Es en la próxima eternidad donde te espero.
Es en la inacción del más allá donde te veré.
Está a la vuelta de la esquina.
Está en la orilla de la que no se vuelve.
Allí no hay bandos, son todos rendidos.
Allí no hay pleitos, están todos perdidos.
Se van los segundos, perdidos los primeros.
Primeros inamovibles, estancos.
Ser indómito no alarga la vida, solo acorta la lista de las perdidas.
La lista de los caprichos incumplidos.
La lista de las cuentas, que sabemos que mañana en el adiós, quedarán pendientes.
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