lunes, 6 de abril de 2020

Su preferido


Su preferido era su tormento, era bella rémora, era sabroso vicio.
El ascenso social tiene mucho de atávica pulsión. Su último capricho, su caro favorito, sabía poco, pero eso sí lo sabía, venderse al mejor postor, que ahora era él.
Muchas veces llega más lejos la carne esculpida en el gimnasio, que el trabajado intelecto.
Su preferido lo eligió a él, por el mondo sexapil del poder. Porque Tatán, era así, un zalamero perrito, que no dudaría en cambiar de dueño, si la casa de ese nuevo dueño, era más grande, mejor. Cumbres de cuerpos imposibles de tener, sin pagar peaje.

2 comentarios:

  1. Sigo haciendo incursiones esporádicas a su espacio. Sigilosamente. Me asomo cuando me canso de no identificarme con la mayoría de antros de la blogosfera. Siento que es una actitud sospechosa la mía; sospechosa de ser irracional. Normalmente cuido en exceso mi racionalidad por miedo a llegar a alimentar locuras demasiado sórdidas que puedan escaparse a mi control. Supongo que eso, traducido, es ser cobarde. Además, a mi ego, no le place la idea de que me exprese en el patio trasero de un desconocido y le cuente con sinceridad que me interesa su percepción del mundo, o más bien, la proyección de su persona en el mundo (a partir de su obra creativa, claro). Esto, traducido, es mi insano orgullo. Como ve, me incomoda bastante depender de otro artista (aunque sea a fogonazos) para saciar mi desazón en el vértigo del universo. Ojalá algún día, si me permite el atrevimiento, se deshiciera usted del político y se quedase con el artista despojado de esa pátina impostada en la cual no le reconozco (pese a no conocerle yo ni por asomo, a decir verdad). Pero es que en la intuición que me llega sobre su individuo, esa vertiente turbia de campaña electoral, hace que se me distorsione y “desAngele” un poco, respecto de la idealización estética en la que a bien le tengo y con la que logra conmoverme. Ello, traducido, como bien conoce, es la puta sensibilidad. Y con todo el respeto hacia su persona, desde mi cobarde, orgulloso, pero sensible diablo, aquí se lo transmito, sin ánimo de incomodarle ni de desmerecer su valía intelectual y artística, que saltan a la vista y son de mi agrado. Con todo, sé que probablemente ni se inmute usted por ello y seguramente opine que me meto donde no me importa y además sin dar la cara. Pero la puerta estaba abierta y he usado mis ganas de entenderle porque hoy me ha pillado menos misántropo que de costumbre. Saludos Ángel.

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    1. Saludos Israel, y gracias, las críticas hay que saber encajarlas, como gratamente encajamos los halagos. Somos seres poliédricos, y no hay luz sin sombra, y las sombras no se entienden si sobre ellas no se proyecta luz. Un placer disfrutar de tu valentía, y de tu verbo gráfico, claro y fluido. Y decirle que no hay peor descontrol, que controlarse en exceso. La locura es una magnífica compañera de viaje y con ella, uno debe aprender a disfrutar y a convivir. Somos seres culturales, dependientes y hay que abrazar sanamente la imbricación, no es mala, todo lo contrario, nos hace crecer. Sólo empapados de otros, de mundo, nos podemos exprimir. Gracias Israel.

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