domingo, 11 de noviembre de 2012

La daga de la mano amiga

Si me ves solo es porque así yo lo he elegido.
Elijo con exquisita exquisitez mis pocos amigos.
Rindo pocas cuentas, porque poco pido.
A mi corazón difícilmente el dardo alcanza.
Solo me daña quien consiento que entre en mi casa.
Es la daga de la mano amiga la que si me ves llorar desgarro mis entrañas.

El cortafuegos

Han sido tres años, se que no erais conscientes de mi labor de desmonte.
Siempre estime como conveniente depender poco y si es posible nada.
Hoy pensáis que me habéis repudiado y no es así.
Soy yo el que entorno a mi bosque he creado un gran cortafuegos. 
Ansiáis, no hacer leña de mi árbol caído, sino hacer cenizas mi bosque que esta en pie. 
No os disteis cuenta que todos los martes se ausentaba de vuestra mesa el garbanzo negro.
Que poco reparáis en los pequeños y lentos pasos, que os digo son los que más alejan.
Enquistado estoy a vuestros daños, rodeado de este cíngulo vasto de cautelas, páramo ancho por el que puedo ver acercarse a la zorra.
No os atribuyáis merito alguno, ya nada de vosotros me sorprende y daña. 
Lejos de vuestras manos, ni siquiera acertaríais catapultando lanzas.
Duro fue el invierno, pero hoy en mi cálido y nuevo seno descanso tranquilo.
Mi ausencia fue comiéndose a mi presencia, y vosotros no presentisteis mi falta hasta que mi falta era tan completa que ya de nada os valían vuestras absurdas tretas.
Lejos estoy ya de vuestro dañino fuego amigo.




sábado, 10 de noviembre de 2012

Heredipeta

Ebria depravación de heredipeta.
Brusca es al ofensa, y lenta la cura.
Henchida y locuaz ponzoña de vieja acicalada.
Arpía curtida en malas mañas.
Odre, pellejo, fardo de cardos.
No espantas al tiempo, el tiempo te espanta.
Y los espejos del brillo de manteca de tus afeites se espantan.
Herida larga y sufrida.
Condena perpetua.
Hondo dolor.
Rémora.
Mala calaña.
Infértil estiércol.
¿Por donde vas?, para contigo no volver a tropezar.




Sangran mis plantas

Diseminados, dispersos, perdidos, desperdigados están los daños por mi salón
Mil cristales diminutos y punzantes sobre los que obligado camino descalzo.
Bella cristalería que un día cuide en le vitrina de mis afectos.
La habéis roto, y habéis esparcido con inquina los cortantes vidrios por mi morada. 
Zahorra de ofensas, de desaires, de desprecios, de criticas que han precipitado punzantes en el arabesco borracho del suelo de mi casa.
Nada me turba, nada me espanta, solo los finos cristales hieren y hacen sangrar mis plantas.

Lo que más desgasta

Vendaval de recorrido corto y dañino, que te alias al frió extremo para resfriar mi alma.
Nada ya me ciega, nada ya me frena, nada ya me impide cerrar la puerta y dejarte fuera.
Fuiste clave de soberbio arco triunfal.
En ti cimenté mi gloria.
E hice descansar sobre tu antaño regia dovela todos los empujes de mis afectos e irredentas furias.
No soportaste nunca bien la atmosférica meteorización, ni la metralla de las malintencionadas palabras, verbos de dolor, que azuzaba la envidia.
Ya no tengo clave, pero tengo arco, he diseñado un nuevo y equilibrador sistema de empujes y sigo en pie.
Nada es imposible, pero es cierto hay cosas que son insoportables.
Fina arena que destroza con la caricia de su arremetida, complicadas edificaciones.
Nada esta a salvo en el laberintos del desgaste, pero no creer y desconfiar es lo que más desgasta.

Mis salvíficos canes

En un océano de plata surcado de caballitos de hojalata, estuve descansando ayer.
En la finísima arena de brillantes diamantes.
Me lamían canes con soberbias cornamentas de ciervo, espectaculares ramificaciones de color coral.
Me sanaban de las llagas que me habían causados mis traidores amigos, los que en treta injusta creyeron que podían hacer leña de mi árbol caído.
Y ya bajo la expectante mirada de los gatos alados de cabeza corazón me recuperaba confortado por los mil besos de mis perros oníricos, que eran como Tirma, Heliogábalo, Claris, Pepe, Dámaso, Liberto, Bernarda, Budy, Kuki, Saritísima, Ludivico, Alarico, Tadeo, Bruto, y mil, mil más.
Medusas como complejas arañas de cristal de trece luces surcaban las alturas, cabalgando olas con los bellos peces mariposa de tonos opales, verdes malaquita, azules turquesa, y brillos cegadores de berilo.
Bellísimo el Salón de la rocalla del palacio del rey pez espada, que nada belicoso, me recibió enfundado en su plateada armadura.
En los arrullos del oleaje, en el encopetado salón, en un trono de perlas barroquísimas, en la presencia del complaciente rey pez espada, y sanado ya por los besos de mis fieles ángeles que me acompañan donde quiera que voy. Me dormí, y volví a despertar en la vida real, donde estaban también para quererme y adorarme mis canes salvíficos, mis incondicionales canes, presentes, ausentes y venideros, corte de cálidos afectos que me envolverá por eternidad de eternidades.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Malo soy mejor

Garbanzos negros.
Es la inteligencia la fuerza capaz de levantar las más altas cimas y las más hondas simas.
No te preocupes no hablo de ti.
En este barbecho de perdón.
Ni lo puedo pedir.

Ni lo puedo dar.
Si soy la Más pura iniquidad.
Si soy la más pura bondad.
En mi juventud mi cauce lo arrastraba todo.
Ahora los cantos lesivos los voy depositando en el lecho fangoso.
El sitio propicio para los dañinos personajes de miseria.
Extravagante taxidermista, el que te frunció el ceño.
No lo aplaudo, pero si te arreglo y ahora estas mal, imagino que antes estarías peor.
Cuando soy bueno soy muy bueno, pero cuando soy malo soy mejor.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Jarrones chinos

La complicada estética que nos imponía mama.
Eramos muñequitas en sus manos.
Los chillones colores, pero exquisitamente combinados.
La ambigüedad de nuestro estilo.
Pajes, reinas, príncipes de otro tiempo.
Personajes de los cuentos que ella de pequeña leyó.
Fuimos seres diferentes, atormentados por ser siempre el foco de todas las miradas.
Eramos bellas porcelanas de vitrina.
Raros y coloristas jarrones chinos.
Las muñequitas de porcelana de mama.
Ha pasado el tiempo y lo recuerdo con nostalgia.
Mama nos hacia brillar.
Perfecto, estanco y envidiado pasado que ya nunca volverá.




La fría caricia

Tan próximo que puede ya tocarme.
Esta ya aquí con su fría caricia.
El desestabilizador invierno.
La soledad de los días cortos.
Los húmedos charcos.
La llovizna gris.
Y la estremecedora sensación de abandono.
Si ya no estoy en tu vida.
Si ya no estas tu en al mía.
Vació que hoy es más grande.
Largo pasillo a oscuras.
Las lagrimas enfrían mi rostro en las primeras mañanas de la antesala del invierno.........................


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Fin de nada

Iniciando o finalizando.
No hay inicio sin fin, ni fin sin inicio.
Una cerveza sucede a otra.
Bucle sin fin.
Aturdido para no sentir la decepción.
El humano lamentablemente tarde o temprano te defrauda.
Ebrio lo llevo mejor.
Mi gran amiga la dipsomanía me ciega, para no ver la mugre de mi sobrepasado entorno.
Herido, dolido, pero no hundido, continuo en pie.
Ya sin fuerzas por hoy me dispongo a rendirme en el narcótico y reparador sueño.
Mañana sera otro día, quizás mas atroz que hoy.............................




El festín de las alimañas



Miserable sigilo.
En la más alta rama.
El amplio desierto.
El confín de tu reino.
Buitres planean en círculos.

El oportunismo del comerciante de cadáveres.
Esperar el último suspiro.
Evaporada el  alma.
Comienza el festín de las alimañas.
Nada han pagado por al sabrosa transacción.
Nada deben.
Solo la espera les debe.
Esclavos de gratuitos vicios.
No es la belleza la que os hace medrar.
Es la adaptación al fin.
Fin de otros, principio vuestro.
La vida frágil y efímera a vosotros os da la vida.
Lastima que no devoréis almas.
Nunca alcanzareis la perfección.
Planeareis sobre ella y esperareis que tropiece.
Vulgar, muy vulgar sino.






Injusta justicia de falsa élite

Saben los amantes bien entendidos que producen muchos intereses tres agravios seguidos.
No esperabas mi respuesta, pero tras tres demandas te respondo.
Y mira por donde tras tres ofensas seguidas, no te gusta de la mía ni el como, ni el cuando, ni el donde.
Mira de que modo colocando yo solo, la guinda de tu envenenado pastel de tres pisos, de improperios y gratuitas observaciones, te daño más yo a ti, que tu a mi con tu burda repostería.
Esto es el colmo, pierdo mi estar una vez y soy proscrito, tu lo pierdes previamente tres, y lideras la tropa de borregos.
Sorpresas te da la vida, y en el sorprenderte a la patulea retratas.
No es justa la justicia que para evitar el desequilibrio de al balanza con una mano sujeta y estabiliza el platillo cargado de ofensas, obviamente no es mi platillo.
Ver para creer y en el ver volver a etiquetar.
Viciado afecto que me profería la tropa de zamarros, que no era tal.
Se esperar, y en la espera se ve como todo se recoloca, eso si, ya sin mi.
No estáis conmigo, es obvio estáis contra mi.
Injusta justicia de falsa élite.

martes, 6 de noviembre de 2012

Ya nunca me tendras


Tres jarrones, un tambor, un lagarto y un Buen Varón.
Sobre la cómoda atestada hay de todo, menos espacio.
Soy el más.
Soy el pánico al vació.
soy la efervescencia.
Soy la capacidad para generar mil cosas en un segundo.
Siempre quiero más.
Siempre ansió el más.
Nunca es suficiente.
Nunca se lo suficiente.
Nunca esta saciada mi ambición de poseer.
Siempre me sorprende mi dislexía.
Un universo nuevo en el que inventar cosas que poseer.
Nunca es demasiada sombra azul.
Nunca uno es lo suficientemente perfecto.
Siempre tiene una fisura la impresión de perfección.
Nunca uno esta lo suficientemente preparado para perder.
Siempre es corta la distancia que interpongas entre tu y tus enemigos.
Soy lo finito.
Soy el infinito.
Soy la tierra que piso.
Soy la tierra que deseo pisar.
Soy necedad.
Soy ira.
Soy el que moriría por ti.
Soy que por ti también mataría.
Soy lo que has perdido.
Soy el que ya nunca volverás a encontrar.
soy el que aun estando a tu lado ya nunca tendrás.

Tatuaré un crismón en mi pecho

Tatuaré un crismón en mi pecho.
Sera la señal para el ángel exterminador.
Las gavetas repletas de toxicos, nadie las querrá heredar.
Nuciente saldo de nuciente vida.
Vuestros vástagos son odiosos.
Alimañas que han surgido de vuestras ponzoñosas entrañas.
Y traen de serie los mismos vicios.
Se reconfortan en el pecado.
Nazis del siglo XXI.
Chusma ordinaria que asesina a la élite, por el ansia de su brillo y estatus.
La curtida corteza del olivo me protegerá.
Vuestro reino no es de este mundo, sois seres del inframundo.
Os pierde la adicción a la corrobla y a lucir en las aceras vuestros burdos tipos.
Dejad de fregar umbrales y limpiad vuestra condenada alma.




Mañana os atacareis entre vosotras

No finjáis susto, vosotras sois las que asustáis.
Lluvia de cizañas.
Llanto de arpías.
Ahora os sorprendéis de la tormenta.
Cuando vosotras sois las que habéis evaporado todo el agua.
Sois el dolor de otros.
Sois famelizante cáncer.
Sois el malestar de los limpios.
Sois bestias corcovetas del averno.
Pellejas rubias de raíces muy, muy ,muy negras.
Negras como el insondable abismo de las malas acciones.
Sois corte de bufones de Belcebú.
Tacto de escamas y vahos de azufre.
Sois la maliciosa subjetividad de la portera.
Sois flaca moral y oronda inquina.
Las sarnosas pústulas de vuestra ética dicen mucho de vosotras.
Sois leproso código de conducta.
Hoy me atacáis a mi mañana os atacareis entre vosotras.