lunes, 15 de febrero de 2021

Torre de angustia


Los amores imposibles 
no se acaban nunca, 
duran toda la vida. 
Son una cuenta pendiente 
con la fatalidad, 
una herida abierta,
una gélida corriente 
que nos asola 
en las invernales noches.
El fracaso no desmonta 
el férreo andamiaje 
de la idealización.
El rechazo no desanima, 
sólo nos sume 
en un letargo que espera 
la imposible primavera.
Pozo de desesperación.
Torre de angustia.
Palacio en ruinas 
que espera un príncipe 
que nunca llegará.


domingo, 14 de febrero de 2021

Mar de salados fracasos


El éxito es sólo 
un vertiginoso acantilado 
que con feroz tesón 
lame la cima, 
enorme y embravecido mar 
sobre el que es 
tan fácil precipitar, 
mar ansioso que engulle 
sublimes y coronadas testas,
mar de salados fracasos.

San Valentín es ceguera


Si no se transita un camino 
lo coloniza la maleza 
y se desdibuja el vinculo, 
que es la vereda 
que nuestro frágil amor, 
vio nacer.
Torres de ensimismamiento 
que cerca el cerrado bosque.
Torres de soberbia 
que ha engullido el zarzal.


Es imposible prohibir a la riada que quiera ir a morir al mar


La muerte es escandalosa, entra con aspavientos en las salas y llama al viento de la tristeza.
La pureza sólo puede ser forzada, jamás se inmola en el altar del vicio, sin ser violentada.
Fogonazos son los instantes, bellísimas llamaradas que sólo acontecen una vez.
Palabras de vida, que una vez plasmadas, son ciclópeos guijarros en el camino del pasado, que no podemos ya mover. 
Se torna áspera mi mano, mientras vive lunas de soledad, mientras faena en los mares de los salinos caprichos.
La muerte es escandalosa, irrumpe en las fiestas sin ser invitada y laboriosa anega hasta las más bellas estancias.
Yacer es ir muriendo, ir sembrando, ir fingiendo, es transacción de hambre, de angustia y desdicha.
Plenos por un instantes, acicalados por el rubor de la gesta, por esa lucha fratricida con las quijadas de asno que nos regala la envidia.
Soy yo quien todo lo teme, soy yo el que soporta esta lluvia, el que tiene negado guarecerse.
Mi mano es ya áspera y el brillo celeste de mi mirada de gloria se llena de líquenes con esta perenne batalla. 
Es imposible prohibir a la riada que quiera ir a morir en el mar.

viernes, 12 de febrero de 2021

El hijo de Nicanor


Cuando la noche caía y terminaba tomando los últimos tragos en el bar de la Genara, Kiko, según bebía se iba cambiando de bolsillo unos guijarros, así la harpía de la tabernera, que apuntaba las rondas  rayando con un tenedor, no lo podía engañar y si tragaba Kiko, con el engaño, era después de haber soltado sobre el remostoso mostrador los guijarros de cuarzo rosa del Matón de Arsenio, la finca donde pastoreaba las cabras de los Fuentemayor.
Todo lo que nos  dijo y se nos olvido, porque no lo queríamos recordar, construía la larga historia de Nicanor, la historia sin saldar que legó a su hijo, y que a este, atormentó hasta el fin de sus días.
Beber y morir es una elección simultánea.
Kiko, había elegido beber para poder vivir.

jueves, 11 de febrero de 2021

Negación


Mi vida siempre ha transcurrido por las puertas que me dejaban abiertas, las voces interiores que me decían, esto no te conviene. Siempre me he visto forzado a transcurrir por los terrenos que mi pusilánime moral no me vetaba. Aprendí muy pronto a decir que no, aprendí muy pronto a negarme el placer, a huir del futuro fácil, porque reprimir es difícil y extrañamente gratificante. Soy mis renuncias, soy el fruto de la cárcel le los inoculados modales, de una estúpida exquisitez que me forzaba a pasar hambre, a disfrutar del éxito de la contención, de una pureza alambicada que me ocasionaba mil tormentos.
Soy días de negación, de confortable cárcel de autosuficiencia. 

Sin gallardía


Yo te busco en el fuego.
Yo me abraso y te busco.
Piedra a piedra edifico mi ruina.
Castillo roqueño de desprecios.
Busco tesoros en campos prestados.
Y soy incapaz de en contra gallardía 
en los cimientos de mi ruina.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Todo en esta vida es repetirse y yo de ti nunca me sacio




Soy un inadaptado príncipe que nunca fue a la guerra.
Soy un Ángel caído porque no aprendió nunca a volar.
Soy agua que tus manos abiertas no retienen.
Soy brisa que se entretiene secando charcos.
Es mundano mi sino, es rasante mi cauce.
Soy por ti, y sin ti no sé quien soy.
Busco ser redimido, ser atada a un puerto.
Busco que tu certera mano, me aparte de la furia de las corrientes.
Sin tus ojos no puedo ver el mundo.
  

martes, 9 de febrero de 2021

Libre


Es bálsamo tu desprecio, porque es señal de que mi presencia te hace daño. De nada sirve vencer, si no se festeja y se hace ostentación de la victoria. Mis días sin ti se me hacen interminables, porque como ave libre que ahora soy, me da tiempo a ver de todo.


Carceleras orillas


Pocos placeres son equiparables a vencer la adversidad. La carrera de obstáculos que es vivir, sólo cobra sentido tras alcanzar el éxito, esa pirueta mortal, que es controlar todo lo que la torrencialidad de estar en este mundo, ha desmadrado.
Se postró en la cama, se dejó hacer, se dejó acariciar por aquellas manos ya encallecidas tras la larga travesía de la soledad. La devastada hermosura inundaba la habitación.
El río de sus vidas había llegado al mar, a un encabritado mar de placer postrimero, de un placer contenido y sublimado en la bravura de las cumbres de la juventud. Amar no es fácil, no es fácil que un río no se tope con obstáculos, algunos imposibles de sortear e imposibles de volver romos en segundos, cantos cortantes que nos desgarran las tiernas carnes, heridas por las que se desangra el alma. Cauces contenidos por las carceleras orillas de la adversidad.

Su latido


No me importa el final de las historias, siempre pierdo interés en el camino, al primer traspiés me canso y abandono, quizás, sólo quizás, esos sean mis finales, tirar la toalla a la primera adversidad. Rozo el cielo y abandono, creo que jamás he ansiado poseerlo. 
Me empalagan los besos regados en alcohol, pero esos son los que casi siempre obtengo. Creo que vivo rápido y saboreo poco. Me gusta morder los caramelos, destrozar con mis dientes el dulzor, no soy de alargar el placer chupando lentamente. Sé que me canso con facilidad, que a mi tambien ellos me usan y me desechan. Hago lo que conmigo hacen. Sé que después de los primeros días, de los primeros galopes, después de sentir como se han mezclado nuestros sudores en la torridez de los encuentros, sólo quiero y busco lavarme, estar solo, vaciarme, desanclarme y flotar a la deriva en las nuevas y urgentes corrientes.
No tengo una vida perfecta, aunque alguna gente así lo quiere ver, es el empeño de ver el mundo envidiando, de tal modo que pasamos por alto todas las taras del envidiado. Yo también hago lo mismo al desear, al querer exprimir en un abrazo el jugo de mis partners, de los cuerpos idealizados tras los tragos, tras la ropa cara que modela formas muchas veces inexistente, y que otras veces desdibuja sublimes sorpresas.
Es tan perturbadora la desdichas, es un temor que a mi me agita tanto, que huyo despavorido de ella en cuanto atisbo su olor en el horizontes. Quizás, sólo quizás, por eso bebo. 
No suelo despertar con nadie, pero aquella mañana rompí esa norma, no sé aun porque extraña razón decidí amanecer abrazado a aquel cuerpo, a aquel desconocido sobre el que reposaba mi cabeza escuchando sus latidos. 

martes, 26 de enero de 2021

Crepita el infierno


Tras la fina piel crepita el infierno.
Teatral barrera que todo lo esconde.
Es la suavidad mi aliado, nadie imagina mis tragedias.
La quemazón hurga en mis entrañas y arrasa con la calma que artificialmente impongo.
Soy de natural colérico, soy de natural vandálico.
 


Bésame


Mordisquea 
tu insaciable furia 
mi pureza 
y yo rendido 
consiento 
tanta tropelía. 
Si me juraras amor eterno, 
quizás 
a todo tu torrencial deseo 
consentiría. 
Me desordenas 
con tus fantasías, 
con tu inadaptada malicia.
Bésame antes de yacer, 
que sólo encuentro 
placer en tus besos 
y me desordena tu brío.
Bésame que llega el día 
y el alcohol se evapora 
con la luz del nuevo sol. 
Bésame y convénceme 
de que quererte, 
es soportar 
este infierno 
sin salida.
Bésame 
y sálvame, que muero 
con el luz 
del nuevo amanecer.


Recta infinita


No me digas trivialidades, 
no me hieras más. 
Sólo la mirada sin niebla 
me hará volver a creer. 
No me castigues más, 
ya soy ciudad arrasada, 
por la cólera del amor 
sin respuesta. 
No me mires más 
que me desnudas 
y mis entrañas 
no soportar esa indefensión, 
no temo a nadie, 
más tu desdén 
me atropella 
en esta recta infinita 
sin descanso 
que es perseguir tus besos, 
tu boca fresca 
e inalcanzable 
que me lanza 
a este frenesí, 
sin respuesta , 
sin recompensa, 
premio,  
sin medalla.

lunes, 25 de enero de 2021

Ridículo


La preñez, 
tiene mucho de ridículo, 
de drama intrascendente, 
de pesada broma.
La preñez, 
que es estar 
embargado de amor, 
loco amor, 
loco y no elegido amor.
Los soles, 
atropellan nuestro rostro 
y nosotros seguimos pensando 
que mañana, 
podremos afrontar la verdad.
La verdad 
es azúcar 
en el mar.