martes, 16 de octubre de 2012

Supinamente verdes

Detrás de todas las tragedias llega siempre la calma, la calma llegó hace ya tiempo,pero nada volvió a su sitio primigenio. Fue un día como hoy, con el sol en su cenit, la velocidad de un rayo lo trastoco todo.Y nada volvió a ser como antes. El tendido en la gris e interminable senda.Solo los que habéis sentido estas perdidas entendéis el dolor que hay tras mis palabras, sabéis como se desordena todo y como se embalsa el dolor en la estanqueidad del llorar en la alcoba asolas, pera no hacer crecer el dolor y la perdida de los que como tu también a solas la lloran, se desordeno la casa, se vicio el aire,se nos heló el alma y se alojo en nuestro pecho la piedra dolor, piedra clave de un doloroso arco, se marcho el niño de los ojos supinamente verdes, y nos dejo tristes y le lloramos con llanto infinito, y le lloramos con lagrimas de sangre,los verticales arboles lo presenciaron todo,pero nada pudieron hacer.


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