Envejecer no es morir.
Morir es dejar de creer.
Dejar de soñar.
Envejecer nos lleva a la muerte.
Pero nosotros elegimos el camino por el que queremos llegar.
Hay quien decide hacer el aire irrespirable de postrimero egoísmo.
Sin nada en las manos llegamos.
Con las manos vacías nos vamos.
Algunos deciden caminar drenando charcos.
Otros se acomodan y acaparan encharcando de carencias las vidas de otros.
Nada es impuesto.
Todo es elegido.
Envejecer no es morir.
Pero el egoísmo mata.
Camina con las manos libres y sentirás y darás caricias.
Nadie vive con las manos atadas.
Y eso es lo que hace la riqueza, ata.
lunes, 10 de noviembre de 2014
La red violeta de nuestro aplacado torrente
Cuando en el corazón crecen los pensamientos.
Animados por el arrullo e los latidos,
Nutridos por la roja sangre de purísimo rubí.
Es el suelo fértil de la caricia.
Es donde entre ventrículos corretean los sueños del niño.
Del niño que los años encierran en la red violeta de nuestro aplacado torrente.
Corazón de infante, que no infantil.
Corazón panteón real.
Corazón templo de de la paloma blanca de la paz.
El corazón no planea guerras pero si fácilmente se rinde al intelecto.
Testa coronada que olvida soñar.
Animados por el arrullo e los latidos,
Nutridos por la roja sangre de purísimo rubí.
Es el suelo fértil de la caricia.
Es donde entre ventrículos corretean los sueños del niño.
Del niño que los años encierran en la red violeta de nuestro aplacado torrente.
Corazón de infante, que no infantil.
Corazón panteón real.
Corazón templo de de la paloma blanca de la paz.
El corazón no planea guerras pero si fácilmente se rinde al intelecto.
Testa coronada que olvida soñar.
domingo, 9 de noviembre de 2014
El amor
Nada que no se esparce da fruto.
Ley de propagación de las semillas.
Que incluye a las que caen en pedregal y no germinan.
Es un derroche calculado, que no frena el exceso.
Pues son muchas las que caerán en tierra fértil y darán fruto.
Ley de propagación de las semillas.
Que incluye a las que caen en pedregal y no germinan.
Es un derroche calculado, que no frena el exceso.
Pues son muchas las que caerán en tierra fértil y darán fruto.
Desde el exilio
Existe la vida más allá de los provincianos muros.
Más allá de la plaza de arena de la patética ciudadela.
No se puede gritar mientras te engulle la multitud.
Desde el silencio del exilio se puede hacer mucho ruido.
Mensajero es el que habita en el confín.
En el extremo del mundo donde nadie le cierra la boca.
No está vendida mi lengua.
Nadie me cierra la boca.
Aunque el ascenso social pule, no refina.
No son lo mismo los colores de mufla que los del inalterable crisol.
Que no te rodeen, que no te cerquen.
Distánciate y veras las fisuras.
Distánciate y te oirán proclamarlas.
Más allá de la plaza de arena de la patética ciudadela.
No se puede gritar mientras te engulle la multitud.
Desde el silencio del exilio se puede hacer mucho ruido.
Mensajero es el que habita en el confín.
En el extremo del mundo donde nadie le cierra la boca.
No está vendida mi lengua.
Nadie me cierra la boca.
Aunque el ascenso social pule, no refina.
No son lo mismo los colores de mufla que los del inalterable crisol.
Que no te rodeen, que no te cerquen.
Distánciate y veras las fisuras.
Distánciate y te oirán proclamarlas.
No apedrea el sin pecado, solo lanzan piedras los pecadores
De toda gracia adolece el que critica el delito que él ha cometido con creces.
Tapados, que a la dentellada abierta se abalanzan.
Sintiendo que rindiendo al caído volverán a la fácil pitanza.
Manos sucias que queréis ir a doblar blancos manteles.
La pidáis en plaza publica al pillado de hoy, porque vosotros tuvisteis la suerte de no haber sido pillados ayer.
Envidiosos de mieles ganadas en el engaño y perdidas por el engaño de los siguientes.
Se os llena la boca de decencia, cuando vuestras palabras hieden a papos saciados en la indecencia.
Critica la rata al ratón, cuando los dos saquean el granero.
Dais asco y vuestra farsa aun da más asco.
Lavaros las manos antes de coger las piedras, porque las piedras que lanzáis van manchadas de delito.
No esperes nunca clemencia de otro delincuente.
Duele perder la Teta, duele la Teta perdida.
Y se hace lo imposible por volver a tenerla.
Serpollos, viles mamones que hieden a oligarquía sin color.
Rameras de régimen, ejercito de pintonas rameras.
Tapados, que a la dentellada abierta se abalanzan.
Sintiendo que rindiendo al caído volverán a la fácil pitanza.
Manos sucias que queréis ir a doblar blancos manteles.
La pidáis en plaza publica al pillado de hoy, porque vosotros tuvisteis la suerte de no haber sido pillados ayer.
Envidiosos de mieles ganadas en el engaño y perdidas por el engaño de los siguientes.
Se os llena la boca de decencia, cuando vuestras palabras hieden a papos saciados en la indecencia.
Critica la rata al ratón, cuando los dos saquean el granero.
Dais asco y vuestra farsa aun da más asco.
Lavaros las manos antes de coger las piedras, porque las piedras que lanzáis van manchadas de delito.
No esperes nunca clemencia de otro delincuente.
Duele perder la Teta, duele la Teta perdida.
Y se hace lo imposible por volver a tenerla.
Serpollos, viles mamones que hieden a oligarquía sin color.
Rameras de régimen, ejercito de pintonas rameras.
sábado, 8 de noviembre de 2014
Pararrayos
Es tormentoso estar permanentemente empapado.
De sabores de otros.
De tormentas de otros.
Sin mirar veo.
Con los ojos cerrados te veo.
Encrespado mar de olas de desasosiego.
Plomizo ser tan poroso.
Envidio la evanescencía del que mira sin ver.
Del que respira sin encharcarse del olor de las lagrimas de otros.
No estoy preparado para tanta intemperie.
Para las corrientes de aires de tragedia.
Soy un magnético pararrayos que sigue atrayendo tristezas.
De sabores de otros.
De tormentas de otros.
Sin mirar veo.
Con los ojos cerrados te veo.
Encrespado mar de olas de desasosiego.
Plomizo ser tan poroso.
Envidio la evanescencía del que mira sin ver.
Del que respira sin encharcarse del olor de las lagrimas de otros.
No estoy preparado para tanta intemperie.
Para las corrientes de aires de tragedia.
Soy un magnético pararrayos que sigue atrayendo tristezas.
El pueblo estamos hartos y el sistema PODEMOS dinamitar
Que no nos nuble la mente la bragueta.
Que entren en politica para servir, no para servirse del erario publico, sudor del pueblo.
Que no suframos más desatinos dictados por el ufano miembro viril.
Que no coloque a su prole, parentela o camarilla.
Que devuelvan lo robado, lo esquilmado, lo mal gestionado, lo derrochado.
Que por una vez en su vida se bajen los pantalones y digan la verdad.
Os queremos transparentes, senadores, senadores, diputados, diputadas, etc.
Hartos estamos de arribistas y arribados a las mieles de la caja común, que manejáis como propia.
Nada os pertenece, pero no es del viento, es sangre de todos, dolor de todos, esfuerzo de todos, sudor y lagrimas.
Es grande el hartazgo de vuestra caterva y calaña, de vuestro vil parasitismo, y de vuestra pompa y boato.
Fariseos, rameras irredentas que embadurnadas de afeites de cordero al pueblo embaucáis.
Es grande el hartazgo de vuestra nula enmienda, de vuestra nulo expulsar a vuestros mercaderes del templo, lacra, ejercito de sanguijuelas que sin importarles nada, famelizan al paciente y honrado pueblo.
No solo dais asco, dais más que asco, enharinados con vuestros códigos morales y éticos que no cumplís.
Sois ruido de promesas que hieden, unos y otros, sin importar vuestro color, los delincuentes y los que consienten y tapan el delito del camarada.
Entended el hartazgo de un pueblo que con tal de librarse de vosotros, el sistema quiere dinamitar.
Que entren en politica para servir, no para servirse del erario publico, sudor del pueblo.
Que no suframos más desatinos dictados por el ufano miembro viril.
Que no coloque a su prole, parentela o camarilla.
Que devuelvan lo robado, lo esquilmado, lo mal gestionado, lo derrochado.
Que por una vez en su vida se bajen los pantalones y digan la verdad.
Os queremos transparentes, senadores, senadores, diputados, diputadas, etc.
Hartos estamos de arribistas y arribados a las mieles de la caja común, que manejáis como propia.
Nada os pertenece, pero no es del viento, es sangre de todos, dolor de todos, esfuerzo de todos, sudor y lagrimas.
Es grande el hartazgo de vuestra caterva y calaña, de vuestro vil parasitismo, y de vuestra pompa y boato.
Fariseos, rameras irredentas que embadurnadas de afeites de cordero al pueblo embaucáis.
Es grande el hartazgo de vuestra nula enmienda, de vuestra nulo expulsar a vuestros mercaderes del templo, lacra, ejercito de sanguijuelas que sin importarles nada, famelizan al paciente y honrado pueblo.
No solo dais asco, dais más que asco, enharinados con vuestros códigos morales y éticos que no cumplís.
Sois ruido de promesas que hieden, unos y otros, sin importar vuestro color, los delincuentes y los que consienten y tapan el delito del camarada.
Entended el hartazgo de un pueblo que con tal de librarse de vosotros, el sistema quiere dinamitar.
Sabor a mantequilla
Busque en tus labios con sabor a mantequilla, el ayer con olor a domingo.
A la fresca colonia en el pelo que nos ponían para ir a misa.
Busque el crujir del desvencijado banco de los infantes, donde nos arremolinábamos con el temor de lo enorme y el oloroso boato antiguo.
Busque el pesar del pequeño hurto, que sentíamos gravitar enorme.
Busque el sabor de las galletas a escondidas, el sabor de los roces secretos.
Busque las palabras que atraían la lluvia en el inmenso atrio.
Busque sentir como se clavaba el granito en las desnudas rodillas, mientras rezábamos a las almas que ardían, crepitar de rezos para sanar dolores.
Busque en tus labios el sabor de ayer y solo encontré tu sabor a mantequilla.
A la fresca colonia en el pelo que nos ponían para ir a misa.
Busque el crujir del desvencijado banco de los infantes, donde nos arremolinábamos con el temor de lo enorme y el oloroso boato antiguo.
Busque el pesar del pequeño hurto, que sentíamos gravitar enorme.
Busque el sabor de las galletas a escondidas, el sabor de los roces secretos.
Busque las palabras que atraían la lluvia en el inmenso atrio.
Busque sentir como se clavaba el granito en las desnudas rodillas, mientras rezábamos a las almas que ardían, crepitar de rezos para sanar dolores.
Busque en tus labios el sabor de ayer y solo encontré tu sabor a mantequilla.
viernes, 7 de noviembre de 2014
Distanciamiento
Cifran algunos su éxito en la distancia.
Cifran su éxito algunos en el distanciamiento.
Vieja estrategia de divide y vencerás.
No nos duele el corazón de ultramar.
La distancia hace el olvido.
La lejanía genera indiferencia.
Si quieres hundir un imperio, fragmentalo.
Guerras intestinas, guerras cainitas.
Siembra celos y envidia, y a los lazos de sangre vencerás.
Cifran su éxito algunos en el distanciamiento.
Vieja estrategia de divide y vencerás.
No nos duele el corazón de ultramar.
La distancia hace el olvido.
La lejanía genera indiferencia.
Si quieres hundir un imperio, fragmentalo.
Guerras intestinas, guerras cainitas.
Siembra celos y envidia, y a los lazos de sangre vencerás.
Quitale el timón
¿Quién parásita tu corazón?
¿Quién sin caricias disfruta de tus latidos?
Nadie mira a la oscuridad.
Todo el mundo se centra en la luz.
La cara oculto.
Lo caro que es ocultar.
Cómplices de nuestras intrigas.
Chantajeados por la penumbra de intrigantes.
Libérate encendiendo todas las luces.
Vivir lastrado no es vivir.
Todo es perdonable, todo tiene perdón.
No consientas que la noche oscurezca tu día.
Quitale al parasito el timón.
¿Quién sin caricias disfruta de tus latidos?
Nadie mira a la oscuridad.
Todo el mundo se centra en la luz.
La cara oculto.
Lo caro que es ocultar.
Cómplices de nuestras intrigas.
Chantajeados por la penumbra de intrigantes.
Libérate encendiendo todas las luces.
Vivir lastrado no es vivir.
Todo es perdonable, todo tiene perdón.
No consientas que la noche oscurezca tu día.
Quitale al parasito el timón.
De hurto y riqueza
Los pobres son la luz.
Los pobres sostienen el mundo con sus salarios de pobreza.
Dime de cuantos bienes presumes y te diré a cuantos pobres esquilmas.
Nada nos pertenece, pero de todo nos apropiamos.
Redes de hurto, redes de falsa justicia que consienten al pobre hurtar.
Los pobres sostienen el mundo con sus salarios de pobreza.
Dime de cuantos bienes presumes y te diré a cuantos pobres esquilmas.
Nada nos pertenece, pero de todo nos apropiamos.
Redes de hurto, redes de falsa justicia que consienten al pobre hurtar.
Decir la verdad condena
De los riesgos de escribir lo que se piensa.
De los riesgos que conlleva articular la verdad.
Y abrir la puerta del vació que es el engaño.
De descorrer el telón de la opereta, de la farsa.
Y ver tras él, las bambalinas de serpollos.
Causa espanto develar y ver tan tanto horripilante entramado de nuciencia.
Corte de damas bobas que son las más parásitas.
Es arriesgada la verdad para la arquitectura del vicio.
Es peligrosa la luz para los cuarteles del hampa.
No es nada luminosa la estela de enemigos que arrastra poner luz en la falta.
Da miedo el nada inmaculado, porque una vez manchado, sobre su túnica puede caer cualquier mancha.
Como pienso lo digo y por eso estoy solo,
Solo en una intemperie de voraces lobos.
Carroñeros que roban de la boca el pan al infante.
Carroñeros que seducen con diatribas de orinada gloria en las primeras horas.
Buitres que aniquilan incluso no nacidos convenciendo a sus madres de que en el templo de su vientre amparan carroña.
Nueva era sin redención, de electos malditos, que el pueblo maldice.
Malditos que juegan con la frágil memoria de un pueblo veleta.
Decir la verdad no redime, solo tras decirla sientes, que todo el mundo a ti te condena.
De los riesgos que conlleva articular la verdad.
Y abrir la puerta del vació que es el engaño.
De descorrer el telón de la opereta, de la farsa.
Y ver tras él, las bambalinas de serpollos.
Causa espanto develar y ver tan tanto horripilante entramado de nuciencia.
Corte de damas bobas que son las más parásitas.
Es arriesgada la verdad para la arquitectura del vicio.
Es peligrosa la luz para los cuarteles del hampa.
No es nada luminosa la estela de enemigos que arrastra poner luz en la falta.
Da miedo el nada inmaculado, porque una vez manchado, sobre su túnica puede caer cualquier mancha.
Como pienso lo digo y por eso estoy solo,
Solo en una intemperie de voraces lobos.
Carroñeros que roban de la boca el pan al infante.
Carroñeros que seducen con diatribas de orinada gloria en las primeras horas.
Buitres que aniquilan incluso no nacidos convenciendo a sus madres de que en el templo de su vientre amparan carroña.
Nueva era sin redención, de electos malditos, que el pueblo maldice.
Malditos que juegan con la frágil memoria de un pueblo veleta.
Decir la verdad no redime, solo tras decirla sientes, que todo el mundo a ti te condena.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Que no te extrañe, que nada te sorprenda
Miramos con extrañeza el fuego eterno.
Nos sorprendemos cuando ardemos en él.
Somos nosotros los que a lo largo de nuestra vida acumulamos la leña.
Somos nosotros los que atizamos el fuego.
Brasas de desaciertos.
Tizones candentes de injusticias.
Recogemos el fuego que sembramos.
Recogemos los pagos que esparcimos.
Eternidad sembrada en nuestro ahora.
Cobramos con las mismas envenenadas monedas con las que pagamos.
Tras la vejez heladora, llegan las llamas eternas.
Nos sorprendemos cuando ardemos en él.
Somos nosotros los que a lo largo de nuestra vida acumulamos la leña.
Somos nosotros los que atizamos el fuego.
Brasas de desaciertos.
Tizones candentes de injusticias.
Recogemos el fuego que sembramos.
Recogemos los pagos que esparcimos.
Eternidad sembrada en nuestro ahora.
Cobramos con las mismas envenenadas monedas con las que pagamos.
Tras la vejez heladora, llegan las llamas eternas.
Nidos de dolor
Hay coronas en las que anida el dolor.
Pájaro recolector de espinas.
Recolector de pesares.
Testas altas y coronadas que atraen sin parapeto el frío invernal.
Picotean mis labios los grajos buscando en mi sangre el dulzor.
Buscando la miel, que yo en la niebla de la adulación entrego.
Sin referencias y solo, hasta la interesada caricia sabe a pura caricia.
Pájaro recolector de espinas.
Recolector de pesares.
Testas altas y coronadas que atraen sin parapeto el frío invernal.
Picotean mis labios los grajos buscando en mi sangre el dulzor.
Buscando la miel, que yo en la niebla de la adulación entrego.
Sin referencias y solo, hasta la interesada caricia sabe a pura caricia.
Sangre, sudor y lagrimas
Derrocha escandalosamente el electo.
La sangre, el sudor y las lagrimas del pueblo que lo elije.
Es el político de hoy perro rabioso.
Perro que muerde sin clemencia.
La mano callosa del pueblo que le proclama, alimenta y paga.
Sin el no existiríais.
Pero existis como si el pueblo no existiera.
Tejedores de tretas y de frases de farsa.
Que prometen mañanas dulces.
Que lían en el enfrentamiento con el bando de hermanos.
Bando que su desorbitado salario también costea.
La sangre, el sudor y las lagrimas del pueblo que lo elije.
Es el político de hoy perro rabioso.
Perro que muerde sin clemencia.
La mano callosa del pueblo que le proclama, alimenta y paga.
Sin el no existiríais.
Pero existis como si el pueblo no existiera.
Tejedores de tretas y de frases de farsa.
Que prometen mañanas dulces.
Que lían en el enfrentamiento con el bando de hermanos.
Bando que su desorbitado salario también costea.
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