lunes, 24 de agosto de 2020

Una piedra azul de Portugal


Pensamos neciamente,
que con el alcohol podemos apagar los incendios del alma.
Y no es así,
sólo avivanos más la pira del infierno,
que es sufrir porque alguien ya no nos ama.
Quiero una piedra azul de Portugal.
Quiero un beso de amante.
Quiero que un tizón de pasión
abrase mi frente.
Quiero la furia del viento,
de tu inflamado aliento,
tras el galopar demente
de tu irrefrenable sed de mi.
Quiero que me digan,
yo me muero
si te apartas tú de mi.

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