sábado, 4 de marzo de 2017
Hienas del pringue
Herir es más sanguinario que matar.
Es una tortura lenta, que empuja sin pausa al débil al margen del tablero.
Acoso de rudeza, zahina bajeza de corniveletas tarascas.
Fulanas que se esconden tras las traidoras saeteras del pringue.
Buches de maledicencias, mesiánicas meretrices del bochinche y la grasa.
Todo las turba, todo las espanta, zarrios de averno que hierven en el fuego eterno de la envidia.
Hienas que con malas mañas, en el blanco níveo se ceban y ensañan.
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