mies Van Der Rohe, máxima que él, tambien solía repetir. Aquella noche fue distante, pero a sus ojos les costaba cada vez más mentir. Cuando pasó a mi lado pude, aspirar su carísimo olor, sentir como su mano rozaba mi hombro y sus ojos de hielo suplicaban calor.

Su preferido


Su preferido era más suave, pero el vicio fuerza a apurar lo que se tiene a mano, sabores densos determinados por la urgencia.
En las redes somos tan cazadores, como presas, trofeos expuestos bajo engañosos prospectos de talentos y virtudes inexistentes.
No fue ni en su casa, ni en la suya, fue en una pensión de olor rancio, al lado de la plaza donde se citaron. Se reconocieron en seguida, ambos llevaban en sus manos un libro rojo. Samuel, a Ana Karenina, Luis, un libro de cuentas.
Su tabaco era áspero, pero tras el galope aspiró el mismo humo que él.

lunes, 6 de abril de 2020

Su favorito


Su favorito, era la esmeralda orlada de brillantes que le regaló Fréderick. El placer nunca casa con el interés, y ella sabía venderse muy bien y el placer se veía obligada a buscarlo fuera de aquel contrato que era casarse.
Siete divorcios, siete negocios, y continuaba buscando el placer en la soledad de sus joyas, en los espejos que le devolvían su imagen ricamente adornada.
Se colocó en el dedo corazón de su mano derecha la enorme esmeralda, y delante del enorme espejo, deslizó la enjoyada mano, bajo sus bragas.

Su preferido


Su preferido no era aquel color, ni mucho menos, le sentaba endiabladamente mal. Si hubiera sido gris; gris plomo, perla, pizarra, todos los grises, hasta llegar al negro, le sentaban bien.
Era la necesidad, la que la forzaba a abrazar aquel color, aquel horrible color. Ni los dorados botones estaban bien, todo el conjunto era tan pretencioso. No podía entender que tras aquel sastre, hubiera un prestigioso diseñador ¿Pero que tenía en la cabeza ese día para haber confeccionado algo así? Era tan paleto que no se veía con fuerzas, para soportarlo todas las horas de vuelo que trabajaría con él.

Su preferido


Su preferido era su tormento, era bella rémora, era sabroso vicio.
El ascenso social tiene mucho de atávica pulsión. Su último capricho, su caro favorito, sabía poco, pero eso sí lo sabía, venderse al mejor postor, que ahora era él.
Muchas veces llega más lejos la carne esculpida en el gimnasio, que el trabajado intelecto.
Su preferido lo eligió a él, por el mondo sexapil del poder. Porque Tatán, era así, un zalamero perrito, que no dudaría en cambiar de dueño, si la casa de ese nuevo dueño, era más grande, mejor. Cumbres de cuerpos imposibles de tener, sin pagar peaje.

domingo, 5 de abril de 2020

Rechazo


Siempre hay quien decide vivir en segundo plano, escondido, en la sombra. Vidas que transcurren en el anonimato, en la discreta penumbra, vidas dobles y triples, multiplicadas para esquivar el dolor de los primerísimos primeros planos.
Ser con autenticidad, es complicado, nos complica la vida, nos dispersa en la batalla del éxito donde tener un partner mujer abre tantas puertas. Cuando no nos sujetamos a la convención, pagamos el precio del rechazo, puertas cerradas que no somos capaces de procesar.

Si no lo veis..........


El que odia primero.
El que señala primero.
El que acosa primero.
El que instiga primero.
El que desinforma.
El que miente.
El que profana tumbas.
El que despierta la fiera de la guerra.
El que intenta escribir la historia de nuevo.
El que borra la historia.
El que elide.
El ególatra.
El que falsamente se duele.
El que guionizado interpreta.
El que no pide perdón.
El que culpa.
Si no lo veis, si no lo reconoceis.
No estais ciegos, simplemente sois imbeciles.
El que siembra vientos recoge tempestades.

Macilentos & lustrosos


Macilento se pone el justo cuando enfrenta tormentas.
Lustroso se muestra el necio cuando tira balones fuera y no las enfrenta.
Verduleras que en los lutos se florean de rojo y relinchan mostrando hileras de grandes y artificiales dientes.

Irsia Carolain Sprimbol

viernes, 3 de abril de 2020

Lealtad



Que grande es la palabra lealtad, pero que poquitos con franqueza la abrazan.
Ser leal, no es servilismo, no es seguidismo, no es soflama, ni cacerolada inoportuna, ni desmedida jarana de aplausos que no respeta el luto.
La lealtad no es una mordaza, ni una brida, ni una albarda. La lealtad es un remar en la barca común, en la dirección correcta. Pero el leal, nunca rema hacia el precipicio.
Ser leal, no es ser memo, no es permanecer impasible e indolente, ante la deslealtad de quien lealtad demanda.
Ser leal es un entente, no es una rendición, es un acuerdo, no es vasallaje, ni pleitesía.
De desleales, a los valores más elementales que conforman nuestra democracia, está llena la primera fila, de los que por ineptitud y prepotencia, sacrifican y desprecian la vida de los que levantaron esta Patria, solar de todos, solar sudado y común. Pero nunca solal excluyente y guerracivilista, de bandos y de satrapías zafias. Sólo se es grande, estando unidos, remando juntos, arremangandose, pero remando hacia la salvación, hacia el horizonte, no hacia el mezquino sectarismo capitaneado por el desleal que plagia, por un narciso ridiculo, henchido de ínfulas y con la carita marcada por las cacarañas, que son las mismas que tiene en su amoral y rastrera alma.

jueves, 2 de abril de 2020

Erizo de mar



El áspero sabor de lo difícil.
Bajo la piel laborea el pesar.
Como arador de la sarna.
Erizo de mar con mil aguijones.


Los amores verdaderos


"Los amores tranquilos llegan cuando la frescura se ha esfumado y las locuras dan pereza. Llegan cuando ya no necesitamos embridar la pasión, ni contenerla y esta es ya sólo un arroyuelo sin fuerza, sujeto a múltiples estiajes. Amores de un brío que ya no se dispersa."

IRSIA CAROLAIN SPRIMBOL

miércoles, 1 de abril de 2020

Barbasco


Embargado por este tedio insufrible. Por las horas en blanco, por las notas inconexas que no me llevaban a nada. Sentir en propia carne era el único modo de escribir, empatizar y zambullirse en los dramas.
Siete horas en el infierno, en el desierto sin afectos, en el descampado que sólo sirve para el gozo fugaz, que ningún deseo colmata, pues no hay ni un ápice en él, de estelaridad.
Que fácilmente se rinde el humano a las esquinas oscuras, al barbasco que es buscar sólo follar.

Sin distancia


No existe distancia, si los sujetos se atraen.
No existen mares, para el intrépido amor.
Emigra el soldado al confín del orbe, si así lo manda el Rey.
Caballeros que cruzan miradas y terminan enredados.
Iris de iridiscencias, de fuego.
No existe distancia, ni existen reglas, en este juego.
Sólo existen órdenes imperativas, que las da el corazón.