Solo rompe el gorgoteo el insolente ruido de una motosierra que desploma bellísimos robles.
Sierra de vida y muerte, de raíces terrenas y de necesidades de monte, nuestro calor es su muerte.
martes, 7 de enero de 2014
Lluvia pertinaz
Rezuma todo agua, de empapado que esta todo, pero aun así la lluvia insiste en saciar la sed de lo empantanado.
Reclusión tras los cristales que lloran ríos.
Encierro en mi torre que se hace angosta.
Chapaletean mis perros en los charcos para que yo luego friegue.
Se desesperan ellos y me desespero yo en esta cárcel de hilos de lluvia.
Reclusión tras los cristales que lloran ríos.
Encierro en mi torre que se hace angosta.
Chapaletean mis perros en los charcos para que yo luego friegue.
Se desesperan ellos y me desespero yo en esta cárcel de hilos de lluvia.
lunes, 6 de enero de 2014
Ser galano
Ser galano es una debilidad, en el flanco delicado del corazón.
Bello salón con las cortinas noche y día corridas.
Miedo al cruel, al igual que es cruel, a los crueles que quieren ser iguales.
Galano de finos gestos, que roba besos a escondidas.
Es insípido pasar de puntillas por la vida, cuando se es tan sensible.
Y aun pasando de puntillas te llega el terremoto del amor.
Bello salón con las cortinas noche y día corridas.
Miedo al cruel, al igual que es cruel, a los crueles que quieren ser iguales.
Galano de finos gestos, que roba besos a escondidas.
Es insípido pasar de puntillas por la vida, cuando se es tan sensible.
Y aun pasando de puntillas te llega el terremoto del amor.
Disarmoía.
El alma no sigue el norte de los cuerpos.
El alma vaga desnortada encerrada en la cárcel de la materia.
Y cerril emprende la batalla de acondicionar la forzada morada a la etérea y libérrima idea de ser y belleza.
Solo quien ese tormento sufre, entiende el costoso camino de acomodar cuerpo y mente.
El alma vaga desnortada encerrada en la cárcel de la materia.
Y cerril emprende la batalla de acondicionar la forzada morada a la etérea y libérrima idea de ser y belleza.
Solo quien ese tormento sufre, entiende el costoso camino de acomodar cuerpo y mente.
El amor en el ecuador
El tiempo hace a la belleza serena, pero también la llena de manías.
Tortura la ilusión el empeño en preservar estatus, sitio y comodidades.
No es fácil que el ciego amor arrastre a la madurez.
Es conveniencia y acomodo lo que persiguen los años.
No desea noches en vela, ni febril inapetencia.
Las serenas bellezas no se bañan si hay oleaje.
Tortura la ilusión el empeño en preservar estatus, sitio y comodidades.
No es fácil que el ciego amor arrastre a la madurez.
Es conveniencia y acomodo lo que persiguen los años.
No desea noches en vela, ni febril inapetencia.
Las serenas bellezas no se bañan si hay oleaje.
Gorgotea el agua
Se amotina mi animo en estos días tan cortos.
No puedo más con tanta humedad.
Con la pobre luz.
Con el gorgoteo del agua.
Con el vaho que cierra mi mundo.
No puedo más con este invierno de perenne lluvia.
No puedo más con tanta humedad.
Con la pobre luz.
Con el gorgoteo del agua.
Con el vaho que cierra mi mundo.
No puedo más con este invierno de perenne lluvia.
Giro sobre mi gozne
Como no repetirse, si los días son iguales.
Si la matraca de mis días es idéntica.
Soy una puerta que solo se sabe abrir y cerrar.
Giro sobre un gozne evitando chirriar.
Si la matraca de mis días es idéntica.
Soy una puerta que solo se sabe abrir y cerrar.
Giro sobre un gozne evitando chirriar.
Brumas y helechos
Fatiga el camino de brumas, entre los húmedos helechos de la ascendente cuesta de sierra.
Si supiera retroceder, volvería para refundirme y desechar idioteces y cabezonerías.
El peso de la falsa moral, del rasero y la clase.
No ennoblece la farsa, sino el claro andar disipando las cansinas brumas, que ocultan traspiés.
Si supiera retroceder, volvería para refundirme y desechar idioteces y cabezonerías.
El peso de la falsa moral, del rasero y la clase.
No ennoblece la farsa, sino el claro andar disipando las cansinas brumas, que ocultan traspiés.
Se oxida el corazón
Se oxida el corazón con la eterna lluvia.
Se entumecen las manos en la falta de caricias.
Se hace gris el mundo en el invierno del sin amor.
Se entumecen las manos en la falta de caricias.
Se hace gris el mundo en el invierno del sin amor.
El deseo sin ser pedido aparece
La neblina trae a la clausura de la torre lo impensado.
A veces no es buscar, es el choque el cauce de encuentro.
Mil monedas en la fuente pidiendo deseos y el deseo sin ser pedido tras la colisión aparece.
Por las puertas cerradas se cuela la caridad.
Se cuela por las rendijas del encierro el regalo de la ilusión.
A veces no es buscar, es el choque el cauce de encuentro.
Mil monedas en la fuente pidiendo deseos y el deseo sin ser pedido tras la colisión aparece.
Por las puertas cerradas se cuela la caridad.
Se cuela por las rendijas del encierro el regalo de la ilusión.
Los peligros del mundo
Augustos prisioneros, que tras bellos cristales ven la luz.
Para que algo no se manche hay que preservarlo de la mancha.
Encierros de protección.
Cárceles de oro para las codiciadas alhajas.
Son los peligros del mundo.
Perderse y volverse vulgar por el contacto con él.
Para que algo no se manche hay que preservarlo de la mancha.
Encierros de protección.
Cárceles de oro para las codiciadas alhajas.
Son los peligros del mundo.
Perderse y volverse vulgar por el contacto con él.
Debilidades humanas
Debilidades humanas que huyen del silencio.
Que escapan del tormento de la desnudez que es pensar.
Verse con los harapos que nadie ve.
Verse sin la careta del teatro, del agradar, del ansia de triunfar.
Uno intenta engañarse en los halagos del ruido del ascenso social.
En la esfera de los elegidos.
En los salones y en las fiestas.
Envolviendo en sedas y mil alhajas el silencio de la miseria.
Que escapan del tormento de la desnudez que es pensar.
Verse con los harapos que nadie ve.
Verse sin la careta del teatro, del agradar, del ansia de triunfar.
Uno intenta engañarse en los halagos del ruido del ascenso social.
En la esfera de los elegidos.
En los salones y en las fiestas.
Envolviendo en sedas y mil alhajas el silencio de la miseria.
Reyes que orientan
Solo persigo regalos etéreos.
Regalos de envolvente calidez.
No se puede envolver un beso, pero lo reconfortante que es.
Es la misión cumplida el mejor regalo que uno así mismo se puede hacer.
Es el dar al necesitado de besos todos los que en el convencionalismo reprimimos.
Es visitar a quien nos lo dio todo y ahora que ya no lo necesitamos hemos aparcado en un asilo.
La vida es efímera y el demostrar amor se tiene que sujetar a lo finita que es la vida.
Corre y vence al tiempo regalando aire cálido de amor.
Uno es el Rey de sus besos, de sus abrazos, de sus caricias, regalalos.......
Regalos de envolvente calidez.
No se puede envolver un beso, pero lo reconfortante que es.
Es la misión cumplida el mejor regalo que uno así mismo se puede hacer.
Es el dar al necesitado de besos todos los que en el convencionalismo reprimimos.
Es visitar a quien nos lo dio todo y ahora que ya no lo necesitamos hemos aparcado en un asilo.
La vida es efímera y el demostrar amor se tiene que sujetar a lo finita que es la vida.
Corre y vence al tiempo regalando aire cálido de amor.
Uno es el Rey de sus besos, de sus abrazos, de sus caricias, regalalos.......
Los enormes charcos
Collares de bellísimas gotas son las cuerdas de tender la ropa.
Llueve infinitamente llueve en este día de Reyes.
Llueven alhajas delicadas sobre los enormes charcos.
Orografía de mares y océanos que viste hoy el patio.
Llueve infinitamente llueve en este día de Reyes.
Llueven alhajas delicadas sobre los enormes charcos.
Orografía de mares y océanos que viste hoy el patio.
domingo, 5 de enero de 2014
Entre cuatro peredes que olvidan
Donde habita el olvido.
En los jardines sin dueño.
En las paredes de flores marchitas y cuadros ausentes.
Refugio de nidos de gorriones y palomas.
Ya nadie corre por los pasillos, ni se esconde tras los visillos de los salones.
En los descarnados mármoles, en los techos abiertos y en las puertas tapiadas para que no se escapen los recuerdos de los que ya viven lejos.
En el jardín de los afectos que tras heredar olvidan.
En los jardines sin dueño.
En las paredes de flores marchitas y cuadros ausentes.
Refugio de nidos de gorriones y palomas.
Ya nadie corre por los pasillos, ni se esconde tras los visillos de los salones.
En los descarnados mármoles, en los techos abiertos y en las puertas tapiadas para que no se escapen los recuerdos de los que ya viven lejos.
En el jardín de los afectos que tras heredar olvidan.
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