viernes, 5 de octubre de 2012

La generosidad del sol

Las bellísimas mariposas, en tropel, libarán tu sangre, vertida en innecesario sacrificio. 
Con la última puñalada, la mortal, te desangrarás a borbotones y se te escapará el alma, en el frenético torbellino del aleteo de las regias mariposas. 
Muerta la perfección, la fealdad ocupará su sitio. 
Nada cambia, todo discurre, todo se olvida, y a quien te apuñalo, pondrán un altar y todos tus méritos a él se los atribuirán. 
Tras el falso brillo del gaznapiro cabrón, está el sol. 
Aparta el becerro dorado y lo veras. 
Que no te ciegue el brillo del strass, es un brillo conferido, es generosidad del sol.


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