El alma no sigue el norte de los cuerpos.
El alma vaga desnortada encerrada en la cárcel de la materia.
Y cerril emprende la batalla de acondicionar la forzada morada a la etérea y libérrima idea de ser y belleza.
Solo quien ese tormento sufre, entiende el costoso camino de acomodar cuerpo y mente.
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