viernes, 19 de marzo de 2021

Me castiga la templanza


Me castiga la templanza, ese andar conveniente y sosegado, ese medir los pasos, los renglones, las miradas.
Se nubla el horizonte, se viste de gris mi brío, y contengo la riada de mis manos para complacer y nado en el mar de la desgracia.
Más nada borra el deseo, el inquietante roce, el aire que tú exhalas y yo luego respiro.
No tengo nada, entre mis dedos todo se ha ido, se ha marchado otro día y sin amor lo he perdido.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Sólo para desearte


No necesito entenderte 
para amarte, 
pero pienso tanto en ti 
que me hago daño, 
y no pienso en ti 
para abarcarte, 
te repienso e imagino 
sólo para desearte. 

Mi partener


Siempre he querido creer en la reciprocidad, 
en la escabrosa palabra que es ser correspondido, recibir. 
Siempre quise amar y ser amado, 
sentir esa conexión que nos hace fuertes y vulnerables, 
que nos aísla y une al mundo, 
esa colisión que es entrelazarse 
y sentir que nada existe más allá de ese abrazo cósmico.
Siempre quise sentir ese dardo al unísono, 
vibrar en los mismos instantes, 
alcanzar la gloria 
traspasando las puertas del placer a la vez. 
Lo perseguí todo, 
todo lo roce, 
y no duro todo 
tanto como yo quise. 
No era mi camino
o quien caminaba conmigo no lo quería hacer. 
Y nuestra trayectoria se volvió errática, 
nos convertimos en un río turbulento, 
lleno de peligros, de sombras. 
Y cuando llego el llano 
y se sereno nuestra furia, 
llegaron los meandros de soledad, 
curvas infinitas sin avances, 
lugares donde se depositaban las afrentas, 
donde no había rosas, 
donde sólo había reproches y tormentas 
que amainaban con un sexo forzado por el miedo a romper, 
un sexo que se volvía alambicado, 
un sexo en el que ya no estábamos solos, 
un sexo oscuro, sin fondo, 
un sexo donde ya no había amor, 
un sexo donde había vicio, hambre y brillo de strass, 
pacotilla que sólo soportaba la noche. 
Siempre he perseguido un amor eterno, 
pero nunca he encontrado mi partener.

Me he perdido y no sé volver


Me he perdido y no sé volver. 
Me perdí hace mucho tiempo y no sé volver.
No encuentro el camino 
para desandar mis tropiezos. 
No he vuelto a sentir 
la suavidad de las delicadas rosas. 
No sé volver a ese jardín 
donde sólo se entra una vez, 
al que la vida nos lleva 
y el desamor nos expulsa de él.
Me he perdido y ya no sé volver.

sábado, 13 de marzo de 2021

El foso


El foso me hace distante 
o quizás fue mi forma distinta 
la que cavó el foso.
Lo cavaron mis manos soberbias, 
mi síndrome de autosuficiencia.
Ya es tarde para eliminar 
ese maldito perímetro de protección 
que me hace ser inabordable.
Lloro cada amanecer, 
lloro cada anochecer, 
lloro en las tardes, 
en las horas de sol, 
en los ventosos mediodías, 
en las horas crepusculares de ligera niebla, 
lloro y llorar no me redime, 
y llorar anega más aún el oscuro y profundo foso, 
que es mi protección y mi cárcel.

viernes, 12 de marzo de 2021

De fresa


Mi nombre rueda sonoro 
por tu boca de almíbar, 
rueda con sabor a fresa.
Mis ojos de menta 
se clavan en tu boca 
mientras las palabras dulces
brotan como fresca caricia.


Nunca se elige el amor


Nunca se elige el amor. 
El amor nos fulmina 
sin pedir consentimiento.
No puedo ser feliz sin ti.
No puedo sentir amor fuera de ti.
Nunca se elige el amor.
Nunca quien ama se rinde
y hasta la extenuación batalla.
Amar es morir 
en la senda de un placentero frenesí, 
que nos deja vivir.

martes, 9 de marzo de 2021

Patria


El humo rasante sobre los tejados, 
nos deja claro 
que aún no se ha ido el frío, 
el fuego ha estado encendido 
toda la noche. 
El calor del hogar 
que de desvelos acarrea. 
En la intemperie 
no se puede descansar 
porque todo nos acecha.
Es el fuego 
el que nos hace familia, 
compartir 
entorno a ese calor 
anhelos, 
proyectos, 
andanzas. 
Somos grey, 
somos sangre, 
que comparte 
el granero, 
el calor, 
la despensa, 
la defensa de los muros patrios, 
la tierra.
Divide y veceras, 
desúnete y date por vencido.
La división es un cáncer 
que socaba el hogar, 
el calor, 
el vinculo de la unidad, 
de la fe, 
de la patria. 

Tuertos


Jalea la calle, la falta de destreza, la falsa pena de la malvada coja, esa envidiosa que arrastra su lisiada pata, el zapato horrible que enfunda su muñón, la tara que no mengua la destreza zahína de su bífida lengua. 
Mundo de memos que rebosan ponzoña y zahieren corniveletos al níveo, que erguido y sin dobleces, por el centro de la calle pasea.
Microcosmo de ciegos que viven odiando, ansiando ser tuertos, alcanzar a ver, si quiera la luz que se cuela por las rendijas de su jerarquía de mediocridad.

Hacerse añicos


Nada nos devasta tanto 
como encajar 
en el corsé 
de la presencia. 
Envarar lo que 
natura nos legó, 
esas curvas 
que nos dan 
calor en el infierno, 
esas formas que 
nos impiden ser gráciles 
y volar como las envidiadas 
y ligeras mariposas.
Sólo a solas se puede llorar, 
desfallecer y hacerse añicos, 
romperse y lamentar 
las formas informes 
que nos legó 
el caprichoso destino.
Es difícil encontrar 
la elegancia 
en esos huesos anchos, 
en estas reservas 
para un pasar hambre 
que nunca llega.
Nada devasta tanto 
como no ser objeto de deseo,
como tener que estar 
constantemente metiendo panza.


domingo, 7 de marzo de 2021

Apolos imaginados


A la sombra de las plomizas nubes, 
el viento orea la ropa blanca, 
las sábanas blancas de ni desdicha, 
amores imaginarios de mi alcoba.
Amenazan las tormentas las flores del almendro,
el zumbido laborioso se la infatigable abeja,
soy yo un trapo blanco que ondea en el aire, 
un espectro casi transparente que ya se rinde.
La Parca siega hierba bajo mis pies, trunca primaveras,
esparce congoja por los prados 
y me recuerda grano a grano la malgastada arena.
Ha vuelto a cigüeña al mástil desarbolado de la centenaria palmera. 
A la sombra de las plomizas nubes, 
mi mano enreda con el cabello ensortijado 
de los Apolos imaginados, que mi lecho pueblan.
Se marchita el laurel de las gesta 
y se arquea rendido el torso bravo, 
vencido por el peso de tantos días, de tanta arena.

sábado, 6 de marzo de 2021

Patibularia y yerma explanada


Aguijonea, con saña mi pecho, 
tu insolente desprecio.
Más yo sigo, 
rendido a tu gélido aliento.
Hojalata orinada 
es la espuela 
con la que me zahieres.
Más yo sigo, 
y soporto 
la cruel matraca 
de tus palabras de hiel.
Estúpida es esta rendición esclava, 
este sin vivir sin fuego. 
Más yo sigo 
y mendigo 
una cercanía que me lacera.
Sin ti muero y tu desamor me mata, 
y es tal el desafuero 
que enredo con cuchillitos de plata, 
en este corazón mío y maltrecho,
que es el acerico 
de tus frívolos caprichos, 
que insensibles a mi infierno 
me abrazan y zarandean, 
me embaucan y me siembran de celos.
Más yo sigo, 
a tus labios de miel 
que me humillan altivos, 
en esta patibularia explanada.
Más yo sigo, 
robando y rogando 
una proximidad que me envenena 
y desencadena el torrente del llanto 
que acarcava de ira 
la tersura de una piel 
que tu diabólico acero rinde, 
con tu mirada de ámbar, 
con la bruma de tus negras pestañas,  
en esta patibularia y yerma explanada. 
Soy carnero enredado 
en la falsedad y el juego cruel
de la idealización de tus zarzas.


viernes, 5 de marzo de 2021

La muerte todo lo achatarra


Uno en la inmensidad. 
En la inmensidad, uno deja de ser.
Nos ahogamos en el infinito, 
partículas insignificantes 
que engulle el océano.
El viento borra nuestros pasos, 
la maleza nuestro camino, 
el olvido las proezas 
y el fuego nuestras letras.
Si yo no te quisiera no existirías 
en este maldito valle de tiempo finito.
La muerte todo lo achatarra.

martes, 2 de marzo de 2021

Libres


Nos atropella la vida 
y no nos percibimos, 
nos destroza vivir 
y seguimos sin percibirnos.
Existen los espejos, 
pero no existe 
nuestra capacidad 
para percibir esa cruda realidad 
que es la destrucción.
Las estrellas brillan en la noche, 
pero no nos marcan ningún camino, 
somos libres para tropezar, 
libres para incendiar 
las naves de nuestro futuro.

domingo, 28 de febrero de 2021

Lo natural no necesita ser razonado


Abrazamos teorías para abarcarnos, cuando la aceptación, nada tiene de razonamiento. La plenitud es sólo asumir que todo lo que pide, demanda y siente nuestro cuerpo, es natural, y como natural, no necesita ser razonado, porque en la naturaleza no existe la perversión. La perversión, existe en la mente retrograda del que no asume, que no somos iguales, que somos diferentes en las formas de buscar la felicidad, el placer, la posteridad, el amor.