Violáceas espaldas cortadas por los golpes y los violentos latigazos.
Estados que hacen temblar, estados ante los que tiemblo.
Como pueden unos ojos abiertos ultrajar de ese modo al hermano.
Como pueden mofarse de sus despojos.
Como pueden desfilar con el trofeo de su cabeza.
Como pueden orinar sobre el dolor de la madre.
Como pueden echar sal en la herida del infante que por amor llora.
Estados de miseria moral, baldíos de amor.
Dios no blande espadas, es el hombre el que las blande utilizando en falso el nombre de Dios.
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