Y sus renglones torcidos los enderezan con falsilla.
Me zalean tus zainos voceros y signan mi condena.
Conocedores de su falsía.
Es católica mi inocencia, pero su obsesión por las primeras filas, les ha llevado a matar a nuestras madres, incluso han matado a nuestras nutrices.
Tienen miedo a que nuestra raíz, les vuelva a hacer sombra.
Que inquina tan mezquina Dios mio.
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