No suele haber CORTIJO, por el que no corran los sobres.
Triste verse forzado a pensar que lo más probable es que existe una CAJA "B".
Es fácil verse abocado a pensar, que detrás de todo fulaneo, existe un lucro.
Lucro ilícito que se construye sobre el lucro cesante, para que ellos ganen, EL PUEBLO PIERDE.
Asombra zambullirse en los datos, porque los datos retratan bajezas que son impensables en un político vocacional, que entra en política para servir y no para pillar cacho y sacar tajada.
Estupor provoca hablar con los constructores, que te reconocen a escondidas que han pagado pernada, para poder trabajar para la oficialidad. Que confirman que quien no pasa por el aro, no medra, no faena, no prospera, no come.
Políticas de ruindad, que anteponen los propios intereses, a hacer política por el interés común, que es el menos común de los intereses, EN ESTA SIERRA NUESTRA.
SOCIOLISTOS, LISTOS QUE SE HACEN SOCIALISTAS, SOCIALISTAS QUE ESTÁN HECHOS UNOS BUENOS SOCIOS.
Todo induce a pensar, que en estas pequeñas satrapías, donde los interesados tuertos, son los reyes, se ha comerciado con las contratas, con las concesiones, con las subvenciones, con los permisos, y con las dádivas públicas, para hacer particular caja.
La CAJA "B", no es algo exclusivo de las alturas, porque la mejor faena es la de BAJURA, los sobres han corrido por muchos sitios, y en la administración de proximidad es donde más han corrido;
Te pinto la casa.
Te labro, gratis.
Te limpio la finca.
Te recojo aceitunas, gratis.
Te hago una rebaja en las obras de tu casa.
Te doy un cabrito.
Te limpio la casa, gratis.
Te doy un sobre por debajo de la mesa.
Te pago un servicio, que estás obligado por ley a prestarme, pues tu puesto es vocacional o la administración pública te paga por facilitar al ciudadano ese servicio.
Los tentáculos del CORTIJO son alargadfisimos, es muy alargada y tiznante la sombra del delito.
Y todo ello regado de amenazas al discrepante y de mafiosa omertá.
Nadie da la cara para denunciar estos modos, estas mañas. Pero si nos los cuentan de tapadillo, sin testigos, sin ruido, a sus espaldas. El miedo es grande, porque en los pueblo es el AYUNTAMIENTO, el mayor contratador, el que te arregla el mes, el que te emplea y te permite cobrar el paro, llegar a las pertinentes peonadas.
Hemos visto libros de asientos donde se recogen, como en los cuadernos de Bárcenas, las entregas, los sobornos, las mordidas, el arancel de la autovía que te lleva a la pública contrata. Los hemos visto a escondidas, porque nadie quiere hacer nada público, tienen miedo a publicar cualquier cosa que les pueda señalar. Todo esto, nos lleva a pensar, a imaginar, que el cohecho era moneda habitual en esta TAIFA.
Estas confesiones, esta información, nos conduce a la suposición, de que estamos rodeados de políticos de medio pelo, de servidores de lo público sin escrúpulos, de amigos del unte, de untados malhechores, que dadas las pesquisas, llenarian sus bolsillos cobrando corretaje de la adjudicación de contrato público.