martes, 9 de octubre de 2012

Galope febril


Acabo de despertar en la soledad del abandono. Se enfría en mi piel el sudor de la furia. Tras el supino punto álgido, vuelvo a depender, necesitar, desear una nueva ocupación, un nuevo estar pleno, henchido de brava pulsión. Que no por haber sido saciada mil veces, es mas sumisa. Mi mente esclava de amor, traza estrategias para volver a sentir el violento galope, febril y desestabilizador que en mar de caricias me arrasa.

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