Te asimilaré

En el ansia infinita del desmedido afecto, te anularé, te devoraré, te derrotare, te anexionaré y te asimilaré de tal modo que ya no existirás convertido en mi, y en ese momento culmen ya no te sentiré.

Tiovivo

Como en un tiovivo se sentirá ella, suavemente aturdida por el mareo impuesto por el giro, sobre el único eje, sobre el absoluto gozne. Girar es la vida, reflexionará cautiva del repetido paisaje, de la monótona sucesión de instantes idénticos, solapables sin fisuras y terriblemente hastiantes. Y rogará a Dios que pare el motor, que hace de su vida algo tan burdamente predecible.

La generosidad del sol

Las bellísimas mariposas, en tropel, libarán tu sangre, vertida en innecesario sacrificio. 
Con la última puñalada, la mortal, te desangrarás a borbotones y se te escapará el alma, en el frenético torbellino del aleteo de las regias mariposas. 
Muerta la perfección, la fealdad ocupará su sitio. 
Nada cambia, todo discurre, todo se olvida, y a quien te apuñalo, pondrán un altar y todos tus méritos a él se los atribuirán. 
Tras el falso brillo del gaznapiro cabrón, está el sol. 
Aparta el becerro dorado y lo veras. 
Que no te ciegue el brillo del strass, es un brillo conferido, es generosidad del sol.

Sordos, ciegos, muertos

TODOS ANSIAMOS CORONAS. Y A LA PERFECCIÓN LA CORONAMOS DE ESPINAS.
Para que ver en este mundo de ciegos.
Para que oír en este mundo de sordos.
Para que existir en este mundo de muertos.

El miedo a la sombra

Y sus renglones torcidos los enderezan con falsilla. 
Me zalean tus zainos voceros y signan mi condena. 
Conocedores de su falsía. 
Es católica mi inocencia, pero su obsesión por las primeras filas, les ha llevado a matar a nuestras madres, incluso han matado a nuestras nutrices. 
Tienen miedo a que nuestra raíz, les vuelva a hacer sombra. 
Que inquina tan mezquina Dios mio.

La algarada chirriante

Me asedian los hijos del mal. 
Donde está el redentor consuelo. 
Ellos son los que llenan con estrépito de estrías mi alma. 
Me gallean esos violentos, ante los que me muestro indefenso.
Mis manos no portan hierro, es airoso mi ademán pero no les convence. 
Se que vuestra inmota maldad es oligárquica, hacéis tanto ruido. 
Dime igual, donde te encuentras, que pueda yo caminar hacia ti y de ese modo no sentir este desconsuelo. 
Entre la algarada chirriante caminaré sintiendo la bondad de tu norte.

Aturdimiento narcotico

Desordenado en el mundo de los anestésicos y la dipsomanía, perdido en la rápida espiral de los catalizadores de pulsiones, de sensaciones, de afectos. Me he desnortado en tu abandono, en la inesperada perdida de la llama, de la luz de la caverna, del atardecer atormentador de la perdida de la primacía, ya no estoy en las primeras filas de tu circo, de el desorden de tu trampantojo. Lloraré lo justo, lo menos lesivo, lo menos atormentador, pero lloraré, no encuentro otro desahogo, en esta extraña espiral de aturdimiento narcótico, que vivo hoy.

El frió del vulgo

Jamas hago leña del árbol caído, mas bien lo apuntalo con muros amigos, te estimo en la ductilidad del tropiezo, en la generosidad del derroche de calentar al vulgo.......................................

No es mi norte

Dime donde esta la cordura, PARA NO SEGUIRLA, ELLA NO ES MI NORTE, NI MI BANDERA, no me atormentaré por no ser normal, lamentaré lo que se pierden los que lo son...............................

Brillar, cegar

SERAS EL BELLO ESPECTRO DE MI ABIGARRADA CASA, LUZ DE DESTELLOS DE STRAS, DIVA DE DECADENTE ESTILISMO, QUE TODO LO VICIAS Y TILDAS CON TU DENSO AROMA, PASÉATE POR LOS SALONES Y CIEGA A LOS MIL OBJETOS CON TU OPAL FULGOR, AVE FÉNIX  FELINA MUSA, DIVA DE ANTIGUOS ALTARES, PROPICIA OFRENDA DE REGIAS ALCOBAS, BRILLAR, CEGAR, DEAMBULAR.................

Efímera calma

Anudaré la cinta roja al roble que nos vio nacer. 
El encaje de sus hojas filtra la brillante luz. 
Mientras tu cabeza reposa sobre mi pecho, acunada por el latido de mi corazón.
Siento la dulce presión de tus pensamientos, en esta efímera calma.

Dramática pataleta de angosta tendera

Afincado en las dolorosa escarificaciones.
Tañe el bronce a duelo.
Los castaños de ámbar se cimbrean.
Corre veloz las callejuelas la brisa de los pesares.
He sido vetado en las altaneras alharacas.

El pesado luto oprime al pesado dolor.
No es necia tu impostura, es solo un gesto supinamente estúpido.
A los pies del gran roble seco, en la charca de la rana, donde hozan los jabalíes, en perdigueros, no recapacitaré.
En el frívolo gesto de querer tener algo te medirán.
Dramática pataleta de angosta tendera.

Cardo

Vampiro, ser oscuro de infinito plagio.
Meliflua hija de Nosferatum.
Resina, pegajosa pulsión de fríos sudores.
Amargo lirio, de aroma a cardo..

Curtida hutia

Asido a los pilares aguantaré la capea, tempestad de zorra rabiosa tras salir del cubil.
Con los incisivos haré las muescas que fijen tus derrotas.
Se me encoje el corazón con tus estratagemas.
Que vi yo en ti.
Nada tienes y lo que tienes es pacotilla.

Se ha producido tu relevo.
Eras tan poco relevante.
Se ha revelado tu verdadera faz.
Curtida hutia, de alma muy, muy negra.

Tus razias

Nada me turba, nada me espanta, solo tu amor todo lo arrasa.
Mi mano mece desatinos, de adulteras preñeces y nefandas raleas.
Entro tu amor como abanto en mi casa. Provocando con el destrozo tabula rasa.
Nada me falta, con el estar tranquilo solo me basta.
Quien sobrevive a tus razias, descansa en calma.

Nada me espanta y por tu ausencia hoy doy las gracias.
Mece mi mano vástagos de tu ralea, que nunca albergue en mis entrañas.
Todo me sobra, todo me basta. Sin tu presencia estoy en calma.