viernes, 7 de noviembre de 2014

Quitale el timón

¿Quién parásita tu corazón?
¿Quién sin caricias disfruta de tus latidos?
Nadie mira a la oscuridad.
Todo el mundo se centra en la luz.
La cara oculto.
Lo caro que es ocultar.
Cómplices de nuestras intrigas.
Chantajeados por la penumbra de intrigantes.
Libérate encendiendo todas las luces.
Vivir lastrado no es vivir.
Todo es perdonable, todo tiene perdón.
No consientas que la noche oscurezca tu día.
Quitale al parasito el timón.

De hurto y riqueza

Los pobres son la luz.
Los pobres sostienen el mundo con sus salarios de pobreza.
Dime de cuantos bienes presumes y te diré a cuantos pobres esquilmas.
Nada nos pertenece, pero de todo nos apropiamos.
Redes de hurto, redes de falsa justicia que consienten al pobre hurtar.

Decir la verdad condena

De los riesgos de escribir lo que se piensa.
De los riesgos que conlleva articular la verdad.
Y abrir la puerta del vació que es el engaño.
De descorrer el telón de la opereta, de la farsa.
Y ver tras él, las bambalinas de serpollos.
Causa espanto develar y ver tan tanto horripilante entramado de nuciencia.
Corte de damas bobas que son las más parásitas.
Es arriesgada la verdad para la arquitectura del vicio.
Es peligrosa la luz para los cuarteles del hampa.
No es nada luminosa la estela de enemigos que arrastra poner luz en la falta.
Da miedo el nada inmaculado, porque una vez manchado, sobre su túnica puede caer cualquier mancha.
Como pienso lo digo y por eso estoy solo,
Solo en una intemperie de voraces lobos.
Carroñeros que roban de la boca el pan al infante.
Carroñeros que seducen con diatribas de orinada gloria en las primeras horas.
Buitres que aniquilan incluso no nacidos convenciendo a sus madres de que en el templo de su vientre amparan carroña.
Nueva era sin redención, de electos malditos, que el pueblo maldice.
Malditos que juegan con la frágil memoria de un pueblo veleta.
Decir la verdad no redime, solo tras decirla sientes, que todo el mundo a ti te condena.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Que no te extrañe, que nada te sorprenda

Miramos con extrañeza el fuego eterno.
Nos sorprendemos cuando ardemos en él.
Somos nosotros los que a lo largo de nuestra vida acumulamos la leña.
Somos nosotros los que atizamos el fuego.
Brasas de desaciertos.
Tizones candentes de injusticias.
Recogemos el fuego que sembramos.
Recogemos los pagos que esparcimos.
Eternidad sembrada en nuestro ahora.
Cobramos con las mismas envenenadas monedas con las que pagamos.
Tras la vejez heladora, llegan las llamas eternas.

Nidos de dolor

Hay coronas en las que anida el dolor.
Pájaro recolector de espinas.
Recolector de pesares.
Testas altas y coronadas que atraen sin parapeto el frío invernal.
Picotean mis labios los grajos buscando en mi sangre el dulzor.
Buscando la miel, que yo en la niebla de la adulación entrego.
Sin referencias y solo, hasta la interesada caricia sabe a pura caricia.

Sangre, sudor y lagrimas

Derrocha escandalosamente el electo.
La sangre, el sudor y las lagrimas del pueblo que lo elije.
Es el político de hoy perro rabioso.
Perro que muerde sin clemencia.
La mano callosa del pueblo que le proclama, alimenta y paga. 
Sin el no existiríais.
Pero existis como si el pueblo no existiera.
Tejedores de tretas y de frases de farsa.
Que prometen mañanas dulces.
Que lían en el enfrentamiento con el bando de hermanos.
Bando que su desorbitado salario también costea.

Doblada

Son muchos los que arriban a la política por el unte.
Son muchos los que consienten esta política por untados.
Redes de favores.
De favores y de favorecidos.
Entramado de tapados y tapadores.
Mundo de dobleces y falsos redentores que al pueblo se la dan doblada.
Le clavan doblada la mortal estocada.

Parecer

Que poco tiempo dedicamos a ser.
Dime lo que haces cuando estás desocupado.
Y te diré quien no eres.
Vivimos para parecer.
Olvidando que vivir es ser.

Con mi fe basta

Con ganas o desganado.
tu sino es ser tu en todo momento.
Y en todo momento eres magnético e irradias. 
Tu religión para existir no necesita más fieles que tu.
 Si crees en ti, con eso basta.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

De puertas cerradas

Piensate dos veces el cerrar una puerta.
Porque tener llave no implica poderla abrir.
Cuando cerramos algunas puertas, el que queda al otro lado las tapia.
Y ya no puedes de ninguna de las maneras volver a entrar.
El repudiado, te repudia a ti a cal y canto.
Las puertas se cierran en las dos direcciones.
Pero consensuadamente tienen que volverse a abiertas.
El encerrado pierde y el que cierra está perdido.

Nadie finge una eternidad

No se puede fingir en los sueños.
Fingir en la cerrada oscuridad.
La eternidad derriba mentiras.
Nadie finge en la eternidad.
Solo la caricia ablanda la cerrazón.
Solo la mano amiga nos desvela las mentiras.

Palabras que hurgan

Las palabras que llegan y nos hurgan, están escritas con sangre, y solo se puede escribir de esa manera si estás herido y te desangras.

Contar perdidas

Cuando todo está perdido, solo queda contar perdidas.
Si morir fuera fácil, ahora mismo moriría.
Primero se pierde el sentido y mucho más tarde se pierde la vida.
Se resiste a morir el cuerpo aunque esté muerta ya el alma.
Cueros vivos de almas sin vida.
La vida no es solo mañana, si no escrito ayer.
Y en mi ayer nunca sale el sol.
Somos tan hijos del tropiezo, como del tiempo que pasamos de pie.
Cincela la vida con trazo de última cicatriz, el pesado mármol del mañana. 
Bicho amado que nos dio y nos quita la vida.
Conviven en la misma moneda los bienes del Cesar y los bienes de Dios.
Con ambos nos pagan, con ambos pagamos.
Cuando sientes que tu redención no es la vida, no dudes en abrazar a la muerte.
Desgraciado aquel que utilice el poder que da el amor para aniquilar.
Siento que soy tierra arrasada, donde ya solo nacen líos de zarzas.

A quemarropa dispara el amor

Hay personas expertas en amargarte la vida.
Expertas en amargarte la vida a quemarropa.
Con la corta distancia que da el afecto.
Manos que pudiendo salvar, se empeñan en hundir.

Nací distinto

Es muy frecuente que el talento te hunda la vida.
Hace frío en los últimos peldaños.
Es imposible desandar los pasos de distancia.
Es imposible deshacerse de la cordura para acercarse a la necedad.
Distante pero no por mi voluntad.
Nací distinto y el mundo me distancio.